Unxs 65 niñas, niños y adolescentes, al menos, estaban a cargo de las 94 víctimas de femicidios directos (92 mujeres cis y 2 mujeres trans/travestis) perpetrados en 2020, en la provincia de Buenos Aires, lo que revela el carácter expansivo de las violencias por motivos de género, subraya el capítulo "Escenarios, actores y lineamientos para la acción. Conflictividad socioterritorial", correspondiente a la cuarta y última etapa del informe “Prevención y monitoreo del Covid-19 en municipios del conurbano bonaerense desde una perspectiva multidimensional”, elaborado por investigadorxs del Instituto del Conurbano (ICO), de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), sobre 24 partidos de ese territorio. En base a los datos de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación referidos a violencia letal -femicidios, femicidios vinculados y travesticidios-, durante el primer trimestre del ASPO (de abril a junio) se registró la mayor frecuencia de crímenes en el año, "con un total de 27 casos" (un 11 % más que en el primer trimestre y un 48 % más que en el mismo período de 2019). “Es pertinente dar cuenta, en esta instancia, que en un 67 % de los casos los femicidas eran parejas (52) o exparejas (14) de las víctimas. En otros 12, se trató de otro tipo de vínculo familiar, y en tan solo ocho casos (8 %) fueron personas desconocidas por la víctima”, advierte el estudio. En el 59 % de los casos, la víctima y “los sujetos activos en el femicidio” convivían al momento del hecho, y en el 15 % existían denuncias formales radicadas contra los agresores, sin haberse otorgado medidas de protección para ningún caso.

 “Este tipo de indicadores permiten ponderar la relevancia que puede haber tenido el impacto de las medidas de aislamiento en el recrudecimiento de la violencia de género en el seno doméstico y/o familiar, y en este sentido resulta relevante que el informe bajo análisis clasifica un 80 % de los casos (75) como enmarcados en un contexto de violencia doméstica”, identificada como la modalidad prevaleciente y manifiesta a través de la violencia física en primer lugar, seguida por las violencias económica, psicológica y sexual. “La violencia doméstica en pandemia se caracterizó por un modo de accionar que abarca numerosas dimensiones de la vida de las personas que la padecen -concluye-, lo cual demanda abordajes integrales y mayores articulaciones, tanto al interior de las agencias municipales, como entre el municipio y los niveles nacional y provincial, y con otros actores locales (estatales y no estatales)”.