La intensa actividad que se registra en el volcán Etna generó un fenómeno inesperado: la estructura geológica, la más alta de Europa, creció unos metros más, hasta ubicarse en 3.357 metros. Los habitantes italianos volvieron a inundar las redes sociales con imágenes de explosiones de lava y fuego.

"La actividad registrada en 2021 produjo la acumulación de cantidades importantes de materiales piroclásticos y capas de lava en el cono del cráter sureste, el más nuevo y activo de los cuatro cráteres en la cumbre del Etna, causando una transformación considerable de la silueta del volcán", explicó el Instituto nacional de geofíisca y de vulcanología (INGV) en un comunicado.

Gracias al análisis de las imágenes satelitales los científicos del INGV pudieron concluir que el cráter sureste superó ahora a su "gran hermano" del noreste. Este era desde hace cuarenta años la cumbre del famoso volcán.

La altura de 3.357 metros, que tiene un margen de error de más o menos tres metros, fue analizada a partir de las imágenes del satélite Pléyades. Estas fueron realizadas en julio en el marco de la asociación internacional "Geohazard Supersites and Natural Laboratories", lo que facilitó la actualización de la maqueta digital del Etna.

Volcán Etna en Catania

Su majestuosa presencia se impone en el este de Sicilia y especialmente en la ciudad de Catania. Más allá del aspecto científico, la vida cotidiana de los habitantes de la zona que rodea al Etna está afectada por su actividad frenética de los últimos meses. "Desde febrero registramos 55 acontecimientos", dice Tania Cannizzaro, jubilada que vive en Catania.

"Según la intensidad del viento, los rugidos del volcán llegan hasta Catania y hacen temblar los vidrios. Las cenizas llevadas por el viento caen sobre las calles y los balcones todo el tiempo y todo se vuelve negro ", agregó.

Desde 1980, la cumbre del volcán estaba en el cráter noreste, que había alcanzado una altura máxima de 3.350 metros luego de actividades eruptivas en septiembre de 1980 y febrero de 1981. El Etna perdió luego unos metros a causa de desprendimientos en los bordes del cráter, bajando a 3.326 metros en 2018.

El Etna es el el más alto volcán activo en Europa, con erupciones frecuentes desde hace unos 500.000 años.