Dos personas murieron este jueves en la ciudad de Asadabad mientras se desarrollaban movilizaciones por la independencia afgana del dominio británico hace 102 años. Los manifestantes ondeaban el emblema tricolor de la República de Afganistán, hoy reemplazada por la bandera blanca y con inscripciones de la fe islámica. Mientras que las evacuaciones en el aeropuerto de Kabul avanzan lentamente entre disparos al aire y bombas lacrimógenas lanzadas a la multitud de personas que llega desesperada hasta la terminal Hamid Karzai. En tanto las promesas de los talibanes de una amnistía general y un régimen distinto al que gobernó entre 1996 y 2001 se disipan luego de que un informe confidencial de la ONU reveló que los insurgentes recorren las ciudades con una lista de las personas que trabajaron para EEUU y la OTAN en Afganistán. Según oficiales talibanes y la OTAN  ya son 12 las personas que murieron desde el domingo pasado hasta este jueves.

Protestas

Al menos dos personas perdieron la vida en Asadabad, ubicada a unos 230 kilómetros al este de la capital afgana y cerca de la frontera con Pakistán, cuando los talibanes dispararon a una multitud que celebraba la independencia de Afganistán (1919), según consignó el medio qatarí, Al Jazeera, que remarcó que aún no se determinó si murieron a causa de la estampida provocada por los disparos o si murieron por el impacto de las balas. El régimen talibán no hizo comentarios al respecto.

Las manifestaciones se replicaron en la ciudad de Jalalabad, donde los talibanes también respondieron con fuego. Dos personas fueron heridas, un hombre y un adolescente, y fueron trasladados a hospitales cercanos, informó Al Jazeera. En tanto en la ciudad de Khost los insurgentes establecieron un toque de queda para frenar las movilizaciones en contra del régimen instaurado el pasado domingo. Cerca de Wazir Akbar Khan, en las afueras de la capital, los manifestantes se cruzaron con una camioneta de los talibanes que aminoró su marcha, pero luego se fue, ignorando la protesta.

También en la ciudad de Kabul se registraron manifestaciones vinculadas a la bandera tricolor de Afganistán. Según el medio qatarí las mujeres salieron a las calles de la capital ondeando la bandera frente a los talibanes y coreando “nuestra bandera es nuestra identidad”. Mientras que en las calles de Kabul las imagenes de mujeres en los comercios fueron vandalizadas o directamente removidas. Una periodista televisiva, Shabnam Dawran, aseguró que ya no puede trabajar en su emisora.

"El tiempo se acaba"

En tanto la cadena alemana Deutsche Welle (DW) informó este jueves que “combatientes talibanes mataron a tiros a uno de los familiares de un periodista” del medio alemán. El director de la DW, Peter Limbourg, repudió el ataque y le pidió al gobierno de Alemania que actúe. "El asesinato de un pariente cercano de uno de nuestros redactores por parte de los talibanes es inconcebiblemente trágico y demuestra el grave peligro en el que se encuentran todos nuestros empleados y sus familias en Afganistán. Al parecer, los talibanes ya están llevando a cabo una búsqueda organizada de periodistas en Kabul y también en las provincias. El tiempo se acaba".

La DW además detalló que “los talibanes registraron las casas de al menos tres periodistas de la DW". También informó que periodistas de otros medios “fueron secuestrados o asesinados”. “Nemutullah Hemat de la emisora privada Ghargasht TV, fue presuntamente secuestrado por los talibanes; Toofan Omar, director de la emisora privada Paktia Ghag Radio, según las autoridades, fue asesinado por los combatientes talibanes”, consignó el medio alemán. La DW también se refirió a asesinatos cometidos previo a la toma de poder, como en el caso de Amdadullah Hamdard, traductor y colaborador del semanario alemán Die Zeit, que fue asesinado “en una calle abierta de la ciudad oriental afgana de Jalalabad el dos de agosto”. Tanto el gobierno talibán como los oficiales de la OTAN reportaron 12 muertes en Kabul y sus alrededores desde el pasado domingo, según informó Al Jazeera.

Evacuaciones y caos

Mientras que en el aeropuerto internacional Hamid Karzai continúa el caos por las evacuaciones de miles de personas. Disparos al aire y gases lacrimógenos son una constante cerca de la terminal aérea desde que los talibanes tomaron el poder en la capital Kabul. 

Ayer la Dirección General de Educación Física y Deportes de Afganistán informó la muerte de Zaki Anwari, futbolista afgano que jugaba para la selección nacional juvenil. Anwari, de 19 años, sufrió una caída mortal el pasado lunes mientras intentaba mantenerse aferrado a un avión C-17 estadounidense que evacuaba a personas fuera del país. "Anwari, como miles de jóvenes afganos, quería abandonar el país pero cayó al vacío desde un avión estadounidense y murió", dice un comunicado de la institución.

Las evacuaciones continúan demoradas tanto por el régimen insurgente como por los militares de Estados Unidos que mantienen el control sobre el aeropuerto. Por un lado, según informó la Agencia Alemana de Prensa (DPA), los soldados estadounidenses retuvieron a empleados de organizaciones alemanas en las entradas de la terminal aérea. “Los soldados americanos sólo dejan pasar a su gente”, dijeron los testigos a la DPA. Por otro lado, según la diplomacia estadounidense son los talibanes los que están frenando el paso. “Están impidiendo que los afganos que desean salir del país lleguen al aeropuerto”, afirmó la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman.

Según un oficial del movimiento insurgente se le está pidiendo a la multitud de personas aglomeradas en las terminales del aeropuerto que si no tienen los documentos para viajar que regresen a sus casas. “No queremos lastimar a nadie en el aeropuerto”, declaró el oficial talibán a Al Jazeera.

Desesperación

Miles de personas llegan al aeropuerto dejando todas sus pertenencias atrás. Muchas familias llegan luego de ser convocadas por las embajadas de los países que los van a recibir, que citan a las personas a una hora y en una de las puertas de la terminal aérea. Sin embargo, para llegar hasta el punto indicado por las oficinas diplomáticas deben empujar durante horas para tratar de llegar. Entre disparos al aire, gases lacrimógenos y estampidas aguardan personas desesperadas por dejar el país. En muchos de los videos circulados se ve cómo madres y padres en un intento por salvar a sus hijos buscan que puedan entrar al aeropuerto y los pasan a los militares que resguardan la entrada.

En cada acceso hay "tres cinturones" de seguridad y sus respectivas puertas, y en cada uno de esos cinturones hay cientos de personas esperando entrar.“Vine al aeropuerto con mis hijos y mi familia”, dijo un exempleado de una ONG internacional a la DW. “Los soldados estadounidenses y los talibanes estaban disparando” aunque eso no logra detener a la multitud que espera salir del país “porque saben que fuera del aeropuerto les espera una situación peor que la muerte”, agregó. Otra multitud se apersonó frente a las embajadas en la ciudad, informó el medio alemán.

Hasta el momento Alemania evacuó a unas 900 personas, entre diplomáticos, ciudadanos alemanes y colaboradores afganos. La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró este jueves que su gobierno trabaja "con gran presión" para evacuar de Afganistán a "tantas personas" como "sea posible. Reino Unido, Francia, Italia y España, entre otros países, también están procediendo con las evacuaciones.

Estados Unidos envió seis mil militares para garantizar la seguridad en el aeropuerto de Kabul y evacuar a los 30 mil estadounidenses y civiles afganos que trabajaron para ellos. Ya han sido evacuadas algo más de siete mil personas desde el 14 de agosto.

Desarmando promesas

Los talibanes están intensificando la búsqueda de personas que trabajaron con las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, según un documento confidencial de Naciones Unidas, que advierte sobre la posibilidad de "torturas y ejecuciones", pese a que los militantes prometieron el pasado martes una amnistía general para todos y aseguraron que no iban a vengarse de sus oponentes. Sin embargo, según el documento con fecha del miércoles hay reportes de que los talibanes tienen una lista de personas y direcciones y que fueron puerta por puerta “arrestando y/o amenazando con matar o arrestar a miembros de la familia de las personas objetivo a menos que se entreguen ellos mismos a los talibanes”.

Según el informe confidencial los miembros de las fuerzas armadas y la policía de Afganistán están en especial riesgo, al igual que las personas que trabajaron para las unidades de investigación del gobierno de Ashraf Ghani. El informe cita un ejemplo de la carta enviada por los talibanes a un oficial de contraterrorismo. En la misiva se le instruía a presentarse ante la Comisión de las Fuerzas Armadas e Inteligencia del Emirato Islámico de Afganistán en Kabul o de lo contrario sus familiares "serán tratados de acuerdo a la ley de la Sharía".

El valle del Panshir

Mientras los talibanes avanzan en la constitución de su gobierno con el regreso a Afganistán de uno de los fundadores del movimiento talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar. El líder de los insurgentes además se reunió con el expresidente afgano Hamid Karzai en conversaciones para conformar un gobierno que incluya a todas las etnias y partidos políticos islámicos.  Mientras tanto, en el valle del Panshir, el exvicepresidente de Ashraf Ghani, exvicepresidente llamo a la resistencia contra" Amrullah Saleh se autoproclamó presidente y llamó a la resistencia contra los talibanes. Saleh también es acompañado por el hijo del comandante Masud, un reconocido líder anti-talibán fallecido en 2001. Según la diplomacia rusa, la resistencia se está organizando en el aislado valle. "Los talibanes no controlan todo Afganistán. Hay informaciones que llegan del Panshir", al noreste de Kabul, "donde se concentran las fuerzas de la resistencia del vicepresidente Saleh y de Ahmad Masud", dijo Serguei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia.