Desde Santiago

El triunfo de la demócrata cristiana y presidenta del senado Yasna Provoste en las primarias de la centroizquierda agrupada bajo el nombre de Unidad Constituyente celebrada el sábado en todo Chile realmente no sorprendió a nadie. Incluso sus propios rivales, Carlos Maldonado (Partido Radical) primero y Paula Narváez (Partido Socialista) después reconocieron el triunfo cuando ni siquiera se contabilizaba el 50% de las mesas.

En rigor se trataba de una “consulta ciudadana” organizada en tiempo record (tres semanas y con voluntarios militantes del conglomerado), sin la participación del Servicio Electoral ni con propaganda televisiva y en un inusual día sábado. Aunque se destacó la baja participación –100 mil sufragios para un total de dos millones de papeletas impresas— la poca difusión de las elecciones (donde podían participar tanto militantes como la ciudadanía en general) y las primeras lluvias fuertes del mes que afectaron especialmente el centro sur del país, claramente influyeron en la participación.

Este formato de emergencia, que surgió tras la imposibilidad de estos partidos —que formaron el núcleo de la Concertación de Partidos por la Democracia que gobernó Chile tras el fin de la dictadura en 1989 —  de llegar a un acuerdo con el Frente Amplio y el Partido Comunista quienes finalmente celebraron sus primarias legales bajo el nombre de “Apruebo Dignidad” donde el frenteamplista Gabriel Boric terminó ganándole al gran favorito de las encuestas, el comunista Daniel Jadue.

Provoste, que con el 70% de las mesas escrutada marcaba 60,5% por sobre Narváez (27%) y Maldonado (12,4%) decidió celebrar en la plaza de su natal Vallenar, al norte de Chile dejando en claro que su proyecto va por la descentralización del país y de paso evitando la fotografía conjunta con los candidatos derrotados.

Su discurso fue directo al gobierno del derechista Sebastián Piñera, aludiendo también al candidato ganador de las primarias del sector, Sebastián Sichel que, a pesar de declararse independiente, cuenta con un gran respaldo empresarial y de la totalidad de la derecha: "el próximo gobierno no puede llegar a experimentar, a hacer ensayo y error, ni cambiar de un gerente a otro, de un Sebastián a otro...".

Discípula aventajada de Bachelet

Aunque los tres candidatos participaron como ministros en distintas etapas de los dos gobiernos de Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) y llegando la candidatura de Narváez a ser apoyada explícitamente por la expresidenta en enero de este año, la ganadora parece ser la discípula más aventajada de la actual Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, desde su forma de hablar y mover las manos hasta su capacidad de eludir preguntas sin perder la compostura, como cuando le preguntaban por qué aún no renuncia a la presidencia del senado o lo mucho que demoró en anunciar su candidatura.

Provoste ya es una figura experimentada capaz de negociar, asumir derrotas y levantarse. Como ministra de Educación debió negociar exitosamente con los estudiantes en 2006 durante la llamada “revolución pingüina” (llamada así en alusión a los uniformes escolares usados en Chile). Sin embargo, en 2008 fue acusada constitucionalmente y fue destituida por irregularidades en el pago de subvenciones escolares a colegios públicos y particulares-subvencionados. Una operación política de la derecha más dura, según ella y que le impidió ejercer cargos públicos hasta que se reinventó como diputada (2014-2018) y luego senadora desde 2018 hasta hoy. De vocación firme pero dialogante, a inicios de este año impuso el concepto de “mínimos comunes” sobre el que la oposición debería negociar con el gobierno de Piñera en temas sensibles como los retiros de las pensiones al mismo tiempo que las encuestas la posicionaban como presidenciable para sorpresa de Narváez que intentaba convocar —sin éxito— a la ciudadanía que apenas distinguía su nombre.

Claridad en el mapa electoral chileno

Este lunes se cierra el plazo de inscripción de candidaturas para las presidenciales del 21 de noviembre donde también se celebrará la elección de diputados, senadores y consejeros regionales. El 19 de diciembre está fijada, en caso de ser necesaria, la segunda vuelta presidencial. Ante este panorama ya está bastante claro quienes serán los candidatos que se disputarán el cargo: Provoste, Sichel y Boric, representantes de la centroizquierda, derecha e izquierda, respectivamente. Aunque hayan otros candidatos como José Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano intenten ganar espacios en redes sociales al estilo de Bolsonaro y Trump.

Sin duda este triunfo de Provoste implica un desafío tanto para ella, al evitar que el voto de su conglomerado se “fugue” hacia sus contendores, pero también para estos últimos que deben apuntar hacia sectores de centro pero también a las nuevas fuerzas sociales que han surgido desde el estallido social de octubre de 2019 que tienen una alta representación en la Convención Constitucional que está redactando la Carta Magna que reemplazará a la de 1980.

Aunque la derecha ha intentado devaluar a la candidata, curiosamente considerándola de “izquierda” en lugar de centroizquierda oculta cierta inquietud. Hoy durante la inscripción del conglomerado “Chile Podemos +”, la nueva mutación de partidos de derecha organizados en torno a Sichel, Francisco Chahuán presidente de Renovación Nacional aseguró: "Queda de manifiesto que es una izquierda que improvisa, una izquierda que designa a destiempo su candidato y que no es capaz de convocar a más de 150 mil chilenos (…) "Tenemos claro que la segunda vuelta se va a hacer con Gabriel Boric y ahí se van a jugar dos proyectos de sociedad",

Provoste, que pondrá su cargo a disposición este martes señaló con una calma digna de su mentora Bachelet: "Yo creo que aquí las carreras hay que darlas y nosotros vamos a entrar y ya entramos en este proceso y lo vamos a dar todo por completo. Muy comprometida como en cada una de las tareas que hemos realizado y, uno cuando ingresa a una carrera, lo hace a partir de lo que es. Nosotros vamos a trabajar intensamente, no sólo por la unidad de la centro izquierda que es muy importante, sino también para convocar a la mayoría de ciudadanos y ciudadanas que cree que nuestro país necesita"