“Ni yo ni mi pareja, Agustina Seguín, llenamos ningún formulario con datos falsos. No falsificamos documentos públicos”. Con esta definición, el ex vicepresidente Amado Boudou empezó a afrontar el juicio oral relacionado con un auto que compró en los años 90 y que radicó en la Capital Federal, en épocas que todavía no era funcionario. En la jornada de ayer quedó claro que todo el trámite quedó en manos de una gestoría y que en ese proceso le falsificaron los datos, declararon una dirección inexistente, falsearon los sellos, la fotocopia de un DNI y hasta la verificación vehicular. Al comienzo del juicio se leyó la declaración del gestor, Andrés Soto, quien admitió que fue él quien llenó los formularios, mientras que Seguín reiteró que Boudou ni siquiera conoció a los gestores. 

El Tribunal Oral Federal número 1 –Gabriel Vega, Adrián Grunberg y José Antonio Michelini– abrió el juicio ayer un poco después de las 9 de la mañana, en el edificio de Comodoro Py. Como es de norma, se empezó leyendo la acusación formulada por el juez Claudio Bonadío, que llevó adelante una instrucción con claro tinte político: estaba claro que Boudou no había participado de las falsificaciones pero estaba el interés de seguir limándolo. Como se sabe, el ex vicepresidente tendrá más adelante otros juicios, en especial el de la causa de la imprenta Ciccone. 

Tras la lectura de la acusación se le ofreció declarar a los imputados. El principal gestor, Soto, la titular del Registro, Graciela Taboada de Piñero, y la ex pareja de Boudou, Agustina Seguín, decidieron no declarar y se remitieron a sus respectivas indagatorias, que se leyeron de inmediato. De esa lectura quedaron en claro los siguientes hechos:

  • Que todos los formularios fueron llenados por el gestor Soto, no por Boudou ni por Seguín. Eso lo reconoció Soto.
  • La ex pareja del vicepresidente relató que fue ella quien le entregó al gestor la documentación: un formulario 08 firmado por el anterior dueño del vehículo, un 04 firmado por Boudou ante escribano público, la fotocopia de un DNI y la cédula verde, ésta última también a nombre del dueño original, Cayetano Campeone. 
  • Seguín contó que Boudou no tuvo ningún contacto con el gestor y el gestor señaló que nunca conoció a Boudou. 

A continuación, el ex vicepresidente –asesorado por sus abogados Martín Magran y Jacobo Grosman– aceptó declarar y contestar las preguntas, principalmente de la fiscal Stella Maris Scandura. Boudou reiteró que ni él ni Seguín llenaron los formularios ni incluyeron datos falsos. Tampoco tuvieron relación con los sellos falsos ni la dirección inexistente ni la verificación vehicular truchas que se incluyeron en el trámite. La dirección de la calle Berón de Astrada 2708, inexistente, fue usada por esa gestoría en otros casos, lo que demuestra que no fue aportada por Boudou sino por los gestores que, según parece, tenían anudada una buena relación con el Registro del Automotor de esa zona, a cargo de Taboada de Piñero. Finalmente, el ex vicepresidente entregó para el trámite una fotocopia de un DNI con su verdadera dirección, pero en el expediente, simplemente usando una maniobra hecha con fotocopiadora, le incluyeron también el domicilio de Berón de Astrada.

En verdad Boudou no tenía ningún motivo para falsear el trámite: no es el que auto fuera de un origen dudoso, sino que era de propiedad del ex vicepresidente que decidió radicarlo en Capital después de mudarse desde Mar del Plata, su ciudad natal. Cuando se hizo el trámite, en 2001, Boudou no era funcionario. 

Cuando le preguntaron por qué no se dió cuenta que en la nueva tarjeta verde figuraba una dirección que no era la suya, Boudou explicó que la tarjeta verde fue retirada por Seguín y que la puso dentro de la guantera. Por lo tanto, cuando él manejaba el vehículo, no es que tenía la tarjeta verde encima sino que estaba en la guantera y nunca se detuvo a leerla. Por otra parte, el título del automotor nunca fue entregado. 

Sobre la controversia respecto de su ex esposa Daniela Andriuolo, Boudou explicó que ambos llegaron a un acuerdo de divorcio en 1998 por el cual ella se quedó con un departamento en la avenida Colón de Mar del Plata y Boudou con una moto y ese auto. Más de 13 años después, en 2010, Andriuolo le volvió a pedir una nueva división de bienes, pero la justicia le rechazó el pedido este año, entre otras cosas por el acuerdo de 1998. Boudou entregó ayer la sentencia judicial que, además, cargó las costas en la ex esposa. El abogado de Andriuolo es Eduardo Romanin, un ex concejal socialista de Mar del Plata con intensa actividad política y que aspiraba a ser intendente. 

Más allá de estos avatares, la radicación del vehículo en Capital no tiene relación con la controversia porque se hizo tres años después del convenio de divorcio y diez años antes del nuevo reclamo. Tampoco juega ningún papel lo ocurrido durante los años 90: Boudou tuvo desprolijidades, entre las que estuvo –como ocurre con muchísimos ciudadanos– no hacer la transferencia cuando compró el vehículo.

Nada de eso tiene relevancia en el juicio. El punto central es la falsedad en la radicación del auto. Y en ese terreno, cerrando su declaración, el ex vicepresidente reiteró que ni él ni Seguín fueron los que incluyeron los elementos falsos en los formularios: las pericias caligráficas y spocométricas demostraron que no se trata de su letra y que los sellos en el trámíte y en la verificación fueron falseados. El juicio continuará dentro de diez días y ya se habla de que la sentencia se conocerá en agosto o septiembre.

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