El título que logró la Selección Argentina en la Copa América de Brasil fue el desahogo que estuvo demorado durante 28 años. El último título entre los mayores había sido en 1993, en Ecuador, también a nivel sudamericano.

El plantel que conducía Alfio Basile en ese entonces contaba con Luis Alberto Islas, que tenía 27 años y ya había sido campeón del mundo en México con apenas 20.

El ex arquero y actual entrenador, ahora con 55 años, es el conductor principal del Club Social y Deportivo Sol de Mayo de Viedma, que se desempeña en el Torneo Federal A desde 2018. “En noviembre termina el campeonato y luego analizaré mi futuro”, aclara.

Islas, luego de formar parte del cuerpo técnico de Diego Maradona, decidió iniciar su propio camino como entrenador, y esta es su segunda experiencia luego de estar al frente de Sol de América de Paraguay el año pasado.

El director técnico, que forma parte de la campaña “Cargando podés ganar”, donde se rescatan las cargadas hacia rivales clásicos junto a otros ex futbolistas, mostró su satisfacción por lo que le tocó vivir al seleccionado en Brasil: “Me dio mucha alegría que la Selección Argentina haya ganado la Copa América. Primero porque confiaba mucho en Lionel Scaloni y en los jugadores. Pero también porque sabía que había mucha gente que estaba esperando que le vaya mal, y hablo de periodistas principalmente. Si no ganaban los iban a lastimar muchísimo. Este equipo me ilusiona por el compromiso y el nivel individual. En el Mundial será un equipo altamente competitivo”.

--¿Qué te llevó ir a dirigir a Viedma?

--Mi profesión, el respeto, y la pasión que siento por el fútbol. Lo que uno hace siempre lo tiene que hacer con pasión, con sentimiento. Hoy es Sol de Mayo, como el año pasado fue Sol de América (Paraguay), como antes fue Dorados (México), y también Fujairah (Emiratos Arabes). La pasión y el respeto es lo que me lleva a aceptar los proyectos.

Islas junto a Maradona en Dorados de México. Imagen: DPA

--¿Tenés las mismas aspiraciones como técnico que cuando eras jugador?

--Sí, ciento por ciento. Hoy dirijo a Sol de Mayo como si estuviera en la Selección Argentina. Como jugador di todo para conseguir los objetivos que nos tocaba afrontar, y como entrenador hago exactamente lo mismo. Es igual en lo que refiere a las metas, pero solamente con distintas funciones.

--Entre los desafíos que se te van presentando, ¿conducirías a uno de los llamados clubes grandes que no sea Independiente?

--Yo hago que mi presente sea mi mejor futuro, y siempre se espera un futuro mejor. Pero el único equipo que no dirigiría sería Racing, pero no por el club en sí mismo, sino por el cariño que le tengo a Independiente. Después puedo dirigir a todos sin problema.

--¿Qué fue lo mejor que rescataste de Maradona cuando trabajaron juntos en México?

--Hablar de él como jugador es repetitivo, porque fue el más grande que yo vi, pero lo que más remarco de él es la humildad, la simpleza, la grandeza que tenía. Y yo lo conozco bien porque jugué con él, fuimos campeones del mundo juntos, también lo enfrenté jugando en otro equipo, y luego formamos un cuerpo técnico. Lo despedí físicamente, pero me quedo con los abrazos gigantes que nos dábamos cada vez que festejábamos un gol.

--Ahora que te toca ser técnico principal, ¿aplicás cosas que veías en él cuando eras su colaborador?

--Diego tenía un estilo como entrenador y yo tengo el mío, y cuando estábamos juntos éramos una dupla fantástica. En Emiratos ascendimos al equipo sin perder ningún partido, salimos campeones invictos. Y en Dorados, donde agarramos un equipo que estaba último, lo único que perdimos fue la final. Nos fue muy bien, y cada uno con su manera. Lo que nos identificaba a ambos era la pasión que sentimos por el fútbol.

Islas con la camiseta de Independiente. Imagen: Twitter

--Decís que tenían estilos diferentes, ¿a cuál se asemeja el tuyo?

--El gusto futbolístico mío es lo que muestra River Plate por ejemplo, salvando las distancias con el nivel de jugadores que tiene. Me identifico mucho con Diego Simeone, con Marcelo Bielsa, voy por el lado del análisis, la repetición del trabajo, el estudio del rival. Yo quiero potenciar al buen jugador a través del funcionamiento del equipo.

--Mencionaste a River, ¿pero no se contrapone con Simeone y Bielsa?

--No, porque lo que me identifica de River es el estilo de juego. Es un equipo que sale a buscar los partidos, pero para llegar a eso tiene que cumplir una rigurosidad en el trabajo. Digo que me gusta ese estilo más la intensidad que aplican Simeone y Bielsa.

--¿Te seduce más trabajar en el exterior, como Simeone o Bielsa, o con la Selección Argentina?

--Tengo la idea de que lo que me toca dirigir es lo mejor. Por supuesto que me gustaría dirigir a Argentina, pero también me gustaría dirigir la Selección de otros países. Después, hay proyectos que son más ambiciosos que otros.

--¿El fútbol argentino te parece mediocre?

--No. Creo que el jugador o técnico que pasa la prueba del fútbol argentino, está preparado para jugar o dirigir en cualquier parte del mundo. El fútbol argentino es muy competitivo en todo su sistema. Lo que es verdad es que la estructura europea es superior, pero eso ya pasa por lo económico.

--¿La técnica se dejó de practicar?

--En lo personal, trabajo mucho en la técnica y en la precisión, que viene ligada a la técnica. Y creo que acá se trabaja mucho sobre la velocidad y la intensidad. Cuando se trabaja más la intensidad lleva a que la precisión no sea la correcta.

--Un integrante del seleccionado campeón del ’78 dijo que no se sentía parte por su poca participación, ¿vos el título del Mundial ’86 lo sentís como propio?

--Si claro, porque ahí había 22 jugadores en un nivel muy parejo, salvo Maradona, que era la excepción. Son procesos de largo tiempo donde ahí te puede tocar jugar o no, pero me siento campeón del mundo ciento por ciento.

El arquero titular en el Mundial de Estados Unidos '94. Imagen: Twitter

--¿Te arrepentís de haber rechazado la citación para el Mundial ’90?

--Yo estaba jugando en el Logroñés y había sido elegido el mejor arquero del fútbol español. Uno ya no era el pibe del ‘86, sino que venía con un recorrido importante. Cuando (Carlos) Bilardo me convoca creo que se equivocó, porque me dijo que el primer partido no lo iba a jugar, y que si después (Nery) Pumpido no andaba bien iba a tener chances. Eso a mí me quitó la ilusión.

--¿En el Mundial ’94 también pensaste que te quedabas sin jugar?

--(Alfio) Basile fue muy simple cuando me llamó, y me dijo que con él iba a jugar el mejor, nada más que eso. Era lo que yo quería escuchar como jugador.

--¿Los conocimientos que te transmitieron personas como Basile y Bilardo los utilizás actualmente?

--Me marcaron mucho. Creo que Bilardo fue un tipo extraordinario en mi carrera. Como entrenador lo respeto mucho por la metodología, y por el análisis del rival. Me hubiese encantado poder trabajar con Bielsa también. (José) Pastoriza fue otro fenómeno, y también tuve la suerte de estar en Europa 15 días con Mourinho, viendo su trabajo en el Real Madrid. De cada uno saco cosas positivas, pero naturalmente tengo mi estilo.