Finalmente, la procesión del Milagro pudo hacerse y con una buena cantidad de fieles que acompañaron tanto las imágenes que anduvieron por el tradicional recorrido hasta el Monumento 20 de Febrero, como los que salieron a las veredas de sus barrios para saludar el paso de las imágenes peregrinas que recorrieron unos 58 kilómetros por los cuatro puntos cardinales de la ciudad de Salta.

El año pasado el pico de la pandemia por el coronavirus había obligado a interrumpir una tradición que se remonta a 1692 y que se repetía año tras año. Es por eso que en este 2021, ante el menor signo de apertura por el descenso de casos, sumado al retorno de la presencialidad escolar y dos elecciones que obligaron a un movimiento masivo de personas, la Iglesia planteó alternativas para retomar la procesión.

Entonces se acordó que las imágenes saldrían en procesión, pero solo acompañadas de sacerdotes y miembros del clero, mientras los fieles se ubicarían con protocolos en las veredas y algunos de los palcos montados en el punto final del recorrido, en donde se renovaría el Pacto de Fidelidad.

Tal como se preveía, si bien no hubo desbordes, la cantidad de gente que se acercó fue más de la prevista y los protocolos que se fijaron originalmente, se flexibilizaron ante los hechos.

Otra particularidad de este Milagro es que cayó justo en medio de una polémica por un caso de aplicación de una Interrupción Legal del Embarazo que se judicializó en Tartagal, y de una elección nacional, que confirmó que la grieta política y la polarización entre dos modelos de país sigue vigente.

En ese contexto, primero durante el Triduo, y ayer en la homilía del Pacto de Fidelidad, el arzobispo de Salta y los sacerdotes invitados encargados de rezar esas misas, fueron recurrentes con ambos temas.

El arzobispo Mario Cargnello, con las autoridades provinciales y municipales ubicadas en el palco escuchándolo, primero se refirió a la situación económica y política del país y la provincia.

“Reconocemos una situación de crisis que marca nuestro tiempo y que se ha visto agravada por la pandemia. La crisis económica provoca un aumento grande en el número de los pobres y de los excluidos, la crisis social alimenta la grieta entre grupos que se enfrentan por ideologías, la crisis educativa golpea a generaciones de niños y jóvenes que quedan relegados en el camino de la educación, la crisis de la familia marca a muchísimos niños que no alcanzan el oxígeno del amor pleno… son tantas las situaciones dolorosas”, alertó el religioso.

Pero inmediatamente se refirió al tema del aborto, haciendo un pase de factura a los legisladores que votaron a favor de su despenalización: “Son muchas las notas de nuestra época que afectan a la vida de familia, el descenso demográfico, el debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa, una mentalidad antinatalista promovida por las políticas mundiales de salud reproductiva, y por la falta de coherencia de legisladores que se profesan cristianos, por la falta de una vivienda digna…”.

También se lamentó por lo niños que nacen fuera del matrimonio, y realizó una autocrítica que finalizó con un pedido de perdón ante los abusos sexuales que involucran a sacerdotes e instituciones religiosas.

“¿Qué decir de los niños explotados sexualmente o que, incluso en los lugares en los que deberían ser contenidos sufren la humillante experiencia del abuso sexual, sea en la familia, sea en las escuelas, sea en comunidades o instituciones cristianas? Perdón a los niños por ello”, expresó Cargnello. Este año fueron condenados el cura Rosa Torino, y uno de sus laderos, el sacerdote Nicolás Parma, ambos por abusar de menores de edad.

El martes durante la segunda misa del Triduo, el obispo de Concepción, José Díaz, reconocía las dificultades que tenía la Iglesia para llevar su mensaje, especialmente a los jóvenes.

Ayer el arzobispo salteño exhortó a los jóvenes a casarse: “Jóvenes! Queremos exhortarlos a vencer el miedo al sacramento del matrimonio. Optar por él es asumir con seriedad la identificación con la otra persona, muestra que ustedes son capaces de superar el individualismo adolescente y manifiesta la firme opción de pertenecerse el uno al otro”.

Un poco de coherencia

Otro reclamo de la máxima autoridad eclesiástica de la provincia también se interpretó como una queja por lo que consideran una laxitud en los principios religiosos a la hora de aplicarlos en la vida diaria.

“Nuestra vida está llamada a la coherencia. Una definición de coherencia expresa: es la cualidad de la persona que actúa en consecuencia con sus ideas o con lo que expresa. Podríamos decir que somos coherentes en la medida en que nuestras acciones son consecuentes con nuestra fe cristiana”, advirtió.

Y nuevamente embistió contra quienes siendo cristianos militan o están de acuerdo con las leyes que permiten el aborto: “Esta coherencia que vale para todo cristiano tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables”.

Reabrir el debate por la ley

Aunque luego de que se convirtió en ley el año pasado, la legalización del aborto dejó de estar en la agenda pública diaria, pero para la Iglesia fue una normativa imposible de digerir, algo que comparte con grupos autodenominados provida, que tuvieron durante el tratamiento en el Congreso su momento de apogeo, y que tras apagarse en estos meses resurgieron a partir del hecho en Tartagal.

Es por ello que monseñor Cargnello aprovechó este nuevo auge para pedir directamente la revisión de la ley aprobada: “A la luz de esta enseñanza del magisterio pontificio, me atrevo a clamar a quienes tienen la autoridad para hacerlo que se adviertan las consecuencias de la evidentemente injusta ley del aborto y que se animen a reabrir la posibilidad de debatirla sin tomar partidos por ideologías, o, al menos, a que reglamenten la misma para evitar los excesos que terminan dejando a un bebé sin vida, como nos han hecho conocer la triste noticia que nos colocó en la escena nacional”.

“Del mismo modo, y lo hago no como francotirador sino como un ciudadano que cree interpretar a muchos conciudadanos, que se tome en serio la situación de los numerosos hermanos a los que este caminar sin rumbo va dejando en el camino hasta la exclusión social y económica. También pido por los niños y jóvenes que tienen derecho a la educación. Debemos volver a cuidar como prioridad de la Nación, la educación integral de todos los jóvenes y los niños. En esto no podemos enfrentarnos”, extendió su pedido el religioso.

Finalmente, sentó su postura política al “rogarle, sobre todo a los legisladores -a los que hoy lo son y a los que serán elegidos- que regalen cada día el marco de seriedad en las propuestas que nos permitan a todos los argentinos sentirnos contenidos por quienes cuidan, a través de las leyes, el presente y el futuro de nuestra amada patria”.

No es la primera vez que el Milagro cae en una fecha cercana a las elecciones, y en otras oportunidades ya fue aprovechado el Pacto de Fidelidad por Cargnello para sentar la postura de la Iglesia a los candidatos.

El final de la procesión fue con una rápida vuelta de las imágenes a la Catedral y una multitud de fieles en la plaza 9 de Julio amontonados saludando su ingreso al templo. Allí permanecerán, excepcionalmente, hasta el 30 de septiembre. Después de esa fecha se las volverá a colocar en sus respectivos altares al costado del templo mayor.