Jairo cumplió más de 50 años con la música como cantante reconocido, medio siglo desde cuando grabó su primer disco en España, pero él remonta su relación con la canción a un acto escolar en su escuela primaria de Cruz del Eje. “Yo tenía ocho años cuando uno de esos maestros me eligió para actuar en la fiesta de fin de año, el número era bastante complejo para un acto de primaria: se trataba de un pintor que estaba en su estudio escaso de inspiración, mientras que en los marcos de los cuadros había personajes que tomaban vida, estos eran una bailarina clásica, un cantante, y un gauchito zapateador. La maestra me había elegido para representar al pintor, pero quiso el destino que el nene que tenía que hacer de cantante se enfermó y la maestra me propuso reemplazarlo y lo hice, atreviéndome a hacer algo que no sabía que sabía, esa fue la primera vez que canté y de allí no paré más”, relata. La Universidad Nacional de Rosario otorgó el título Doctor Honoris Causa a Jairo por su trayectoria en el campo de la cultura y su compromiso permanente con la defensa de la democracia y los derechos humanos.

“La historia de una institución tiene hitos imborrables y no tengo ninguna duda de que este es uno de esos momentos sobresalientes. Este acto formal busca recibirlo en nuestro cuerpo de profesores por su carrera artística y por su compromiso con la democracia, los derechos humanos y las libertades públicas que son principios fundamentales de esta Universidad”, aseguró el rector Franco Bartolacci. Y agregó: “Necesitamos más y mejor democracia para superar las injusticias que estamos viviendo. Quisiera destacar al hombre bueno y sus valores, una forma de pensar, entender y transitar el mundo que nos conmueve, interpela y moviliza”.

El Rector destacó que la historia de Jairo invita a romper los muros y los miedos que nos atan al pasado, los que evitan llevar adelante los sueños y obturan las esperanzas de los argentinos: “En un mundo que lo necesita tanto, por suerte somos mucho más que dos, y eso es también posible por tu voz, esa expresión de ensueño y grito colectivo, gracias por tu arte trovador, bienvenido a la Universidad Pública”.

Jairo agradeció profundamente la distinción que le brindó la Universidad y las palabras que acompañaron el reconocimiento. “Han exagerado sobre todo lo que dijeron sobre mi persona, pero lo agradezco mucho, así como agradezco esta distinción tan importante ya que se trata de una casa de altos estudios y sobre todo de la ciudad de Rosario, un lugar al que quiero mucho y al que vine muchas veces desde mi adolescencia a cantar”.

El cantante expresó que cuando recibió el llamado comunicándole que había sido propuesto para el título Doctor Honoris Causa de la UNR, sintió un gran orgullo y también asombro. “La alegría que me provocó recibir esa llamada telefónica, podría resumirse en ese momento de subir los escalones de a dos para contarle a Teresa, mi esposa por 50 años, lo feliz que estaba”.

Defensor de la democracia

Durante su exilio en España y luego en Francia, junto a otros artistas de renombre como Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui impulsaron, a través de sus composiciones musicales, un manifiesto testimonial sobre la persecución y censura perpetradas por la dictadura.

En España se acercó a los músicos que, desde las distintas regiones, reclamaban por su identidad cultural diezmada por el régimen de Franco. El mismo Jairo padeció la suspensión de uno de sus shows en San Sebastián y cuando grabó la canción “Señora Hernández” de Facundo Cabral, ésta fue prohibida para su difusión. En Argentina, el disco Jairo canta a Borges, editado poco antes de marzo de 1976, pasó a formar parte de las listas negras de la dictadura militar.

Ya en Paris, Jairo tomó más fuertemente su postura contra la dictadura y en defensa de los derechos humanos. El músico relató que en aquel entonces Francia era uno de los países que con mayor intensidad denunciaba a las dictaduras en Latinoamérica, “y como yo, allá, era una especie de referencia, cuando pasaba algo me llamaban para opinar. En ese sentido, me pronuncié bastante contra el proceso”, relató en una entrevista periodística.

En la segunda semana de estar en París, el embajador de Argentina en Francia ofreció una recepción a los miembros de la compañía. El no fue porque pensó que no hubiera sido ético manifestarse por un lado contra la dictadura instalada en su país y por el otro aceptar la invitación de uno de sus embajadores. De esta forma se cortaron sus relaciones con la diplomacia argentina, situación que se mantuvo hasta 1983.

Fue también en Francia dónde Jairo conoció al que sería el presidente de la vuelta a la democracia, Raúl Alfonsín, con el que mantuvo algunos encuentros y coincidencias. En 1983 viajó a Argentina y participó del cierre de campaña de Alfonsín en la Capital Federal, acto que reunió a más de un millón de personas. Cantó la versión en castellano de “Venceremos” de María Elena Walsh.

Mario Rubén González nació el 16 de junio de 1949 en la localidad de Cruz del Eje, ubicada en Córdoba. En 1970, junto a un compañero de la escuela secundaria, distribuyó un demo de doce canciones a distintas productoras musicales y de esta manera consiguió grabar un disco simple con dos temas. Fue gracias a esto que el artista Luis Aguilé le hizo llegar una propuesta de trabajo por la que firmó un acuerdo y se mudó a España a continuar con su arte.

En 1971 ganó el primer Premio de la Crítica y el segundo premio en el Festival de la Costa del Sol. Con la instauración de la dictadura en el poder decidió marchar al exilio en España y posteriormente a Francia.​ Durante su exilio en Francia se destacó musicalmente, viajó junto a colegas como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Astor Piazzolla y cosechó amistades con personalidades de otros rubros como Diego Maradona y el ex futbolista y entrenador Carlos Bianchi, al que conoció mientras jugaba en el club París Saint-Germain.

Grabó junto a Astor Piazzolla varias canciones en 1981, compuestas particularmente para él por el propio Piazzolla y por Horacio Ferrer, entre las que se destacan “Milonga del trovador” y “Hay una niña en el alba”. Este año presentó su disco “Jairo 50 años de música”, con invitados de la talla de Pedro Aznar, Juan Carlos Baglietto, Víctor Heredia, Luciano Pereyra, Raly Barrionuevo, Marcela Morelo, Abel Pintos, Lisandro Aristimuño y Nahuel Pennisi.

Jairo relata sobre sus años como artista: “Tuve el privilegio de compartir el espacio, el trabajo, el tiempo con personas que admiraba y todos me abrieron los brazos. De todas las personalidades que conocí a lo largo de estos años ninguno de ellos me decepcionó, eran exactamente como yo pensaba”.

 

Una de las cosas que el artista destacó al recibir la distinción de la UNR es que nunca hubiera imaginado lo lejos que lo llevó este camino: “La felicidad que se experimenta al avanzar en la vida haciendo lo que uno más ama”.