Algunas de las estaciones hidrométricas automáticas ubicadas a lo largo de la cuenca del río Pilcomayo se encuentran sin funcionar. Así lo informó el coordinador del Sistema de Monitoreo y Alerta Temprana del río Pilcomayo, Luis María de la Cruz, tras la creciente anómala que se registró este miércoles y que generó la muerte de un pescador en las proximidades de la ciudad boliviana de Villamontes.

La principal causa de la caída de estas estaciones se debe a la falta de mantenimiento. En algunos casos, esta situación viene desde el 2020. La falta de información en tiempo real puede generar una demora peligrosa en el aviso a las poblaciones costeñas que se enterarán de las crecientes recién cuando estas llegan a su territorio. 

El Pilcomayo desde el puente internacional de Misiòn La Paz. 

El miércoles pasado se registró una crecida, anómala para la época que transcurre, en la cuenca alta del río. El aumento de caudal fue el resultado de las precipitaciones que se registraron en las regiones bolivianas de Sucre y Camargo. “Hay imágenes en Bolivia que muestran que las aguas arrasaron con todo en algunas ciudades y poblados”, indicó el encargado del Sistema de Alerta. Hasta ayer, cuatro de las estaciones automáticas no estaban transmitiendo. Entre ellas se encontraba la ubicada en la localidad argentina de Misión La Paz (en el límite con Paraguay), que funciona intermitentemente debido a las dificultades de conectividad del sistema celular. 

También están las estaciones hidrométricas manuales. Pero su desventaja es que la información llega dos o tres veces por día. En cambio, las estaciones automáticas permiten obtener la información en un lapso que puede ser de entre 15 minutos a una hora. 

La medición del ingreso de las aguas mostró que la creciente “entró de golpe como una ola en Misión La Paz”. Según lo que pudieron medir, a esa altura el nivel del río creció un metro entre las 4 y las 7 de la mañana de ayer viernes. 

En Misión La Paz el agua subió un metro en solo una hora. 

De la Cruz explicó que “esta onda en forma de ola repentina es lo que hace que esta creciente sea grave. La altura no es de peligro, pero la velocidad de la crecida sí, porque toma desprevenidamente a quienes están en la costa y los arrastra”, sean personas o animales. Consideró que la ventaja de quienes están en la cuenca baja es que pueden ir teniendo alguna previsión para asegurar que la gente “no pernocte en el río ni lleve el ganado a las orillas” del cauce

Pandemia y falta de mantenimiento 

El titular de la Unidad de Monitoreo y Centro de Datos de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del Río Pilcomayo (que conforman Argentina, Paraguay y Bolivia), Claudio Laboranti, reconoció a Salta/12 la falta de llegada de los datos de las estaciones hidrométricas sobre el comportamiento de las aguas en la cuenca del río. 

"Algunas estaciones están con problemas de equipos o porque son antiguas, o tienen problemas de mantenimiento”, dijo el funcionario. Sumó algunas situaciones de vandalismo contra los equipos a los que, por ejemplo, les robaron los paneles solares que les permiten funcionar. La falta de conectividad a una red móvil que permita la transmisión de los datos de las estaciones también es otro problema. 

Por ejemplo, Laboranti explicó que en la estación hidrométrica que se encuentra en Puente Aruma (Bolivia, en donde se unen dos brazos del Pilcomayo y se registra el mayor ingreso de agua hacia la parte baja de la cuenca), sí transmite los datos pero al estar rodeada de cerros no logra llegar la señal lo suficiente para emitir los mensajes a otros celulares. Ante ello los datos se envían a radios y recién en Timboy (Bolivia), se pasan los datos de radio nuevamente a celular. Pero en este caso, encima, “hubo problemas con la emisión radial”. 

Otro obstáculo que se sumó en la pandemia fue el cierre de las fronteras. La Comisión (que rota de país cada 5 años), se encuentra en estos momentos asentada en Asunción (Paraguay). Ello dificultó realizar el mantenimiento de estas estaciones desde el 20 de marzo del 2020, cuando al menos en Argentina se cerraron las fronteras terrestres, situación que continúa hasta hoy. No hay suficiente personal para crear comisiones dentro de cada uno de los países por los que pasa la cuenca, dado que, por ejemplo, en la Unidad a cargo de Laboranti solo hay tres personas más.