El socialdemócrata Olaf Scholz se encamina a ser el sucesor de Ángela Merkel, tal como lo indican los resultados que pusieron al SPD a la cabeza de las elecciones en Alemania, cuyas fuerzas políticas están negociando la conformación del nuevo gobierno.

Scholz no es un desconocido de la oposición ni del saliente gobierno conservador. Fue vicecanciller y ministro de Finanzas de Merkel y, aunque es reconocido como uno de los más moderados de la fuerza que representa, él mismo se presentó como el "próximo canciller" apenas cayeron los primeros resultados de los comicios.

"Muchos ciudadanos quieren que haya un cambio en el gobierno” y “también quieren que el próximo canciller se llame Olaf Scholz", apuntó de sí en tercera persona.

Scholz supo aprovechar su bajo perfil

El “sucesor de Merkel” tiene 63 años, está casado con una militante del SPD (Partido Socialdemócrata) y supo utilizar su bajo perfil en la campaña luego de ser, durante años, objeto de sarcasmos por su perfil austero y sus discursos en tono de “autómata”, lo que le valió sobrenombre de "Scholzomat".

Nacido en Osnabruck el 14 de junio de 1958, Scholz se unió al SPD a los 17 años. Entonces tenía cabello largo y coqueteaba con las ideas más de izquierda del partido.

Se hizo abogado especialista en derecho laboral y en 1998 fue elegido diputado. Como secretario general del SPD (2002-2004), tuvo que explicar todos los días ante las cámaras el detalle de las impopulares reformas liberales del entonces canciller Gerhard Schröder.

Tras una serie de derrotas electorales, Scholz debió ceder en 2004 su puesto de secretario general, antes de volver en 2007 como ministro de Trabajo.

Marginado en su propio partido

Con Merkel, que lo apoyó en 2017 cuando enfrentó llamados a renunciar tras las violentas manifestaciones durante la cumbre del G20 en Hamburgo, mantenía una relación de confianza.

Su postura centrista lo llevó a quedar marginado por un tiempo en su propio partido. No obstante, fue alcalde de Hamburgo y supo sobrevivir a la crisis de la socialdemocracia en toda Europa.

De hecho, pese a su derrota de 2019, el SPD, uno de los partidos más antiguos de Europa, escogió a Scholz como su candidato para septiembre.

Aprovechó los errores de la Unión Democracristiana (CDU) de Merkel y sustituyó en 2018 como ministro de Finanzas al democristiano ortodoxo Wolfgang Schaüble.

"No se da lo que no se tiene"

"No se da lo que no se tiene", es su lema que marcó la austeridad de sus administraciones. En 2019 se propuso para liderar el SPD, pero los militantes escogieron a dos casi desconocidos claramente más a la izquierda.

Scholz logró recuperar terreno con la pandemia. No dudó en romper con la ortodoxia presupuestaria y tras una década de acumular excedentes, Alemania contrajo miles de millones de euros en nuevas deudas desde 2020, en detrimento de sus estrictas reglas constitucionales. "Todo eso es caro, pero no hacer nada sería aún más caro", argumentó.