Finalmente, Mirtha Legrand se quedó sin responsables por el robo de sus joyas. Ayer, la jueza Ana Dieta de Herrero absolvió al fin de un juicio oral y público a la ex empleada de la conductora, Lina Rosa Díaz, a su pareja, Jorge Petrak, y a su hijo, Orlando Jiménez, que habían sido acusados de haber facilitado el acceso a la banda que supuestamente intervino en el robo, pero sobre la que no hubo datos concretos para identificarlos. El robo se produjo en el departamento del barrio de Palermo, en diciembre de 2010, por un valor que bordeaba el millón de dólares.

Durante la mañana, la fiscal Dafne Palópoli solicitó en su alegato que la acusada sea condenada a seis años de cárcel y su hijo a cinco, mientras que al esposo no lo acusó por falta de pruebas. 

“Voy a leer los fundamentos del fallo y, en virtud de ellos, tomaré una decisión respecto a la apelación”, aseguró la fiscal tras el debate unipersonal llevado a cabo por la jueza Dieta de Herrero.

En cambio, Mirtha Legrand anunció a través de su abogada, Mariana Gallego, que probablemente no apelará el veredicto: “La señora Mirtha Legrand no va a querer avanzar con esto. Para nosotros y para el Ministerio Público Fiscal estaba clara la relación y así lo entendimos. Ya antes de este debate teníamos pruebas suficientes para una colaboración necesaria, y en este debate sólo se incrementó la prueba, pero no fue así como lo interpretó la jueza”, afirmó la abogada. “Acá lo que se investigaba era la participación necesaria de los tres imputados en el hecho; no se conoció hasta este momento quiénes fueron los verdaderos responsables, con lo cual, con la absolución de los tres imputados, se terminó acá el tema”, sostuvo. 

Además, la abogada Gallego dijo que si bien “en el juicio no quedó acreditado cuál fue el destino de las joyas, sí se puede sospechar, por las pruebas y las causas laterales, cuál era la banda que llevó a cabo el hecho”.

Según Gallego, “hay causas paralelas de las cuales se pueden sacar algunas conclusiones, y una de ellas es que existía una banda que habría sido la que realizó el hecho y que utilizaba lo producido de los robos en casas y departamentos para comprar droga en países limítrofes y venderla en Argentina”, indicó.

Díaz, por su lado, sostuvo que nunca se le había cruzado la idea de ir presa porque se sabía inocente. Fui “una víctima de los medios. Yo creo que la señora sabe bien quién soy, por más que le hayan dicho muchas cosas horribles de mí, ella y yo sabemos quiénes somos, porque ella es de la alta sociedad y yo soy del pueblo, pero somos muy humanas y tenemos sentimientos –expresó la mujer–. Mi decisión siempre fue conversar con ella, todos estos años esperé un llamado y no lo recibí nunca, pero bueno, eso está en ella”.

Según Díaz, “fueron siete años de calvario, de acusaciones, de decir lo peor de mi familia”. Por su lado, Albino Stefanolo, abogado de Díaz dijo que “si uno veía los medios, Lina estaba condenada, pero el resultado muestra que no había pruebas porque realmente es inocente. A Mirtha le hicieron saber una versión que no era. Nosotros estamos convencidos de la inocencia de Lina y, como siempre dijimos, el debate se da en la sala, no en los medios”, añadió el abogado, quien pidió “el falso testimonio de la testigo Vanesa Rave”, a quien “no se le puede creer nada” ya que “dio varias versiones distintas de los hechos”.

Rave era pareja de Marcos Andrés Berón González, quien junto con Maximiliano Castany, habían sido señalados como parte de la banda que protagonizó el robo. La identificación en realidad fue extraña: durante el juicio, la fiscal Palopoli informó que una mujer se había presentado en la fiscalía y sin identificarse dejó un sobre color madera que la fiscal abrió delante de sus empleados. Dentro del sobre había una nota, con faltas de ortografía, en la que se mencionaba a los dos hombres como participantes del robo. El círculo se cerraba desde la misma denuncia: además de ser anónima, los señalados habían muerto en 2011 en un tiroteo con la policía. La fiscal decidió entonces investigar al entorno de los dos hombres y citó a las dos ex parejas. Una de ellas era Vanesa Rave. La mujer admitió primero que en una conversación le había admitido haber sido “la cabeza del robo” a la casa de Legrand.

El robo había ocurrido el domingo 5 de diciembre de 2010, mientras Mirtha estaba de viaje por Entre Ríos. Desde el principio se había sospechado del entorno porque los hombres, al menos tres, habían entrado con llaves del edificio y del departamento, sabían dónde estaban las joyas y el dinero, unos cuantos dólares (20 mil), medio millón de pesos y joyas por otro tanto, en el vestidor, y se los llevaron, además de la computadora en la que se grababan las imágenes de las cámaras de seguridad. 

En aquel momento, Mirtha se mostró perpleja y subrayó que según los datos del encargado del edificio, “los tres estaban bien vestidos”.