La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, el ICOMOS argentino y el PRIE, El Plan Rector de Intervenciones Edilicias que está restaurando el Congreso y va a restaurar El Molino, invitan este martes al primer Seminario Externo de Patrimonio Cultural y Legislación. La idea es debatir la cuestión patrimonial de un modo en que se combinen gestión y legislación, dos serios baches entre nosotros.

En el siglo pasado creció la idea de patrimonio y su manejo, con un creciente marco normativo y una intervención del estado cada vez más firme. Los casos abundan, sobre todo a partir de la segunda posguerra cuando Gran Bretaña pone en funcionamiento sus famosas “listas” de preservación y Francia sanciona la Ley Malraux. Los paisajes urbanos y las colecciones culturales ya no son administradas simplemente por los mercados o la buena voluntad de los privados, sino que al menos tienen un aparato legislativo que pone límite, impone obligaciones y sanciona. No es casual que la guerra más destructiva que vio Europa fuera el comienzo de estos esfuerzos.

Los organizadores de este encuentro señalan que patrimonio es una categoría polisémica, con muchos significados, y por lo tanto un poderoso instrumento para entender la vida social y cultural. También es algo que varía de lugar en lugar, y de época en época porque se resignifica la visión de los objetos, lugares, colecciones. Hoy, el valor simbólico, de identidad, es más poderoso. Hace dos siglos, patrimonio se limitaba a piezas de la antigüedad clásica, a colecciones reales de raro valor, a bibliotecas, con lo que se consideraba naturalmente que fuera del ámbito europeo no había patrimonio. 

Hoy hablamos de patrimonio urbano, cotidiano, industrial, etnológico, categorías que no se quedan en el valor material intrínseco de la pieza, en su rareza o antigüedad. Se valoriza el contexto y la representatividad en el contexto de la sociedad, su lugar en la construcción de un imaginario común. El patrimonio se expande de lo “raro”, “único” y oficial a reconocer creaciones más populares y queridas, colectivas, trascendentes como marcadores de identidad. La sociedad se “patrimonializa” y también surge el reciente fenómeno de las ONG movilizadas: vecinos defendiendo lo que perciben como suyo. Es un proceso de adopción de una idea de diversidad cultural llevada a la cultura. 

Esta evolución necesitó de un compromiso ciudadano y necesita de un andamiaje normativo e institucional que lo sostenga, defienda el patrimonio y ayude a preservarlo y hacerlo visible, valorado. A nivel institucional hay poca conciencia y poco práctica ante los reales peligros que afectan el patrimonio, en particular de parte de especuladores y otros traficantes. No es casual que ya en 2013 el ICOMOS publicara la Recomendación de La Plata dirigida a autoridades y funcionarios detallando medidas para preservar el patrimonio cultural, natural y ambiental en la planificación territorial. 

Este encuentro busca, entonces, crear un espacio de reflexión sobre la protección legal del patrimonio y el derecho a la cultura. Específicamente se quiere construir un panorama general de la protección del patrimonio a nivel internacional, nacional, provincial y municipal, reflexionar sobre los vacíos legales y la debilidad de la normativa existente y enumerar los desafíos que enfrenta nuestro patrimonio. La idea es intercambiar experiencias, hablar concretamente de qué se puede hacer en un sistema federal a veces fragmentado, buscar soluciones prácticas a problemas concretos. 

El seminario arranca a las 9.30 del martes en el anexo A de Diputados, con entrada en Rivadavia y Riobamba. La primera mesa incluye a Juan Manuel Beati, Wilhelm V. Boddien, Mónica Capano, Graciela Ciselli y Pedro Delheye. El segundo panel incluye a María Luz Endere, Guillermo Rubén García, María Inés Ortiz de Gallardo y Susana Parés. El tercero cierra con Mariana Pucciarello, Rafael Vaggione, Federico Valdés y Liliana Zendri. Los temas van desde cómo definir los bienes patrimoniales en términos jurídicos a la idea de patrimonio en el cambiante contexto cultural internacional, pasando por la discusión de marcos legales en diversos ámbitos nacionales. La participación de Boddien agrega un valor especial, la discusión de la participación ciudadana en la experiencia de la reconstrucción del palacio de Berlín, un conflicto entre el criterio de “falso histórico” profesional y la necesidad simbólica de los berlineses.

La actividad es abierta y gratuita, pero conviene inscribirse en [email protected] o en [email protected]