En el juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva adelante para esclarecer al asesinato de cinco sacerdotes de la orden de los Palotinos se solicitó que se cite a declarar al comisario retirado de la Policía Federal Víctor Hugo Randazzo. Randazzo se desempeñaba como oficial principal en la comisaría 37ª, que se encontraba a cargo de controlar la zona y está sospechada de haber facilitado el accionar represivo de los grupos de tareas militares que secuestraban y desaparecían a opositores durante la dictadura.

"Sería sumamente importante que Randazzo sea citado a declarar para dar explicaciones sobre su responsabilidad en la actuación de la Comisaría 37ª. La complicidad policial es una de las líneas de investigación que se presentan de manera más clara, porque los efectivos que intervinieron antes y después del hecho están positivamente identificados", aseguró Ramiro Varela, integrante del colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia que forman parte de la querella en la causa y quienes solicitaron la declaración como imputado del ex policía, según informa la agencia Télam.

Los integrantes de la querella argumentaron que Randazzo, junto con el comisario ya fallecido, Rafael Fensore, fueron quienes firmaron el acta oficial de la Policía Federal el 4 de julio de 1976, una vez concretada la masacre y al momento en que se hallaron los cuerpos baleados de los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden, Pedro Dufau y de los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, en la iglesia de San Patricio del barrio porteño de Belgrano. En el acta policial se documentó que "siendo las horas 7.55 de la fecha, se recibe por el aparato telefónico del Estado 51-3333, un llamado telefónico anónimo que dice: En la finca de Estomba 1942, se produjo un grave hecho de sangre". Sin embargo, el detalle inscripto por los policías "entra en franca contradicción con lo relatado por Rolando Savino, el testigo que encontró los cinco cuerpos en la primera planta de la casa parroquial de San Patricio", explicó Varela en la solicitud presentada ante el juzgado federal 12 de la ciudad de Buenos Aires y agregó que Savino "en reiteradas oportunidades manifestó que realizó la denuncia personalmente en la Comisaría 37ª pasadas las 8 de la mañana en compañía de la señora Celia Harper".

En el escrito judicial los querellantes que representan a los palotinos indicaron que se trataba de "solo una más de todas las irregularidades", cometidas por los policías la noche de los asesinatos. Otro de los testimonios recogidos en julio de 1976 fue el de un custodio de la casa del entonces gobernador de Neuquén, el general José Andrés Martínez Waldner, que se acercó a un patrullero que pasaba por la zona  y desde el vehículo, le anticiparon lo que sucedería al advertirle que "si escuchás unos cohetazos no salgas. Vamos a reventar a unos zurdos". En el vehículo policial estaban el oficial ayudante Miguel Ángel Romano, el sargento primero Agustín Báez y los agentes Serafín Losada y Atilio Juárez.

El colectivo por la memoria que impulsa la citación a Randazzo ponen énfasis en que nunca se tomó la denuncia de Savino y Harper, apuntando a la complicidad policial con los asesinos de los sacerdotes. "En el caso de Romano, por ejemplo, su responsabilidad penal está sobradamente probada. Luego de 45 años de impunidad, es necesario avanzar no sólo sobre los autores materiales del hecho, sino también sobre sus cómplices y encubridores", destacó el abogado Varela.