No anduvo con rodeos Diego Osella. No repartió culpas al árbitro, al estado del campo ni al clima. El entrenador leproso habló de "errores muy tontos" y dejó una frase muy picante que va a molestar a más de uno: "Me equivoqué con los nombres que puse en cancha". Sonó a autocrítica, pero también olió a desparramar culpas a los jugadores, a algunos al menos. "Este iba a ser un partido de detalles. Esos detalles en estos partidos se pagan caro", sintetizó el director técnico de Newells, preciso y certero. Más allá de que fue claramente inferior, la lepra cometió erorres groseros que le simplificaron la victoria a Central.

"El culpable número uno por esto soy yo", remarcó Osella. El entrenador se hizo cargo del traspie, el segundo de manera consecutiva, ambos de local y con siete goles en contra. "Hay que levantarse y continuar, hay que tener fuerza y voluntad para llegar al final con posibilidades, ahora tenemos otros desafíos, hay que levantarse rápido", pidió Osella.