Con café de por medio, el ministro de Economía, Martín Guzmán y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, compartieron una reunión extensa en la sede de Hacienda con agenda abierta, debate sobre los alcances del crecimiento económico y una voluntad clara: que el encuentra se sepa. Hubo foto, videos en Instagram y comunicación oficial. El señalamiento a la metodología para dar a conocer el evento adquiere relevancia al observar que, a diferencia de lo que se cree, ambos cuadros mantuvieron ya varios encuentros y comunicaciones en los últimos tiempos. 

De esos mítines, sólo se conoció el de las últimas horas y otro que compartieron en el mismo escenario en los primeros días de junio. Las razones que motivaron la postal son varias y casi que ofrecen opciones a la carta: la predilección del análisis rápido pone en el centro las tensiones manifestadas por el kirchnerismo respecto a funcionarios de la administración de Alberto Fernández y, sobre todo, el rumbo económico que seguirá el país luego de las elecciones del domingo.

De todos modos, el eje de la conversación fue netamente económico y en torno a la reactivación. El ministro de Economía se encargó de compartirle al gobernador un archivo con números de corto y mediano plazo de la actividad. Kicillof está al frente de la provincia que mayor injerencia tiene en el PBI nacional, y según fuentes que conocieron detalles del encuentro, tiene una obsesión central: que la reactivación económica no se transforme en un reparto desigual de los beneficios. Allí comparte con Guzmán visiones al respecto. Ambos creen en que hay que trabajar para evitar que un pequeño núcleo se quede con la mayor parte de la torta de lo que ven será un proceso de crecimiento sostenido en el mediano plazo. Palabras más o menos, es lo que planteó el ministro en la cena que mantuvo el lunes por la noche con más de 100 empresarios y empresarias en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut.

Respecto a cómo conseguir una distribución equitativa, Kicillof afirma que lo central debe ser cuidar la marcha de los precios, pero sin dejar de incentivar el consumo y la demanda. El gobernador, uno de los economistas más escuchados por la vicepresidenta, Cristina Fernández, detalló en el encuentro que la industria en territorio bonaerense viene respondiendo bien, pero hay que apuntalarla con mayor demanda para que continúe en esa senda. Para Kicillof, es más que relevante que se sostenga la demanda de empleo. Sobre ese punto, ambos valoraron la marcha de las paritarias y hablaron de cómo la reactivación podría volver a generar puestos de trabajo en el sector privado.

Toda esta idea que cruzó la charla tiene, naturalmente, una lectura política. Las diferencias de concepción de modelo económico entre el kirchnerismo y los nativos albertistas quedaron expuestas como una de las causales de la crisis post PASO del Frente de Todos. Una especie de pulseada entre los que fomentan un mayor gasto y aquellos que aseguran que sin ordenamiento fiscal no hay futuro. El encuentro de Kicillof y Guzmán sintetiza, además, una postal de cierto acuerdo político sobre el futuro entre dos hombres de peso. El predilecto de la vicepresidenta y uno de los que mayor respaldo tienen del presidente Alberto Fernández.

La difusión de la foto tiene, en este sentido, una intencionalidad de mostrar cierto nivel de acuerdo, aún cuando convivan con algunos enfoques de política distintos. “Ellos tienen muchas actividades en común, compatibilicen o no, trabajan juntos”, describió a Página I12 una fuente que frecuenta a ambos. Tras el fin del encuentro, quedaron en seguir una serie de conversaciones y evaluando la gestión en base a los números. El tiempo corto, posterior al 14 de noviembre de elecciones, dirá si esa foto tiene alguna otra lectura que vaya más allá de lo antes contado.