La tensión entre la Unión Europea y Bielorrusia aumentó con la llegada de miles de migrantes, en su mayoría de Irak y Siria, a la frontera oriental de Polonia. La UE anunció sanciones a funcionarios de Minsk, a quienes acusa de orquestar la llegada de migrantes y el gobierno polaco aseguró que repelieron a miles de personas de intentar cruzar la frontera oriental del país. Por su parte el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, acusó a “estructuras mafiosas” por la actual crisis migratoria y a su vez achacó a Polonia una “actitud inhumana” al negarse a aceptar el ingreso de refugiados.

El gobierno polaco, la UE, la OTAN y Estados Unidos acusaron a Bielorrusia de facilitar el cruce de migrantes por la frontera oriental de Polonia. La UE señala a Lukashenko de dirigir a los migrantes hacia la frontera en un intento por desestabilizar el bloque europeo que impuso duras sanciones por la represión del gobierno de Minsk a protestas de la oposición. La situación constituye una escalada luego de meses de presión sobre las fronteras de los estados europeos de Lituania, Polonia y Letonia, ubicados en el límite este del bloque con Bielorrusia. El mes pasado un grupo de ministros de Interior, entre ellos el  de Polonia, pidieron al bloque que financie "barreras físicas" las fronteras exteriores.

Actualmente los límites impuestos por Bielorrusia a la prensa y el estado de emergencia y militarización decretados por Polonia en la frontera impiden la llegada de periodistas a la zona. Sin embargo, el ministerio de Defensa polaco difundió videos en los que se ve a los migrantes cortando alambrados para intentar cruzar a la UE y otros en los que se los ve acampados entre hogueras para soportar temperaturas cercanas a los 0 grados. En otro video, la cartera de Defensa asegura que había militares bielorrusos acercándose al vallado fronterizo.

Más militares a la frontera

En tanto el gobierno polaco aumentó su presencia militar en la frontera con Bielorrusia. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, afirmó que "sellar la frontera" está "en el interés nacional" de Polonia". "También la estabilidad y la seguridad de toda la Unión Europea (UE) están amenazadas", añadió. Varsovia anunció que ampliará las fuerzas militares en la frontera, donde actualmente suman 12 mil efectivos. Además esperan la llegada de dos batallones desde Podlasia, una provincia al este. También trasladaron a fuerzas policiales de varias ciudades, como Poznan, Gdansk y Lódz, para que colaboren en las tareas de vigilancia.

La policía fronteriza polaca reprimió a los migrantes que intentaban cruzar hacia Polonia. Desde los altos mandos militares aseguran que entre los migrantes hay personas "que muestran signos de pertenecer al servicio secreto bielorruso". Según el general Roman Polko, el gobierno de Lukashenko proporciona a los migrantes "números de teléfono de periodistas y organizaciones polacas" para coordinar el ingreso al país y que "usan a los niños para provocar empatía". La presidenta del Parlamento polaco, Elzbieta Witek, programó una sesión extraordinaria para discutir este martes la situación, y aseguró que su Gobierno "está preparado para cualquier escenario".

Sanciones del bloque

Por su parte, la UE suspendió parcialmente un convenio que facilitaba la entrega de visados a funcionarios bielorrusos. La suspensión aplica para miembros del Gobierno, legisladores, diplomáticos e integrantes de primera línea del Poder Judicial que ahora deberán presentar documentación adicional y pagar más por las visas.

El gobierno de Lukashenko le pidió a Polonia que se abstenga de provocaciones para justificar el uso de la fuerza contra los migrantes. "Queremos advertir de antemano a la parte polaca contra todo tipo de provocaciones contra Bielorrusia para justificar posibles acciones de fuerza contra personas necesitadas y desarmadas, entre las cuales hay muchos niños y mujeres", señaló la oficina de prensa del ministerio de Asuntos Exteriores. Según la diplomacia de Minsk, el agravamiento de la situación migratoria en la frontera entre Polonia y Bielorrusia es "consecuencia directa de la postura de Varsovia de ignorar largamente una realidad objetiva, de la política de avestruz ante graves problemas". Además consideró inconsistentes los señalamientos que responsabilizan al gobierno de Lukashenko por la llegada de migrantes.

El Kremlin pide evitar escalada

Mientras que Aleksandr Lukashenko y su par ruso, Vladimir Putin, conversaron por teléfono sobre la tensión en la frontera entre Polonia y Bielorrusia e "intercambiaron puntos de vista sobre la situación", según informó el Kremlin en un comunicado en el que instó a todas las partes a mantener un comportamiento "responsable para evitar una escalada". El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, culpó a Occidente de la crisis en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. El canciller apuntó contra la política de la OTAN y la UE en relación a Medio Oriente y el norte de África. "No se puede olvidar dónde empezó todo y de quién es la culpa de lo que está ocurriendo ahora. Por eso, la principal responsabilidad del arreglo de la crisis migratoria reside ahora en aquellos que crearon las condiciones para el surgimiento de este problema", señaló.