El domingo las y los argentinos votan. No importa si están en el territorio nacional o si se encuentran residiendo en el extranjero: el derecho de elegir a sus representantes es igual para todas y todos. Y el derecho de hacerlo de forma transparente y regular, también. Para esto trabaja la agrupación Argentinos para la Victoria - Provincia25, un grupo de argentines distribuidos en 18 países del mundo que rescata la importancia del voto desde el exterior, y que el 14 de noviembre garantizarán 125 fiscales de los 190 que estarán “cuidando” el voto. “Para nosotros es importante insistir en que sí puede votar y que hay compañeros fiscalizando para que su voto rinda y funcione, porque la semillita del interés está, solo hay que regarla”, destacó a Página/12 Juan Goldín Pagés, uno de los integrantes de la agrupación.

Son 409.152 personas que viven en el exterior las habilitadas y empadronadas para votar en las elecciones legislativas generales del domingo, en las 133 representaciones que hay en el mundo. Este número representa alrededor del 1,13 por ciento del padrón nacional de 34.332.992 electores y electoras. “La provincia 25, que es el nombre que se le da a todos los argentinos que estamos en el exterior, es un territorio importante: seríamos la provincia número diez en cantidad de electores”, explica Goldín Pagés desde Lisboa, Portugal, donde reside.

Si bien el voto desde el extranjero es voluntario y no obligatorio, la participación ha ido creciendo en los últimos años, con un 12 por ciento del padrón habiendo votado en 2019 --triplicando lo sucedido en 2017. “Votar es sentirse de alguna forma más cerca de Argentina, que seguís siendo parte del país, porque no es fácil estar afuera”, considera el integrante de la agrupación Argentinos para la Victoria - Provincia25. “Todos los que estamos afuera tenemos familia, amigos y compañeros viviendo en Argentina, es difícil olvidarlo”, sostiene sobre la importancia y el deseo del voto. En su caso, se suma la militancia y la participación activa.

La fiscalización en el exterior es similar al rol que tiene un fiscal en Argentina: “Tenés que estar en la apertura de la mesa, 7:30, y presentarte ante el presidente de mesa en el consulado”, cuenta Goldín Pagés. “Después es estar en la apertura de las urnas, en el conteo de los votos, ayudar a enviar las planillas para el centro de cómputo en Buenos Aires”, enumera. En este sentido, la agrupación garantizará 125 fiscales en 14 países de los 23 en los que habrá fiscalización --aunque cualquier persona puede presentarse a ser fiscal--: Portugal, España, Austria, Francia, Brasil, Paraguay, Holanda, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Bélgica, Colombia, Suiza y Canadá. “No es impedir el voto de nadie, sino todo lo contrario, que voten con facilidad, votes a quien votes”, continúa el periodista, actor y activista, y añade: “Es incentivar la participación y controlar que todo está haciéndose correctamente”.

Cabe aclarar que los comicios en el exterior son en el mismo horario que en Argentina, y solo hay variación al entrar al cuarto oscuro: la boleta es una boleta única de papel en la que están representadas todas los partidos y frentes políticos que compiten, diseñada por la Cámara Electoral Nacional (CNE); pero, igualmente, hay 24 boletas, una por cada distrito electoral --las y los electores emiten su voto según el último domicilio registrado en el país. Además, la cantidad de mesas y centros de votación disponibles en cada país varía según la cantidad de argentinas y argentinos que residan en el mismo y estén inscriptos para votar. Es decir, quienes hayan realizado el correspondiente cambio de domicilio a algún país del extranjero hasta el 18 de mayo último, y que esté asentado en su DNI.

Por eso, el acto de fiscalizar es solo el último paso de toda una tarea logística previa: “Se junta dinero para los pasajes porque no todos están bien económicamente, se abren las casas para que puedan quedarse a dormir quienes vienen de otras ciudades, se comparte lo que se tiene de forma absolutamente voluntaria”, explica Juan Alonso, arquitecto y también integrante de la agrupación que reside en Harlem, Holanda. Esto sucede mayormente en los países que tienen pocas mesas, generalmente ubicadas en el consulado argentino del lugar. Por ejemplo, en Portugal, sólo hay una mesa en Lisboa para votar, lo que implica el traslado de los que viven en otras partes del país. El voto por correo podría solucionar este aspecto, y se espera que se trate una ley en este sentido en el 2022, distinto al decreto incostitucional de Maurcio Macri --ya que las leyes electorales deben pasar por el Congreso.

“Por esto es tan importante la agrupación, porque con los fiscales solos no basta en el exterior: para llegar a todos lados, votar y fiscalizar, necesitás ese apoyo logístico y moral que se consigue del aporte voluntario de mucha gente”, sostiene Alonso, que considera que “las elecciones siempre movilizan”. 

Informe: Sofía Moure