Desde San Juan

Que la Selección salga de Buenos Aires ya es una rareza. Que lo haga para un partido por los puntos, aún más. Y que sea contra Brasil en la reedición de la reciente final de Copa América, casi que una subversión. No es casualidad entonces que San Juan esté viviendo una pequeña revolución en su cotidianeidad. Capacidad hotelera al cien por ciento, colas de cuatro kilómetros para conseguir entradas (presenciales, para favorecer a los hinchas locales) y ciertos desmanes, propios de la congregación de multitudes y fuerzas de seguridad.

"Ojalá que la gente pueda disfrutar del partido. Nos llena de orgullo que todos quieran ir a ver a la Selección. Ojalá pudieran ir muchos más. Pero las entradas son estas y tienen que estar tranquilos", declaró Scaloni este lunes desde Ezeiza, entre pecho inflado y paños fríos. A su vez, el conductor de la "Scaloneta" dio a entender lo que las casi 25 mil personas que estarán esta noche en el estadio Bicentenario esperaban, que Messi jugará desde el inicio este martes, desde las 20:30, con televisación de la TV Pública y TyC Sports.

El que no estará será Neymar -se bajó horas antes de viajar al país- para desilusión del centenar de sanjuanines que aguardaba el arribo de la delegación brasileña al hotel céntrico en el que se hospedarán, entre intenciones non sanctas y la curiosidad genuina por atestiguar la existencia de aquellos que sólo son a través de la pantalla. En lo que sí coincidieron tanto la selección verdeamarela como la albiceleste es que optaron por arribar a estas tierras por la noche y, así, le escaparon a los 36 grados de temperatura que hicieron transpirar más a extraños que a propios durante la jornada. Con lo que sí se toparon fueron con unos vientos veloces e inmarcables que hubieran ruborizado hasta al Pájaro Caniggia, demoraron los vuelos y causaron algún que otro apagón, atentando incluso contra la finalización de esta nota. Para el Superclásico, se espera que la cosa baje de manera abrupta y el duelo se juegue con poco más de 20 grados.

El otro clima, el futbolero, también voló alto. Las condiciones se establecieron desde hace varios días, con la visita del trofeo de la Copa América, las refacciones al estadio para ser apto Conmebol, varias presentaciones previas de la Selección en la provincia y la ansiedad por la llegada de la tan esperada fecha para despedir un año inmejorable del equipo de Scaloni: 15 partidos, 10 triunfos y 5 empates; 26 goles a favor y 7 en contra.

Claro que no todo es Selección en San Juan. Lo comprobaron los 11 mil hinchas de San Martín que anduvieron alentando a los suyos en la derrota ante Independiente Rivadavia por la tarde, a puro canto y bombo en la última fecha de la Primera Nacional. Una estación de servicio indiscreta y aledaña al estadio Ingeniero Hilario Sánchez permitía pispear desde la calle la popular local, castigada por el sol y el 0-1 de la visita. En la soledad de la acera, mientras tanto, una ferretería dejaba seguir las acciones que las vallas censuraban con su radio a todo volumen. Que Prósperi toca con Rivero, quien abre con Berterame... Este martes, la escena en esa vereda seguramente sea la misma, nomás que los apellidos serán otros y la ilusión, mucho mayor.