De repente aparece un jovencísimo Jagger, con rostro al frente, y un traje de esquimal que lo ubica imaginariamente --o no-- en la nieve. La foto le pertenece al Terry O'Neill, otro ser mitológico del rock que, en vez de cantar y componer, se dedicó a congelar instancias cuando todo era (casi) nada. El período 1963--1965, para plasmar en números. Otra que pertenece a él deschava a los cinco Stones primigenios munidos con bolsos y valijas, caminando por una calles de Londres, al lado de un carro que parece contener cajones de huevos, o de frutas. Otros retratos, en cambio, salieron de la cámara de Gered Mankowitz, reportero gráfico que también inmortalizó a los Stones allá lejos en el tiempo, tal como muestra Breaking Stones (A Band on the Brink of Superstardom 1963--1965), exposición que acaba de arribar al país y será puesta a disposición de miradas públicas a partir de mañana en la sala Caras y Caretas (Venezuela 330) bajo el nombre castellanizado de Disparando a los Stones, y la organización del Grupo Octubre.

"La muestra en Buenos Aires cuenta con catorce fotografías, porque decidimos que fuese una pequeña joya de exposición para que necesites más, para que te quedes con las ganas de saber más sobre esto. Es como si fuese un concierto en el que te encontrás por sorpresa en un pequeño bar, y de repente se juntan los Stones para hacer una jam session", introduce y ejemplifica Diego Alonso, encargado de la selección de las imágenes, los textos que las acompañan y el montaje de la exposición que se originó tras la edición del libro homónimo en mayo del pasado año, en Londres y Madrid. "Los dos fotógrafos que participan en esta exposición", sigue Alonso, "fueron quienes 'modelaron' la imagen que hoy conocemos de los Rolling Stones. Y los años que toman son cruciales, ya que es el período en que se gesta toda una estética que llagará, obviamente adaptándose, hasta nuestros días. En 1965 ya la banda viaja a Estados Unidos y se convierte en la más famosa del planeta", grafica Alonso, acerca de otra de las aristas por donde entrarle a un derrotero de sentido que sigue con una tremenda foto de Mankowitz: Jagger, Richard, Wyman, Jones y Watts, casi apelmazados entre dos paredes de hierro.

U otra que los delata en una sesión de grabación, a través de una secuencia compuesta por ocho negativos. "Mankowitz fue amigo de los Stones, viajó con ellos en todas las primeras giras, y fue quien creó unos de los mejores retratos existentes de Hendrix, dicho sea de paso. Hoy en día sigue trabajando y ensañando fotografía", detalla Alonso, y extiende la información hacia el legendario O'Neill, el primero en fotografiar a una banda de rock (The Beatles) y publicarla en la portada de un diario. "O'Neill trabajó con todos, desde David Bowie a Jim Morrison, Kate Moss, Sharon Stone, Naomi Campbell y... no sé, la lista podría ser interminable. Además, era muy creativo: fue quien inventó la foto de los Stones caminando al lado del carrito con cajones, porque decía que el público en general tenía la idea que los músicos eran vagos, que no trabajaban, entonces para cambiar ese prejuicio, quiso darles esa actitud, la de entrar a trabajar a la sala de ensayo", explica el curador sobre una de las fotos citadas, que O'Neill tomó cuando tenía apenas 25 años, seis más que los que tenía Mankowitz cuando realizó su primera sesión con la banda, en Mason´s Yard.

--¿Qué otra fotografía destacaría y por qué?

--El triple retrato en forma de tira de contactos de Jagger. Me encanta como esa foto fue "robada" por David Bailey que la copia exactamente, pero realizada en estudio unos días después. Mick había comprado la parka rusa en un mercadillo de segunda mano, estaba encantado con ella, y Terry lo inmortaliza durante el descanso de un ensayo.

La puesta anterior de la exposición fue durante agosto de 2016 en el Centro Cultural de Jesús, en Ibiza, donde se desbloquearon en público veinticinco fotos de unos Stones aún joviales, aún en estado embrionario, pero denotando ciertos rasgos personales que se irían profundizando con el paso de los años, como el retrato de Richards, fumando y bebiendo, con la mejilla derecha apoyada en la mesa de un bar. "Estaba impresionado por los Stones. Se vestían de forma casual, tenían picardía y eran diferentes a las otra bandas", llegó a decir O'Neill sobre aquellos tiempos que enlazaban las etapas iniciáticas en el Marquee Club de Oxford Street, con los primeros discos zambullidos en el proceso de blanqueamiento del blues. "La exposición en Ibiza fue un verdadero éxito de público, prensa y ventas en sus tres presentaciones, y el libro se continúa vendiendo cada día a través de nuestra página web (www.mondogaleria.com/SHOP/). Nuestra intención es conseguir un patrocinio para la impresión del libro en español, enfocado al mercado argentino, latinoamericano y estadounidense, y lo vale porque es fantástico. Tiene unas trescientas fotos blanco y negro y ciento cincuenta en color. Es un trabajo místico, mágico, entrañable... te metés en el día a día de la gestación de un mito", vende el artista, publicista y montador argentino --radicado en Madrid-- sobre el libro que determinó la muestra, y que contiene, además de fotografías, una larga serie de anécdotas de los fotógrafos y textos de introducción escritos por cada Stone, más otros personajes emblemáticos como Andrew Loog Oldman, productor de los primeros siete discos de la banda londinense. "Espero que venga todo el mundo, y que se quede con las ganas de más... hay mucha foto y mucho Stone por delante", cierra Alonso.