El exdictador de Corea del Sur Chun Doo-hwan, que gobernó el país entre 1980 y 1988, cuando fue derrocado por manifestaciones masivas, murió este martes a los 90 años en su casa en Seúl.

El general Chun llegó al poder con un golpe de Estado, después del asesinato del anterior líder, Park Chung-hee, en 1979.

Durante su mandato, marcado por la represión, la economía surcoreana despegó y la capital del país se convirtió en la sede de los Juegos Olímpicos de 1988.

La exigencia popular de tener un gobierno elegido de forma democrática -Chun quería que el mandato lo asumiera un candidato de su confianza- lo obligaron a renunciar.

"El Carnicero de Gwangju"

Chun es conocido como el "Carnicero de Gwangju" por la represión del Ejército de un levantamiento popular en su contra en esa ciudad del suroeste del país en agosto de 1980. Se estima que alrededor de 200 personas murieron o desaparecieron en ese hecho, aunque los activistas aseguran que las pérdidas pueden ser tres veces superiores.

En 1996 el dictador fue condenado a muerte por su implicación en la masacre. Sin embargo, la ejecución fue conmutada en la fase de apelación y posteriormente fue liberado gracias a un indulto presidencial. El año pasado fue considerado culpable de difamación en relación a la masacre de Gwangju.

Chun siempre negó su participación directa en la represión y alegó que se trató de “disturbios”, al igual que otros políticos de la extrema derecha surcoreana.

Sin flores para Chun

La vocera de la Presidencia surcoreana, Park Kyung-mee, expresó sus condolencias a la familia de Chun, pero agregó que era lamentable que el exlíder no se hubiera disculpado por los eventos de Gwangju antes de morir.

Park agregó que la Casa Azul, la residencia oficial del presidente, no planeaba enviar flores ni a ningún representante a las exequias de Chun, informó la agencia de noticias surcoreana Yoonhap.