El director ejecutivo de la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Robb Butler, resaltó este miércoles la importancia de los barbijos para frenar el impacto de la pandemia de coronavirus y aseguró, en ese sentido, que si el 95% de los ciudadanos del continente los usara se podrían salvar unas 160.000 vidas.

Según indicó el especialista, "solo el 48% de los habitantes de la región europea lleva tapabocas". Cuando "este indicador aumente –si es que eso sucede– se reducirán los casos de infección y de mortalidad", afirmó.

Concretamente, vaticinó Butler entrevistado por Sky News, "se podrían salvar unas 160.000 vidas si el 95% de la población usase la mascarilla" .

En la actualidad, de un 45% a un 47% de la población de los países europeos no se aplicó aún la vacuna contra el coronavirus, detalló el director ejecutivo. "Permitan que yo diga bien a las claras: no se vacunó la mayoría de las personas que se atienden hoy en las unidades de terapia intensiva ", advirtió, citado por la agencia de noticias Sputnik.

Hans Kluge, jefe de la oficina europea de la OMS, ya había alertado previamente que más de 500.000 personas podrían morir en la región europea --que atraviesa una nueva ola de contagios-- hacia febrero de 2022 si no se logra el nivel requerido de la vacunación y la gente sigue resistiendo al barbijo.

En Italia piden que vuelva el uso obligatorio de barbijo al aire libre

En Italia, la falta de uso de tapabocas comienza a preocupar a las autoridades. Esta semana, representantes de las 20 regiones pidieron al gobierno que evalúe la posibilidad de reintroducir el uso obligatorio de barbijo al aire libre, ante el aumento de los contagios diarios de coronavirus.

"La hipótesis del barbijo al abierto fue puesta por las regiones en la mesa de diálogo con el gobierno", planteó el responsable de salud de la región del Lacio. 

"Es una medida que debería ser adoptada de inmediato en toda Italia sin importar el color de cada región", reclamaron los jefes regionales, en referencia a la escala que, desde el blanco al rojo, divide al territorio italiano según el riesgo epidemiológico.