El fútbol italiano está a las puertas de un nuevo escándalo, que amenaza con escalar hasta límites insospechados: en la noche del viernes, la sede de la Juventus fue registrada por orden de la Fiscalía de la ciudad de Turín, que investiga por fraude a la directiva del club a partir de la compra de futbolistas y otras operaciones poco claras en los últimos tres años.

La Guardia de Finanza (policía de asuntos fiscales) confirmó en un comunicado que sus agentes accedieron a la sede del Juventus con la orden de recabar documentación relativa a las cuentas del periodo 2019-2021. En concreto, la Fiscalía encargó recoger información sobre la compraventa de jugadores y sobre la formación de los presupuestos.

La investigación abierta por la Fiscalía de Turín ahonda en la posibilidad de que la dirección del Juventus haya incurrido en delitos como falsedad de documentos y emisión de facturas falsas sobre operaciones inexistentes. La atención de los fiscales se centra en el traslado, cesión o venta de jugadores y las prestaciones de algunos agentes intermediarios. Los investigados son los directivos del área comercial, financiera y para la gestión deportiva. La operación comenzó en la tarde del viernes después del cierre de la Bolsa de Milán para no interferir en la cotización del club "bianconero".

Se trata de parte de una investigación denominada "Prisma" que se inició en mayo de 2021 y que es dirigida por un equipo de fiscales de delitos económicos, compuesto por Ciro Santoriello, Mario Bendoni y Marco Gianoglio. Entre los investigados, según publican los medios, están el presidente Andrea Agnelli, su vicepresidente, Pavel Nedved, el exresponsable de la sección deportiva, Fabio Paratici, el actual jefe del área corporativa y financiera, Stefano Cerrato, su antecesor, Stefano Bertola y el exdirector financiero, Marco Re.

De acuerdo a los medios italianos, la investigación está centrada en 42 pases sospechados de haber sido sobre valorados en los balances, para elevar el precio de las acciones del club. La operación que más llama la atención es el canje que provocó el arribo del brasileño Arthur a Italia en 72 millones de euros y la salida del bosnio Miralem Pjanic a Barcelona por 63 millones. En total, el monto investigado supera los 282 millones de euros e incluso contempla el contrato de Cristiano Ronaldo con la Juve, más allá de que el portugués no aparece involucrado.

No se trata de un hecho aislado en la historia de la Juventus, que fue protagonista de uno de los mayores escándalos de este siglo, el denominado Calciopoli, que provocó su descenso en 2006. En aquel momento, los directivos de Juventus, junto a pares de otros clubes, fueron encontrados culpables de haber influido en la designación de árbitros para que los favorecieran en partidos decisivos de la Serie A.