Dos comisarios de la Bonaerense fueron detenidos en La Plata, en la causa conocida como la de los caranchos. Los dos comisarios son investigados porque de escuchas telefónicas surgió la posible derivación de sumarios por accidentes de tránsito a abogados dedicados a estos asuntos, a cambio de pagos de coimas. Uno de ellos, Raúl Frare, ex jefe de la comisaría de Villa Elisa, está procesado por la causa principal de la que se desprendió la de los caranchos, la de los sobres de dinero en la jefatura de la Departamental La Plata, que investiga el fiscal Marcelo Martini. La de los caranchos, que llevaba el fiscal Fernando Cartasegna, quedó en manos de Martini después de la licencia de Cartasegna tras una serie de atentados de dudoso origen. Precisamente, un tiroteo frente a la casa de Cartasegna, ayer a la madrugada, sumó dudas: la custodia de la Federal intercambió disparos con dos o tres hombres que huyeron. No está claro que hayan intentado atentar contra el fiscal de los atentados, ni si se trató de un acto delincuencial común, o si alguna mano amiga intentó reforzar los peligros que corre Cartasegna. 

Los pedidos de detención fueron realizados por Martini. Como se señaló, es el mismo fiscal que analiza la causa de los sobres con dinero de coimas hallado en un escritorio de la Departamental La Plata. Y Frare, uno de los detenidos, está procesado en la causa de los sobres en La Plata.

El otro comisario detenido por pedido de Martini es Leandro Sarinas, actual jefe de la comisaría de Abasto. Un tercer imputado es el oficial Rodrigo Ezequiel Rocha de la comisaría 12ª, de Villa Elisa, que no se había presentado en su puesto, y que se mantuvo prófugo hasta que lo encontraron en su casa.

Las detenciones se realizaron por orden de la jueza de Garantías Marcela Garmendia.

La causa de los caranchos surgió cuando en las escuchas telefónicas que surgieron de la investigación de los sobres, “varios de los policías imputados aparecían contactando a abogados conocidos por intervenir en accidentes de tránsito”, reveló una fuente de la investigación.

Uno de los policías que aparecía era Raúl Frare, que recuperó su libertad por decisión del Tribunal de Casación bonaerense.

Al solicitar la elevación a juicio oral de la causa de los sobres, Martini desprendió la investigación por los caranchos, que recayó en la fiscalía de Fernando Cartasegna. El traslado tuvo lugar a fines de abril pasado. 

A principios de mayo, Cartasegna fue hallado en su despacho, acostado en el piso con las manos atadas por delante con cinta de embalar, con las piernas con hilos para coser expedientes, un cable de PC enrollado en su cuello y el apellido Nisman escrito con azúcar en el piso. El despacho estaba cerrado con llave por dentro. Y su custodio había sido licenciado, unas horas antes del episodio, por el propio fiscal, pese a que el sábado, cuatro días antes, había denunciado que fue amenazado y agredido en plena calle, a unos metros de los tribunales.

Un día antes, un empleado de la fiscalía fue visto por el jefe de seguridad del edificio en un baño del edificio con un volante en el que se leía una amenaza contra Cartasegna. El empleado aseguró que lo habían enviado a retirarlo, pero el jefe de seguridad sostuvo que el empleado se había retirado del baño y el volante seguía pegado. Un peritaje de Gendarmería determinó que el volante había sido producido con la impresora del despacho de Cartasegna. Ahora analizan desde que máquina se envió la orden de impresión.

El tiroteo de ayer por la madrugada, ante la puerta de la casa del fiscal, en Gonnet, se suma a las extrañas informaciones que rodean las supuestas amenazas que, por el momento, son vinculadas sin certeza a la causa de los caranchos.

A las 5.30 de ayer, un hombre armado y, supuestamente con un chaleco antibala que creyó ver el custodio del fiscal, disparó contra el policía cuando éste dio la voz de alto. El hombre disparó dos veces y subió al auto negro en el que había llegado junto a otros dos hombres, en el que escaparon. El custodio disparó tres veces. No se registraron heridos.

“Estamos en plena investigación, sabemos que tres personas, una en particular, efectúa disparos hacia la casa de Cartasegna y/o su custodia, en esa dirección, y que éstos fueron repelidos por la custodia de la Policía Federal”, dijo Martini, quien en declaraciones a distintas radios consideró el hecho como “una intimidación evidente” y que, según Martini, acredita las amenazas anteriores. “Fue una intimidación y fue un hecho real. La causa que se le atribuía a él, la de los ‘caranchos’ (en la que fueron detenidos tres policías acusados de haber derivado sumarios por accidentes de tránsito a denominados ‘abogados caranchos’ a cambio de dinero) me la pasaron a mí y yo procedí a las detenciones. Que quede claro, la causa la tengo yo, no la tiene más Cartasegna”, aseguró Martini.

“Era de madrugada y estaba todo oscuro. Uno de ellos efectúa disparos y, según el custodio, tenía un chaleco antibala y tapada media cara. El personal de la Policía Federal repele los disparos y escapan en un auto”, detalló Martini.

Por su lado, el procurador general del Ministerio Público bonaerense, Julio Marcelo Conte Grand, sostuvo que “aún no está confirmado que haya sido una nueva agresión al doctor Cartasegna. Hay muchas alternativas. Se están analizando los hechos y las pruebas para ver si pudo tratarse de un nuevo ataque al fiscal, si fue un hecho delictivo común o si se trató de una agresión a los policías federales”, añadió el procurador.

“Se está investigando si en la zona hubo episodios delictivos o robos que nos hagan pensar que los personajes andaban en la zona. En ese caso, esto sería un hecho en medio de un raid delictivo. Pero yo no descarto nada. Lo más lógico es que tenga que ver con las anteriores amenazas que recibió”, expresó Conte Grand.

Desde el Ministerio de Seguridad bonaerense pusieron un compás de duda y espera: aseguraron a este diario que “no balearon el frente de la casa sino que la custodia vio a un sujeto raro, dio la voz de alto y le respondieron con dos tiros y el federal respondió con tres.