Corren los días, se acerca la fecha de la sesión preparatoria en la Cámara de Diputados y la pelea por el reparto de cargos no para de avivar el internismo de Juntos Por el Cambio. La feroz disputa dentro de la UCR por la conducción del bloque, en la que el ala comandada por Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti no termina de renunciar a su pretensión de desplazar a Mario Negri de la jefatura, se mantiene al rojo vivo y se derrama sobre el resto de la coalición opositora. Todavía enojado por los tortazos que Elisa Carrió le dedicó el sábado pasado, Yacobitti cruzó a la líder de la CC y la acusó de "extorsionar" a legisladores a cambio de cargos, lo que despertó la furia de varios lilitos. Horacio Rodríguez Larreta, mientras tanto, mantuvo una reunión reservada con Carrió para calmar las aguas y alivianar el clima de tensión de los últimos días. No son pocos, sin embargo, los referentes del radicalismo y el Pro que, agotados de los últimos días de internas descarnadas, llamaron a evitar seguir haciendo "papelones públicos", tal como lo definió el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés.

Falta menos de una semana para la fecha límite para la designación de autoridades de los bloques en la Cámara de Diputados y la interna radical continúa atizando los pases de factura al interior de la coalición. "Yo no estoy dispuesto a someterme a una extorsión de nadie porque tengo el culo lo suficientemente limpio como para decir y hacerme cargo de lo que hago", lanzó el diputado Emiliano Yacobitti en una entrevista televisiva, en respuesta de los palos lanzados por Elisa Carrió. "Hay que cortar con la política de la extorsión. Yo la escuché a Carrió decir que conocía el lado oscuro de Macri. Entonces Macri tenía que gobernar con alguien que decía permanentemente algo de él. Se estaba ejerciendo una presión sobre alguien", denunció, y lo comparó con la interna que se estaba dando al interior de la UCR: "Es exactamente lo mismo que está pasando ahora en la presidencia de los bloques. (Carrió) a través de eso busca cargos".

"Si es mujer y valiente es extorsión. Si es hombre y pactista sos un gran negociador. Mira vos", le respondió el presidente del bloque de la CC, Juan Manuel López, a través de Twitter. La noche anterior, sin embargo, la misma Elisa Carrió había salido en TN a contestar la ola de críticas que habían despertado su discurso en el acto de la CC, especialmente las de Martín Lousteau (que la había acusado de ser "funcional al kirchnerismo"): "Cuando fuimos candidatos a diputados en la interna, yo le permití entrar en la política. Él es el autor de las retenciones móviles y del escándalo con el campo. Yo nunca fui kirchnerista ni funcionaria. Cálmense chicos".

Las declaraciones de Carrió, sin embargo, generaron malestar en toda la coalición opositora - ya que varios de los dardos estuvieron dirigidos contra el jefe del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, e incluso contra el jefe de Gobierno porteño -, por lo que Horacio Rodríguez Larreta mantuvo una reunión con ella hace un par de días para calmar las aguas. "Le aclaré que la Coalición Cívica no quiere ningún cargo en el gabinete de la Ciudad. Nuestra decisión es no participar del gabinete", se atajó Carrió. Los funcionarios larretistas saben, sin embargo, que Carrió quedó con bronca porque el histórico lilito Fernando Sánchez no accedió a una banca en las últimas elecciones y tenía expectativa de que ingresara al gabinete porteño, algo que no terminó sucediendo. "Como no está Sánchez le pega a Larreta para que le de un lugar en la Ciudad, como no quiere que tal sea presidente del bloque de la UCR le pega para que quede Negri", se quejó una figura del Pro que festejó por lo bajo las críticas públicas que le hicieron los radicales a Lilita.

La interna radical, mientras tanto, continúa al rojo vivo. Si bien el ala de Yacobitti no amenaza ya con romper el bloque, sí exige "darle vocerías a los nuevos liderazgos". En el entorno de Negri recibieron estas declaraciones como una confirmación de su triunfo. Gustavo Valdés se pronunció sobre la interna ayer por la mañana y cuestionó "las peleas en Buenos Aires por 'carguitos'", a las que calificó como "papelones públicos que no tenemos que dar".