El informe oficial que el Comando de Patrullas de Miramar emitió minutos después del asesinato de Luciano Olivera, el adolescente muerto esta madrugada por un disparo policial, deja claro que el hecho se trató de un caso de gatillo fácil. El texto dice que al agente detenido, Maximiliano González, se le “escapa accidentalmente un disparo” y señala que él mismo admitió el crimen.

La nota firmada por la Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado y la Superintendencia de Seguridad Región Atlántica II cuenta que alrededor de las 4 de la madrugada, dos oficiales “intentan identificar en inmediaciones de plaza local a NN masculino a bordo de moto” que al dársele señal de alto “se da a la fuga”.

Luego, siempre según el relato policial, esos dos oficiales comenzaron a perseguirlo con la ayuda de otros cuatro agentes, es decir seis policías armados contra un joven de 16 años en moto, hasta que en la calle 9, entre 34 y 32, el joven fue “interceptado de frente por el móvil”.

Las claves del informe policial que admite el gatillo fácil


“El masculino en la motocicleta detiene la marcha, y es cuando el personal desciende del móvil que el joven repentinamente arranca dirigiéndose directamente hacia el oficial González Maximiliano quien preventivamente esgrime su arma (...) de la que se escapa accidentalmente un disparo (tal la manifestación espontánea del efectivo) que impacta en el tórax del joven, quien cae inmediatamente al piso".

El párrafo revela varias cuestiones. Una de ellas es que el policía disparó de frente y sin que mediara ninguna agresión por parte de Luciano, sino por un supuesto intento de escape con la moto.

El segundo factor de ese creativo párrafo es un notable intento de despegar al policía de alguna responsabilidad. No le echa la culpa al agente, sino a "su arma de la que se escapa accidentalmente un disparo”. Como si por su propia cuenta y sin querer el arma sola se hubiera desenfundado, quitado el seguro, apuntado a media altura del cuerpo y disparado. 

El texto alude también a un accionar "preventivo" ("preventivamente esgrime su arma"), una vieja figura con la que las fuerzas de seguridad y los defensores de la mano dura justifican la represión y los abusos con que la fuerza transgrede la ley, entre ellos los crímenes de gatillo fácil.

El insólito relato continúa con la llegada de la ambulancia y la constatación de la muerte del adolescente de 16 años. Informa, además, que luego del crimen se reprimió a los allegados a la víctima.

“Presentes en el lugar familiares y amigos de la víctima emprenden con insultos y violencia hacia el personal por lo que se requiere apoyo personal de Cuerpo Caballería Miramar a fin de evitar desbordes”.