Salta tiene una extensa tradición musical. Eso es sabido. Con todo, además de los grandes folkloristas, décadas atrás, se destacó también por una amplia actividad coral. Muestra de ello fueron el Coro Polifónico, a cargo del maestro Antonio Sutti -entre otros- y el Coro del Colegio Nacional dirigido por Pastorita Alderete de Torino, fundadora de la Escuela Superior de Música de Salta, única institución oficial, hasta hace pocos años, formadora de músicos y docentes del área.

En retrospectiva, entre 1990 y 2003 hubo muchos coros provincialespertenecientes a entidades independientes, como la Asociación Artística Arsis, a clubes, como la Sociedad Italiana. También muchas escuelas primarias y colegios secundarios tenían sus coros. Esto permitía que en Salta se organizaran encuentros corales con agrupaciones locales solamente.

Quien traza este minucioso mapa coral salteño es la maestra Miryam Dagum. La hacedora incansable al frente del Estudio Coral Arsis, detalla: “Hubo un año que llegué a contabilizar 20 coros solo en la ciudad de Salta. Entre ellos, y para nombrar algunos, el Coro de Niños de la Escuela Urquiza, dirigido por Amalia Carral de Acosta, lo mejor que escuché en coros escolares; la Escuela de Música también poseía sus coros: el de niños y el de jóvenes que dirigía Julio Reynaga. El coro Madrigalista, de Jorge Martorell, el de la Universidad Nacional de Salta,a cargo de Adela Altobelli”.

(Imagen: Gentileza Pedro Díaz).

La artista consigna a sus colegas al tiempo que repasa el camino recorrido: “Arsis ya tenía tres coros además del Estudio Coral, el Coro de Niños Arsis, con Sonia Romero al frente, y el Coro de Mayores Pallay Arsis, con Ariel Rocha (actualmente bajo la batuta de Sonia Romero Cuestas)”.

Como quien conoce la historia del canto como la palma de su mano, Dagum menciona además al Coro de Niños Ars Nova, Coral Salta, de Cecilia Cafrune, y una serie de coros que se formaron con fondos gubernamentales, como el de la Orquesta Sinfónica Infanto Juvenil de Salta (OSIJS) o el coro del Instituto de Música y Danza de la provincia.

Dagum es una apasionada de la música, probablemente por eso lleva 33 años de actividad ininterrumpida: “me enorgullece además que siempre estuve al frente del mismo grupo, el que fundó en 1996 la Asociación Artística Arsis a la cual pertenece actualmente. Desde aquel momento ampliamos nuestra red de acción en Salta creando talleres, cursos y academias de diferentes disciplinas artísticas”, explica.

Cantar, dar y recibir

La música no es un arte unidireccional, más bien todo lo contrario: es un cosmos de retroalimentación entre público, artistas y colegas. Por eso, Dagum habla con la admiración intacta de uno de sus mentores: “Creo que no hubiera tomado este camino de no haber sido por el impulso del maestro Néstor Zadóff, vio condiciones en mí para la dirección y tomé clases con él en Buenos Aires dos años”, rememora.

Miryam Dagum (Imagen: Gentileza Isidoro Zang). 

Y añade: “Es imprescindible difundir la actividad coral y la posibilidad de dedicarse a la dirección. De mi coro surgieron muchos que hoy son directores y poseen sus respectivos grupos, por nombrar algunos: Fernando Gömory, Sonia Romero Cuestas, Ariel Rocha, Eduardo Salinas o Virginia Barbarán”, enumera, completando esa rueda de dar y recibir que sucede en el canto.

Un concierto o pequeño universo

En ese marco, y para celebrar su trayectoria, esta noche la artista tomará nuevamente la batuta al frente del Estudio Coral Arsis, que retornará a la presencialidad con una presentación gratuita a las 20.30, en Iglesia de la Merced (Caseros 857)

Quienes asistan oirán a una agrupación vocacional, con 53 integrantes de entre 18 y 75 años que no son profesionales del canto, pero constituyen “un grupo humano muy diverso y maravilloso que no posee mucha técnica, pero canta con el corazón. Eso se transmite”.

Con claras expectativas, Dagum señala: “Estamos muy ansiosos por este regreso a los escenarios, esperamos el reencuentro con nuestro público y cantar también para aquellos que no nos conocen, pero gustan de la música coral”. Al mismo tiempo, anticipa que el repertorio será diverso e incluirá un Ave María renacentista de Cassini, cantos sagrados de otras culturas, el folklore de alto vuelo de Falú y Dávalos o Ariel Petrocelli y Daniel Toro, canciones populares como “El sueño de grande”, de Sergio Denis, y hasta un tango de Piazzolla. “Se podría decir que se trata de un pequeño universo coral reducido a 50 minutos de concierto”, sintetiza.

En otro orden de cosas, la directora confiesa que fue duro el aislamiento para un grupo tan unido como el suyo: “Tenemos que entender que los que participan del coro son gente que elige hacerlo por el placer e incluso la necesidad de cantar”, comenta y subraya que “Cantar en coro implica además del hecho artístico en sí, una comunión entre seres humanos, comunicándonos, entendiéndonos y queriéndonos a través del verdadero lenguaje universal que es la música”. 

"El hecho de no poder vernos y reunirnos para ensayar significó una gran tristeza para todos, no obstante, a través de material que yo les enviaba vía internet, pudimos editar algunos videos donde los coreutas se grababan cantando en sus casas y por suerte el grupo humano se sostuvo”, completa. 

Una mujer pionera

Dagum es una gestora incansable, solo basta repasar algo de su recorrido para darse cuenta: junto al Estudio Coral Arsis han rendido homenaje a Güemes, han actuado en Buenos Aires y en Europa y compartidos escenarios con Ariel Ramírez, Zamba Quipildor, Eduardo Falú, Cacho Tirao y muchos otros. Paralelamente, han realizado giras en carácter de embajadores culturales: “Eso significó un gran trabajo y responsabilidad para dejar en alto la imagen de Argentina, esto nos permitió crecer como coro y conocer lo que otros hacen, propiciando nuestra constante superación”, apunta Dagum, pionera en en hacer montajes de espectáculos corales en la provincia.

Por otra parte, respecto al tema del género, indica que nunca tuvo trabas de ningún tipo, incluso fue la primera mujer en dirigir orquesta en Salta. “Lo hice en el año 1998 gracias al maestro Antonio Montero, que me permitió dirigir lo que en aquel momento era la Orquesta Estable de la Provincia (antes de la formación de la Orquesta Sinfónica) y al apoyo de una gran música salteña, Margarita Grosso. Hoy es muy bueno ver que una mujer como Yeni Delgado, está al frente de la Sinfónica de Salta”, recalca.

Finalmente, sobre la actualidad coral salteña, opina “es verdad que en Salta hay un cantor debajo de cada piedra, esto impulsó el crecimiento y formación de grupos de cantores rockeros, folklóricos y de cover. Pero en lo que respecta a nuestra actividad, creo personalmente que desaparecieron muchos coros en la provincia, ya no se incentivan los coros escolares, no se ve impulso desde el estado para esta actividad y desde hace unos años funcionan las mismas agrupaciones, por lo que se podría decir que estamos algo estancados”.

Aún así, y con la esperanza en alto, Dagum recomienda el acercamiento a las diferentes agrupaciones locales, que siempre se encuentran ampliando sus cuerdas, es decir, abiertas a incorporar nuevos miembros. La sugerencia, no es caprichosa: “El coro es un organismo que persigue un fin común inherente a su naturaleza y función, que presupone la existencia de un pacto previo, de una mística grupal que alcanza niveles insospechados al abrevar en la esencia misma del ser humano y dinamizar convenientemente sus mejores cualidades en una organización colectiva al servicio de la escuela o institución a la que pertenece”, declara. Y cierra con un puñado de evidencias: “Está probado que en un coro se potencian el oído musical, la imaginación sonora, la memoria, audición polifónica, el desarrollo de la voz, y mejorías la respiración, además de los sentimientos de solidaridad, compañerismo, respeto al semejante, tolerancia y la incentivación de hábitos de orden, disciplina y constancia son rasgos siempre presentes en la labor coral”.