La exposición itinerante Tierra que anda, sobre el compositor, guitarrista, cantor y poeta Atahualpa Yupanqui, llega esta semana a Cosquín en el marco del festival folklórico más importante del país. “Esta muestra es una forma de brindarle al público que quizás no lo conoce tanto la posibilidad de recorrer un pedacito de su vida y su obra y buscar que se interesen por su pensamiento y su legado”, sostiene Roberto “Kolla” Chavero, hijo del mítico autor bonaerense. “Yo creo que en la actualidad está más presente su figura y su nombre que su obra en sí misma. Por eso, nuestra tarea es lograr que las personas se acerquen a su mensaje, que es realmente inmenso”, dice sobre la exposición que se podrá visitar de manera gratuita hasta el 30 de enero en Cosquín, frente a la Plaza de los Artesanos. 

La muestra, que se realiza en el marco del año del 30 aniversario del fallecimiento del artista, a conmemorarse el 23 de mayo, está inspirada en los tres misterios con los que Yupanqui enmarcaba a la música de raíz folclórica, vinculados a la selva, la pampa y la montaña; y se puede disfrutar en la Escuela Pte. Roca, San Martín, esquina Sarmiento de la ciudad cordobesa. El recorrido ofrece material simbólico en su vida, como sus cartas y su máquina de escribir; su pasaporte, su poncho, su guitarra y su pañuelo. Además, se exhiben portadas de sus primeros discos editados en la Argentina y en Francia, libros que formaban parte de su biblioteca, fotografías, partituras, manuscritos y un mural con la tapa de sus vinilos. “Los tres misterios están representados por algunos textos extraídos de sus libros y su poesía. Hay objetos que hablan de su vida personal y otros que hablan de su vida artística”, detalla Chavero, quien estará presente en la muestra.

La puesta, además, invita a recorrer su herencia musical, su trabajo literario, el costado humano comprometido con la naturaleza y la unión compositiva con su compañera, la gran pianista y compositora Antonietta Paule Pepin Fitzpatrick “Nenette”, quien firmó temas junto a Yupanqui como Pablo del Cerro; ya que ella misma consideraba en esos tiempos que el mundo del folclore no estaba preparado para que una mujer fuera autora de las canciones. “En su obra confluyen la América india, el criollo, el europeo. Es abarcativa y tiene un carácter universal. Por eso mucha gente en el mundo se interesa por Atahualpa Yupanqui”, resalta su hijo.

“Hace 22 años que venimos reeditando sus libros y sus discos siguen circulando. Músicos de todo el mundo tocan canciones suyas. Pero lo que pasa es que nadie es profeta en su tierra y el caso de Yupanqui es un poco ese”, entiende Chavero. “Hay gente joven, como Allpa Munay, que se interesó por obras nunca grabadas y que hizo un disco hermoso. Pero son excepciones, porque muchos tienen la tendencia a recurrir a las canciones más conocidas, como ‘El alazán’ y ‘El arriero’. Pero cada uno elige su forma de aproximarse a Yupanqui y su forma de expresarse arriba del escenario”, apunta sobre la necesidad de seguir militando y difundiendo el legado de su padre, sobre todo entre las nuevas generaciones. “La muestra viene exhibiéndose hace un par de años y nuestra idea es que siga recorriendo distintos lugares del país. Para algunos jóvenes puede ser una primera aproximación a la obra de Yupanqui y quizás puedan leer algún párrafo que los conmueva y los invite a seguir descubriéndolo”, cierra.