Se trata de una celebración imponente, épica; de un tributo sin precedentes a la despampanante obra de Yves Saint Laurent (1936-2008). Con motivo del sexagésimo aniversario del primer desfile de su epónima maison, dicho sea de paso. El modisto presentó la colección inaugural de su firma el 29 de enero de 1962, en el número 30 bis de la rue Spontini. Este 29 de enero, esas -y otras- prendas emblemáticas vuelven al ruedo en Yves Saint Laurent aux Musées, titánica exposición que se realizará en simultáneo en seis de los principales museos parisinos. “No queríamos simplemente colgar la ropa en un espacio, la queríamos entre las colecciones permanentes de las galerías, para que la gente pudiese redescubrir el diálogo constante entre el trabajo de Saint Laurent y el mundo de las artes”, cuenta la curadora Mouna Mekouar, que se ha ocupado de coordinar las exhibiciones paralelas y complementarias que correrán hasta el 15 de mayo. En, dicho sea de paso, el Musée d’Orsay, el Louvre, el Centre Pompidou, el MAM (Museo de Arte Moderno), el Picasso y, por supuesto, el Musée YSL Paris, ubicado en palacete decimonónico que oficiase de atelier de Yves durante décadas. De sumar la recorrida, en total se podrán ver a razón de 50 creaciones, además de accesorios, fotografías, bocetos inéditos…

Yves Saint Laurent

La ambiciosa idea ha partido de la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent, encargada de preservar el legado del diseñador. Su director, el paisajista Madison Cox (viudo de Bergé, que fue el socio de YSL toda la vida) extendió la invitación a las mencionadas instituciones, que no solo aceptaron de buenísima gana: han tirado la casa por la ventana para destacar el genio creativo del hombre que supo revolucionar las calles y las pasarelas de la segunda mitad del siglo XX, gracias a piezas avant garde que devinieron legendarias. Entre ellas, el esmoquin femenino, cómo no, reservado exclusivamente a los varones hasta que Yves presentara el controvertido modelito en los años 60, para deleite y comodidad de las damas. O la chaqueta sahariana, otro “préstamo” del armario masculino, por él reinventada como elemento chic para el guardarropas femenino. Consolidó además el blazer y el traje a rayas para las mujeres; les ofreció nuevos clásicos como el trench de cuero negro que Catherine Denueve -gran amiga y, asimismo, una de sus grandes musas- supo lucir en Belle de Jour. O el inoxidable vestidito Mondrian, que junto a piezas como la chaqueta joya en homenaje a Vincent Van Gogh, pusieron de relieve algunas de sus refinadas inspiraciones. Otras fueron las obras de Matisse, elementos de las culturas chinas y africanas, el Cubismo, los Ballets Rusos (suyas las palabras: “La alta costura es ópera, y es ballet, y es modernidad”), el Pop Art…

Obra de Martial Raysse en diálogo con prenda de YSL

“Debo mi colección de julio del ’66 a cuadros de contemporáneos estadounidenses como Tom Wesselmann y Roy Lichtenstein ¿Cómo podía resistirme al Pop Art que fue la expresión de mi juventud?”, diría el propio Saint Laurent sobre otra de sus musas; él, ávido coleccionista que se nutría constantemente de otras manifestaciones artísticas incluso antes de fundar su maison, como director creativo de Dior (cargo que ocupó con apenas 21 años). Eso sí, lo que YSL jamás perdió de vista fue su meta principal como modista: “En lo personal, he estado al servicio de las mujeres, para acompañarlas en su gran movimiento de liberación desde mediados del siglo XX. Siempre protesté contra las fantasías de algunos diseñadores que pretenden satisfacer su ego a través de la moda”.

Respecto de Yves Saint Laurent aux Musées, hay que decir que cada museo le ha dado un enfoque diferente a su respectiva muestra, haciendo hincapié en aspectos diferentes de su herencia. Para destacar la fascinación de YSL por el dorado y las piedras preciosas, por caso, el Louvre ha puesto a disposición la impresionante Galerie d'Apollon, hogar de las joyas de la Corona, donde se expondrá una chaquetilla de organza bordada en oro y pedrería, parte de su colección primavera-verano de 1990. El Museo YSL, por su parte, desvelará cómo era el proceso creativo; también piezas inéditas y archivos de la firma. El MAM se centrará en el juego de colores y textiles de Yves, poniendo prendas en conversación con trabajos de artistas como Pierre Bonnard y Raoul Dufy. En el Museo Picasso compartirán una selección de piezas fuertemente ligadas al pintor malagueño, como la chaqueta que bebe del Retrato de Nusch Éluard, cuadro de 1937… 

Picasso