El problema que expresan las declaraciones de Soledad Acuña “es que ella concibe a la escuela como una isla en medio de una ciudad donde la desigualdad es cada vez mayor” señala Natalia Peluso, directora de Educación Comunitaria del Ministerio de Educación de la Nación. En ese sentido, la funcionaria destaca que “los chicos y chicas a los que la ministra se refiere, tienen que vivir en las villas porque la ciudad no genera oportunidades para un cambio de vida. Y ella trata de no ver a la educación en la totalidad de los problemas de la ciudad” subraya Peluso y afirma que para el gobierno porteño "no importa lo que aprendan ni el esfuerzo que hagan, ellos que hablan tanto de meritocracia, porque el destino se define por el lugar donde nacieron. Eso lo tenemos que revertir". 

“Nosotros sí vemos la realidad, y vemos en los estudiantes ganas de avanzar –subraya Peluso--. Sin embargo, la ministra Acuña responsabiliza a los estudiantes porque abandonan la escuela, y no hace la autocrítica de lo que pasa en la ciudad, donde si los chicos están tan cerca del narco, ellos como gobierno deberían trabajar para evitarlo y no hacen nada en ese sentido”. 

“Que el narcotráfico esté instalado en la ciudad donde ellos gobiernan hace décadas, generando en villas y asentamientos un lugar garantizado para que esta práctica se expanda, cuando son los que tienen el mayor presupuesto y deberían tratar de que esto no suceda, justamente, no puede quedar fuera del marco de su declaración”, sostiene Peluso quien también es docente, licenciada en Ciencias de la Educación y secretaria de Educación del Movimiento Evita. Por otro lado “la ciudad no tiene la nominalización de los estudiantes”, detalla la funcionaria. “Al menos no entregada a la Nación cuando se la pidieron, y ella (Acuña) además hace un diagnóstico sobre la revinculación de los estudiantes que ya estaban en el sistema, cuando sabemos que en CABA muchos chicos y chicas no estaban en el sistema ya antes de la pandemia”, se explaya.

Si bien es cierto que “la escuela está lejos de ser el ámbito que soñamos para los chicos humildes, porque hace tiempo dejó de ser un lugar donde soñar –argumenta Peluso-- nosotros como gobierno trabajamos para revertir eso”.

En relación a las estrategias de Nación, Peluso recuerda que se va a reforzar este año la entrega de material, junto a las computadoras de Conectar Igualdad, se van a entregar manuales a cada chico en todos los grados, material de literatura, además de las bibliotecas escolares que ya tienen su bibliografía asignada. “Porque tienen que llegar los recursos a nuestros estudiantes para que esa desigualdad económica y cultural pueda ser revertida desde la escuela”, sostiene.

Es clave desde la Educación Comunitaria que la escuela se abra a la comunidad: “hay bibliotecas barriales, centros culturales de organizaciones sociales, merenderos, que acompañaron las trayectorias educativas desde el inicio de la pandemia” recuerda Peluso. “En la zona rural más recóndita de Misiones, en La Quiaca, o en Ushuaia, se trabajó de esta manera, con docentes y auxiliares que salieron de las escuelas y llegaron a la comunidad, que además es la que tiene que aportar en el diseño de las políticas de acercamiento”. Es por ese camino que se construye educación “y no regalándole a los empresarios la posibilidad de ir a ideologizar a los estudiantes con educación financiera sino con acercando conocimiento que cada día los haga más libre”.

En torno a los acompañamientos en pandemia, Peluso refiere el nuevo programa “Volver a la escuela” que reemplazó al programa “Acompañar” que sostenía las trayectorias educativas en pandemia a través de distintas estrategias. Se destina un alto porcentaje del presupuesto --que se hizo ad hoc para este programa-- para tener más cargas docentes y abrir centros educativos y recreativos, con clases de apoyo y de arte. “Es para reconectar a quienes no pudieron sostener su trayectoria educativa o tuvieron una cursada de baja intensidad” explica la funcionaria, ya que, en pandemia, “muchos no pudieron sostener el proceso educativo por la imposición diversas circunstancias, desde cuidar a los hermanitos a la falta de conectividad”.

“Nos queda mucho por hacer, nadie es ingenuo --repasa-- pero Acuña se instala en el lugar de la crítica y todos las tenemos, como formato, la escuela tiene que transformarse para dar respuesta al mundo en que vivimos y eso es un proceso difícil, pero es urgente que se pueda hacer”. El fundamento es simple, se busca que ninguna chica o chico tenga marcado su destino por el lugar donde nació. Pero lo que dice la ministra va contra ese supuesto: “Según sus palabras, no importa lo que aprendan ni el esfuerzo que hagan, ellos que hablan tanto de meritocracia, porque el destino se define por el lugar donde nacieron. Eso lo tenemos que revertir, haciendo que los pibes aprendan, conozcan y sepan, porque eso es prepararlos para lo que viene”.