Fue una road movie ecohippie, de psicodelia en comunidad, romanticismo lisérgico y cuelgue militante. Y lanzó a Grateful Dead a una gira por cada rincón rural de California, que duró 30 años,  motivó peregrinaciones ruteras de miles de fans y es eje del flamante documental Long Strange Trip. La película sobre el viaje de la banda de Jerry García, que estrenará online Amazon el 26/5, viene apoyada por alto padrino rockumentalista: su productor Martin Scorsese, quien además de leyenda de Hollywood con Oscar bajo el sobaco, les puso cámaras a otros peces obesos como los Rolling Stones, Michael Jackson o George Harrison.

La llegada de Long Strange Trip a ese catálogo prueba el gran olfato rocker de Scorsese, porque la inusual carrera de Grateful Dead es, evidentemente, una gran historia de aventuras. Una banda itinerante –acaso al estilo de los juglares y trovadores de la Europa medieval– que hizo su carrera tocando al aire libre, repartiendo “ecobolsas” (esa palabra por suerte no existía entonces) para que sus seguidores no llenaran de mugre campos y predios, y otorgando permiso oficial permanente para que los “tapers” (fans autorizados a hacer grabaciones caseras de los conciertos) pusieran sus micrófonos y conformaran una especie de red social offline de tráfico de casetes piratas de los más de 2300 shows del grupo.

Una gira constante y campestre que contaba también con seguidores itinerantes, los “deadheads”. Un fenómeno rocker-caminero que más de una vez sonó aquí como pariente californiano de los circuitos federales de Los Redondos, La Renga o Indio Solari, con las salvedades del caso: lo que para Grateful Dead era cuestión de estilo de vida –relajado, comunitario, campestre–, en las experiencias ricoteras y rengueras se trató, y todavía se trata, de recurso comercial y/o de supervivencia para zanjar, superar y disuadir inconvenientes con las normativas y con el público.

Con mucho material de archivo, grabaciones caseras y frases de venta del tipo “en 30 minutos puedo conseguir cualquier droga”, Long Strange Trip es un acto de justicia con una banda cuya carrera fue una gran película hippiecodélica que empezó en 1965 y terminó en 1995, cuando Jerry García tuvo su último viaje.