Hoy se conmemora el día culminante de los acontecimientos de la Semana de Mayo, que desembocan seis años después en la Declaración de la Independencia. Si bien en psicología los tiempos cronológicos sólo cumplen el valor de la referencia general y se toma cada caso en particular, se puede entender que a la adolescencia, hasta no hace mucho, se la comprendía entre los 12 y 18 años. Lo mismo que le tomó al país, entre un gobierno propio, en mayo de 1810 y la Declaración del 9 de julio de 1816. De similar forma, en el adolescente comienza una toma cada vez más importante de decisiones y responsabilidades (a partir de los 12 años aproximadamente) hasta que llega a la denominada adultez. En cada caso en particular esta independencia se visualiza simbólicamente, no ya con una declaración, sino con un cambio subjetivo, a veces facilitado y más visible a través de un rito de pasaje como el paso a la facultad, al primer trabajo o a la vivienda propia y en otras oportunidades no tan notorio a nivel social, aunque sí subjetivo. Respecto a la Semana de Mayo, los historiadores describen el contexto, entre antecedentes internos y externos, y del mismo modo, lo podemos encontrar en la adolescencia.

Causas externas:

  • Caída del rey en nombre de Napoleón Bonaparte. Nada menos que la ruptura de un revolucionario en la historia, surgida de la misma Europa monárquica, como a veces ocurre en la subjetividad, con alguna tendencia yoica, propia del aparato psíquico. Y coincide con la caída del padre como ideal (completo, modelo a seguir, en sus valores, conducta, actitudes, etc).

Esta “caída del rey”, para las colonias, es un evento similar al que tiene comienzo en el principio con el adolescente y finaliza con él ya joven, que pudo pasar “de la muerte al asesinato (simbólico) del padre”.

  • Independencia de EE.UU., que es equivalente a los signos evidentes de mayor autonomía de cualquier par (otro adolescente, por ejemplo), que contempla el pasaje del enunciado a la enunciación, en términos lacanianos o, de otro modo, el hecho de poder hacer una proyección vía el yo ideal, a una construcción yoica distinta.
  • Nuevas ideas, que en el contexto de la Revolución de Mayo encarnaron con las de los franceses Voltaire, Rousseau, Robespierre, Montesquieu, de división de poderes, republicanismo, mandato popular, igualdad entre los hombres; así acontece en el pequeño individuo con el cambio hacia lecturas que ya no son infantiles, programas con contenidos distintos, nuevos conceptos e ideales sociales y políticos, que van transformando su percepción de sí mismo, y sus limitaciones con el mundo social, vincular y físico.
  • Las ideas sobre igualdad entre españoles y criollos, de Fray Bartolomé de las Casas, que se emparenta con el enrasado en ámbitos sociales y la creciente demanda sobre otras responsabilidades y autonomía, que también se denota en la igualdad y horizontalidad que existe en los grupos de pertenencia de los adolescentes.

Causas internas:

Ya a nivel interno, el desarrollo sexual, hormonal, los cambios corporales, y metabólicos (comen más, generalmente), evidencian procesos con puntos en común.

  • La pobre administración española, que ya no asistía adecuadamente a las colonias, se emparenta con las carencias a nivel familiar, que ya no sostienen la satisfacción pulsional que requiere el o la joven (de pareja, inquietudes intelectuales, deportivas, etc, por aquellas que resultan tan ajenas como similares a las dadas en la casa). 
  • Las Invasiones inglesas, que demostraron a los criollos su potencial de autodefensa. De igual manera, el adolescente empieza a cursar distintos logros subjetivos (no sólo vía violencia), que pueden aparecer en ámbitos académicos, deportivos o laborales, el hecho de que por cuestiones sociales ya se le presta otra atención a su voz, argumentos, etc. (tanto dentro como fuera de su familia).
  • La caída Fernando VII, que corta vínculos del virrey, con la metrópoli, y da lugar a una posibilidad de autogobierno. En el adolescente se empieza a cuestionar no sólo el mandato paterno, sino también los valores adquiridos durante la crianza, al tener roce con otros más afines a las particularidades del propio adolescente. También se puede trazar un paralelo entre la autoridad del virrey como su representante ante las colonias, con la suma de mandatos paternos interiorizados en el superyó, que se cuestionan a partir del inicio de la adolescencia, y dan lugar a otra tipo de formación intrapsíquica, en el mejor de los casos.

*  Licenciado en Psicología.