En los últimos meses, la nadadora trans género Lia Thomas sorprendió con algunas actuaciones destacadas, su minuto 41 segundos en las 200 yardas, nuevo récord universitario de Estados Unidos, es una marca que indica un potencial de alrededor de un minuto 52 segundos en los 200 metros, prueba olímpica, y que de lograrlo le permitiría enfrentar con buenas chances a nadadoras excepcionales como Ledecky, Titmus o Pellegrini.

Estas actuaciones han generado una avalancha de opiniones, en general poco consistentes, fuertemente enfrentadas y teñidas de un feroz conservadurismo, o de reflexiones "correctas políticamente" pero ingenuas en extremo.

El necesario análisis técnico estuvo casi ausente, y abrió paso a una catarata de opiniones de personas que, anteponiendo sus factores políticos, buscan un enfoque equivocado que puede comprometer el futuro de muchos deportes.

Hombres y mujeres son claramente diferentes en muchos aspectos, el hombre tiene unos 12 centímetros más de promedio de estatura, tiene mayor desarrollo muscular, pesa alrededor de diez kilos más, tiene un corazón más grande que la mujer, y una capacidad pulmonar alrededor de un litro mayor. Todas esas diferencias confluyen en una enorme ventaja a la hora de competir en natación y algunos otros deportes.

No hay dudas entonces, que es absolutamente injusto para la mujer competir con hombres en la misma categoría.

Algunas instituciones, generalmente conservadoras como el Comité Olímpico Internacional (COI), opinan de este y temas parecidos, con una cautela que parece miedo y con una falta de criterio que estremece. Se puede recordar al respecto las bastante recientes instrucciones del COI para reducir la testosterona en atletas mujeres, una acción lindante con un procedimiento experimental indigno.

Ahora bien, acerca del tema que nos ocupa, está claro que hasta hace tres años, y previo a su transformación, Will Thomas era un nadador que no se destacó nunca en competencias escolares ni universitarias.

Hoy la misma persona, pero en la categoría femenina logra marcas relevantes que la ubicarán en corto plazo en la élite mundial.

Se entiende que el enfoque y las decisiones del futuro deportivo de Thomas no pueden ser dejados en manos de personas que no saben de deportes, ni pueden analizar datos simples de anatomía y biología.

De lo contrario se corre el riesgo, no solamente de sentar peligrosos precedentes de injusticia, sino también de llevar al deporte mundial a un absurdo tironeo ideológico que lo puede afectar muy gravemente.

*Ex Director Nacional de Deportes.