La actividad petrolera se contrajo 19 por ciento interanual en el primer trimestre y acumula un retroceso de 33,1 por ciento con respecto al mismo período de 2015, según informó el Centro de Estudios de Servicios Públicos y Privados (Cespup). A su vez, esa menor actividad se reflejó en una caída de 7 por ciento en la producción de crudo y de 1 por ciento en la producción de gas durante el mismo período. Adicionalmente, las refinerías produjeron un 4 por ciento menos. 

El gobierno había prometido una lluvia de inversiones en el sector petrolero e incluso la sigue prometiendo, pues el ministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró el martes pasado que esperan que este año la formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, reciba entre 3500 y 4000 millones de dólares. Sin embargo, los datos oficiales continúan mostrando un fuerte retroceso de la actividad. Según las cifras del Ministerio de Energía, sobre las que trabajó Cespup, los pozos terminados entre enero y marzo fueron 230, mientras que hace un año habían sido 283 y hace dos años 344 pozos. La peor situación se observó en la cuenca Neuquina, cuya producción alcanza a casi los dos tercios del total del país, donde los pozos terminados en 2015 habían sido 167, en 2016 subieron a 183 y este año cayeron a 139, un 24 por ciento. A su vez, en la cuenca San Jorge, la segunda en importancia, los pozos terminados retrocedieron de 94 a 77 en un año y con respecto al primer trimestre de 2015 el desplome es del 53,4 por ciento, ya que entonces se habían terminado 165 pozos. 

Con respecto a la producción, la cuenca Neuquina es la única que registra un crecimiento de la cantidad de gas (1 por ciento), mientras que en San Jorge cayó un 5 por ciento, en la Austral se mantuvo prácticamente sin cambios y en las cuencas Noroeste y Cuyana el retroceso fue del 9 y 7 por ciento respectivamente, aunque sobre niveles de producción muy bajos. De hecho, la cuenca Noroeste equivale al 5,7 por ciento y la Cuyana a sólo el 0,1 por ciento, mientras que la cuenca Neuquina concentra el 59 por ciento del total. En el caso del petróleo, la caída se registró en todas las cuencas. En la cuenca San Jorge, que concentra el 49,4 por ciento de la producción de crudo, la baja fue de 7 por ciento, en la Neuquina también del 7, en la Cuyana del 5, en la Austral del 20 y en la Noroeste del 10 por ciento.   

El retroceso en la producción impactó a su vez en una menor producción de las refinerías, a pesar de las importaciones de crudo liviano llevadas a cabo por las principales refinerías del país durante el 2016. “Tomando las 5 principales empresas del sector que representan más del 90 por ciento de la actividad, se observa una caída en los volúmenes producidos por estas empresas”, remarca el informe del Cespup. 

El desagregado muestra que se incrementó la producción de los combustibles “premium”, pues el gasoil grado 3 (ultra) trepó 126 por ciento, la nafta grado 3 (ultra) 13 por ciento y el aerokerosene para aviación un 8 por ciento, pero cayó 12 por ciento la producción del gasoil grado 2, asociado a la actividad económica y que representa el 80 por ciento de las ventas de este combustible, y 11 por ciento la nafta súper, que representa el 70 por ciento de las ventas del país y que es consumida mayormente por sectores de menos ingresos. La mayor caída de la refinación se dio en el fuel oil con un retroceso del 19 por ciento, marcando una tendencia desde el 2015. El informe remarca que este combustible mayormente se utiliza en el invierno para reemplazar el gas importado tanto en las terminales de GNL, Bolivia o recientemente desde Chile.