Pocos deportes han hecho tanto como el boxeo para enaltecer y robustecer la identidad y la autoestima de Ucrania. Sus grandes campeones han paseado la bandera de su país por todo el mundo y comparten una idolatría y un respeto popular que no gozan representantes de otras disciplinas. Son plenamente conscientes de lo que representan para millones de sus compatriotas y creen que la gloria deportiva y sus fortunas personales no los eximen de su responsabilidad social, mas bien los compromete. Por eso, ante la gravedad de la hora asumieron sin dudas un puesto en la defensa de la nación. Sin reclamar privilegios ni exclusiones. 

Los hermanos Vitali y Wladimir Klitschko fueron los reyes de la categoría pesado a fines de los años '90 y a principios del tercer milenio y su celebridad llegó a tanto que Vitaly saltó a la política y desde 2014 es el alcalde de Kiev, la capital del país. A su cargo están los aspectos civiles del operativo de resistencia que se prepara para evitar su caída manos del ejército ruso. Debe garantizar que, mientras dure el conflicto, haya el suficiente aprovisionamiento de electricidad, gas, agua, alimentación y medicamentos para la población y los contingentes militares. 

Por su parte, su hermano Wladimir dejó en claro que si hay que salir a defender a su ciudad en las calles estará en la primera línea de batalla como un ciudadano más, sin el mínimo temor a perder la vida en los combates. "Es el amor, el amor por mi ciudad, mi hogar, mi familia, mis vecinos, mi hija lo que me ha traído a tomar esta iniciativa y ahora participo en esta defensa territorial", escribió Wladimir Klitschko la semana pasada en sus redes sociales. Según algunas informaciones difundidas en Nueva York y en Londres, los hermanos Klitschko figurarían en una lista de 23 personalidades ucranianas que un grupo de 400 mercenarios rusos busca para ejecutarlos.  

Vasyl Lomachenko es la superestrella del deporte ucraniano. Bicampeón olímpico en los Juegos de Beijing 2008 y Londres 2012 y tricampeón mundial como profesional en las categorías pluma, liviano junior y liviano, es considerado como uno de los tres mejores boxeadores de la actualidad aunque momentáneamente no ostente ningún título. Cuando Rusia invadió su país, "Loma" no dudó un instante: interrumpió los entrenamientos para su pelea del 5 de julio en Australia ante el campeón unificado de los livianos George Kambosos y se enroló en el Batallón de Defensa Territorial Belgorod-Dnestrovsky. Su foto, armado y con uniforme militar, es un fuerte mensaje para fortalecer el orgullo y la moral del pueblo ucranio.

Oleksandr Usyk, campeón mundial de los pesados para la Asociación, la Organización y la Federación Internacional, no quiso ser menos. Y también se incorporó a la Fuerza de Defensa Territorial de Kiev. Sus promotores estaban tratando de cerrar para septiembre el desquite por los títulos ante el inglés Anthony Joshua, pero han detenido las negociaciones. Saben que mientras prosiga la guerra, Usyk no volverá al gimnasio. "Estamos en nuestro país, no podemos hacer otra cosa que defendernos. Es hora de unirnos”, señaló Usyk en sus redes sociales en las que también exhortó al presidente ruso Vladimir Putin a detener la guerra. "Por favor, siéntese y negocie con nosotros. Nuestros hijos, esposas, abuelos, se esconden en los sótanos", expresó el tricampeón de los pesados, imbuido, al igual que sus colegas, del mismo espíritu valiente que expresan cada vez que suben a los cuadriláteros a pelear por su país.