El Gobierno festejó los 207 años de la Revolución de Mayo cambiando los recitales populares por desfiles militares a los que se sumaron familiares de represores, como Cecilia Pando, exigiendo su liberación. Al menos 6 mil soldados de ejércitos de una veintena de países participaron y marcharon por la coqueta Avenida del Libertador ante unos pocos vecinos palermitanos que además pudieron ver cómo por el cielo porteño volvían a sobrevolar aviones de combate.

El desfile militar organizado por el Ministerio de Defensa cerró con un grupo de ex combatientes de Malvinas que fueron los más aplaudidos de la jornada. El titular de la cartera castrense, Julio Martínez, reconoció que se trató de “repetir la mayoría de lo que se hizo en los festejos por el Bicentenario" del año pasado, cuando entre las filas hubo carapintadas que se habían alzado contra el gobierno democrático de Raúl Alfonsín, militares que participaron del Operativo Independencia, en Tucumán; y represores de soldados en la guerra de Malvinas.

Entreveradas entre el público estuvieron “las novias de la patria”, tal como se autodenominó el grupo de mujeres encabezado por la apologista del genocidio Cecilia Pando. Con carteles y banderas reclamaron la liberación de Emilio Nani, el ex militar acusado de delitos de lesa humanidad por integrar grupo de artillería 601 de Mar del Plata.

Pando y sus amigas desplegaron un cartel que decía que Nani “no puede desfilar porque está preso por defender la democracia”. Nani no pudo desfilar porque, además de estar preso por crímenes contra el género humano, había sido sancionado en 2007 por decir que “los derechos humanos en nuestro país siempre estuvieron en manos de terroristas”.

El pedido de liberación de Nani no fue el único que ilustró el desfile militar del gobierno de Mauricio Macri. También se pidió la “libertad a los militares presos” que recibieron condenas por secuestros, torturas y desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar.

El desfile incluyó el despliegue de una bandera de Estados Unidos en la comitiva de la Armada de ese país y una veintena de aeronaves de guerra de la Fuerza Aérea argentina (Hércules C-130, IA-63 Pampa, IA-58 Pucará y Douglas A-4AR Fightinghawk, entre otras) que acompañaron el sonido de las botas que volvieron al asfalto porteño, después del desfile por el Bicentenario de la Independencia, el año pasado.

El palco oficial estuvo vestido con banderas argentinas. La principal, ubicada detrás de los funcionarios militares y civiles, tenía una particular confusión: “1816-2017”, decía en lugar de recordar que aquel histórico 25 de Mayo ocurrió en 1810. El error fue corregido luego con un parche que tapó al número "6" con un "0".

Luego, los festejos por los 207 años de la Revolución de Mayo se trasladaron al Campo Argentino de Polo, donde hubo una exposición de destrezas equinas, muestras armamentísticas y bandas militares que interpretaron canciones militares, melódicas y de rock. Incluso un marine estadounidense se le animó al micrófono para entonar canciones de películas clásicas de Hollywood.

En tanto, la banda militar de Chile interpretó “De música ligera”, de Soda Stéreo. Y la actriz argentina Cecilia Milone fue la encargada de cantar el Himno Nacional. Todo fue aplaudido desde el palco oficial, esta vez con la presencia del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien cubrió el faltazo del presidente Mauricio Macri.

También hubo lugar para la caridad porque Cáritas instaló un puesto donde recibió donaciones de alimentos no perecederos para los afectados por las inundaciones registradas en distintos puntos del país. Por su parte, el ministro Martínez resaltó que las fuerzas armadas "están al servicio del pueblo, de la democracia, no de un gobierno".