La carta del papa Bergoglio entregada en la cárcel de Alto Sufridero a Milagro Sala lleva fecha 5 de mayo, pero recién llegó a sus manos tres semanas después. Esto se explica por el tortuoso mecanismo que fue preciso seguir para que no se perdiera, gracias a la intervención del cura Juan Carlos Molina, ex director de la Sedronar, y del Grupo de Curas en Opción por los Pobres. El año pasado, el Grupo había pedido al obispo de San Salvador, César Daniel Fernández que asistiera a la dirigente de la organización barrial Túpac Amaru privada en forma ilegal de su libertad, según el dictamen del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre detenciones arbitrarias. En vez de cumplir con ese pedido, Fernández acompañó al contador Gerardo Morales en un acto público en el que se presentó la detención de Milagro como precondición para la paz y la libertad de los jujeños. Además, el capellán de Alto Sufridero retuvo varias cartas enviadas por distintas personas a la prisionera. Tres miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres integran el Comité por la Libertad de Milagro Sala: Paco Olveira, Eduardo De la Serna y el diácono Ricardo Carrizo. Ellos sugirieron que Juan Carlos Molina, que también es parte del Grupo de Curas Opp, podría actuar como correo. Durante un viaje a Jujuy, Ricardo Carrizo les pidió a Milagro y a la también detenida de la Túpac Mirta Aizama, que escribieran sendas cartas al Papa, a las que se agregó una de Paco, el cura de Dock Sur. Juan Carlos Molina viajó al Vaticano y entregó las tres cartas en mano. Las respuestas llegaron por la vía más formal, en la valija diplomática de la Nunciatura Apostólica. Cuando los curas en opción por los pobres lo supieron, llamaron a la Nunciatura, donde les dijeron que se la habían mandado al obispo Fernández para que la entregara en mano a Milagro. Aún así, no lo hizo. Fue necesario un nuevo contacto del Grupo con Fernández para que se desprendiera de la carta. No la entregó en persona, sino por medio del capellán del penal. El texto manuscrito por Bergoglio dice que sabe del momento que ella está pasando, “que no es fácil”, que se ha informado “de algunas cosas y comprendo su dolor y su sufrimiento” y que la acompaña “con mi oración y los deseos de que todo se resuelva bien y pronto”. El caso está en manos de la Corte Suprema de Justicia, que el martes próximo podría tratar los dos recursos extraordinarios presentados en demanda de la libertad de Milagro. El miércoles, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos interrumpió sus deliberaciones para observar la imponente columna de diez mil personas que llegaron con sus antorchas hasta el hotel Sheraton de Retiro. Los comisionados recibieron a una delegación del Frente Milagro Sala por el Trabajo y la Dignidad, del que recibieron una actualización informativa sobre la situación de la rehén del gobierno jujeño. Ayer la CIDH realizó una visita a la EXMA acompañada por distintos organismos del movimiento en defensa de los Derechos Humanos y a su término ofrecieron una conferencia de prensa, de la que se informa aparte. El mes próximo, la CIDH regresará a la Argentina, esta vez con el exclusivo propósito de visitar a Milagro en Alto Sufridero.