Detrás de cada una de las contribuciones, hay una historia. Mes a mes, queremos darle espacio a las voces más activas de la comunidad de Página/12. En esta entrega entrevistamos a creerennada, soci@ desde marzo de 2020.

Soy técnico comercial en una Pyme del GBA, tengo 50 años y nunca paré de trabajar desde que salí de la colimba. No estoy afiliado a ningún partido, soy un idealista que defiende el marxismo por considerarlo tan vigente como cuando fue enunciado. En mi interior, me confieso también librepensador y adhiero al sincretismo en materia religiosa, respeto al anarquismo humanista que enunciaba Rafael Barret. Esto último, seguramente lo heredé en parte de mi abuelo italiano y, por otro lado, mi padre fue defensor del comunismo, no puedo eludir del todo la herencia, esto puede explicar la convergencia pacífica de ambos ideales.

Alguna vez me tildaron de “libertario”, tal vez por prejuzgar mi seudónimo. Aprovecho para confesar que la canción “Creo” de Callejeros estaba sonando en mi cabeza cuando me suscribí, de ahí salió el nombre. Y estoy en las antípodas de los autodenominados libertarios…

Descubrí Página/12 en una época que no ganaba ni para comprar el diario y lo leía “de arriba”, incluso ediciones anteriores. De chico leía todos los diarios todos los días, porque mi viejo laburaba en una agencia de avisos y era usual que, por gentileza, las editoriales los hicieran llegar.

Recién me suscribí online hace 3 años para no perderme de nada, lo que más me gusta son los Suplementos de Cultura y Arte. El NO, Radar, Diario Z no me las pierdo nunca. Gracias al diario descubrí escritores, filósofos y sociólogos contempóraneos.
Soy un ávido lector de todo y, para despejarme, las novelas de autores latinoamericanos como Augusto Roa Bastos, Onetti, Luis Sepúlveda y Galeano me llevan “de viaje” en plena pandemia. Admiro mucho a Sandra Ruso, coincido y concidiré con Mempo hasta la victoria siempre.

Destaco a los lectores que aportan luz y ese feedback me hace sentir que no todo está perdido.

La “otra mirada” es un ejercicio que todos nos debemos para alimentar la empatía y aprender a respetar a todas y todos.

El mundo está en constante cambio, la única Ideología universal que tendría que profesarse es el Amor y el Respeto. Las Naciones son una construcción en decadencia, mientras el Poder siga en manos de los peores, las Sociedades no tendrán un claro rumbo.
La Libertad de Pensamiento nos ayuda a deconstruir y, ojalá, sean muchos los que éste Año cambien el chip obsoleto del dualismo y el machismo.
Para éste año espero poder anotarme en las charlas, ¡siempre llego tarde!