Como no podía boxeando, Gustavo Lemos decidió ganar peleando. Y peleando, se lo llevó por delante al galés Lee Selby, lo derribó tres veces y le ganó por nocaut técnico a los dos minutos y cuatro segundos del 5º round en medio de un Luna Park encendido por tanta entrega y desenfreno. Con esta victoria, la más trascendente de su carrera, el invicto bonaerense quedó como primer clasificado en el ranking de los ligeros de la Federación Internacional, en posición de retador oficial del campeón, el australiano George Kambosos, quien también es el portador de las otras tres versiones (Consejo, Asociación y Organización) del título de los 61,235 kilos.

De todas maneras, su triunfo arrollador no instala a Lemos a las puertas de una oportunidad mundialista. Por su condición de campeón unificado, Kambosos está en otro juego, mira a otros rivales y debe contemplar los intereses divergentes de cada entidad. En todo caso, lo que ganó el peleador de Tres Arroyos es el primer puesto en las clasificaciones de la FIB y el derecho a pelear por el título si es que alguna vez, Kambosos decide dejarlo vacante. La chance aparece lejana y mucho tendrá que negociar el manager Osvaldo Rivero para hacer valer sus derechos.

Lemos (61,200 kg) remontó un trámite que no lo estaba favoreciendo. Y después de un primer round en el que Selby (61 kg) lo complicó con la agilidad de sus piernas para abrir el ring, la insistencia de su jab zurdo y la certeza de su cross de derecha, salió en el segundo a achicar la distancia y a presionar al gales. Sin tanto estilo, pero con un gran corazón y alentado por los 6000 espectadores que le dieron un buen marco al viejo estadio. Fueron claves sus ganchos profundos al cuerpo que le fueron minando la movilidad a Selby, quien a pesar de que aplicaba de contraataque, los golpes más claros ya no pudo imponer su boxeo largo y movedizo. Un toro embravecido bufaba desde muy cerca y no quería boxear, lo obligaba a plantarse y a pelear.

Lemos victorioso en el Luna Park. / Foto Julio Martín Mancini.

Con un corte en el tercio externo de su ceja izquierda, Lemos cercó en el 4º round a Selby, lo conmovió y lo derribó sobre el final con un gancho de izquierda al cuerpo. Se palpitaba la inminencia de la definición en el ambiente electrizado del Luna. Y la definición sobrevino en la 5º vuelta. Apabullado, Selby volvió a irse a la lona con una derecha cruzada y se levantó acabado, con las piernas flojas y la mirada confusa. Lemos se abalanzó sobre él y con un gancho de izquierda al plexo, liquidó la cuestión. El árbitro argentino Mario González ni siquiera inició la cuenta. Ahí mismo detuvo el combate y decretó la 29ª victoria consecutiva, la 19ª por fuera de combate de Lemos, que impuso sin titubeos, la ley más añeja del boxeo, la ley del más fuerte. 

La velada fue un auténtico show del nocaut. Todas las peleas se resolvieron antes del límite. En un pleito cruento y dramatico, el invicto mediopesado bonaerense Braian Nahuel Suárez (79,350) venció por nocaut técnico en el 7º round al salteño Durval Palacios (78, 50 kg). También entre los mediopesados, el catamarqueño Pablo Corzo (75,650) se anotó su décimo triunfo al hilo por fuera de combate y superó por nocaut técnico en el 3ª asalto al endeble ecuatoriano Roger Guerrero (76,150), en tanto que el promisorio invicto riojano José Angel Rosa (66,650) liquidó en tres vueltas al marplatense Santiago Sánchez (65,850) y se anotó su 11º victoria categórica en 13 salidas profesionales.

Por último, la campeona mundial minimosca de la FIB, santafesina Evelyn Bermúdez (48,900) superó por nocaut técnico en el 5º capítulo a la venezolana Débora Rengifo (48,850) y cobró premio doble: defendió exitosamente su corona por quinta vez y se alzó en paralelo con la de la OMB que estaba vacante.