- ¿Cuánto hace que tenés el “trencito de la alegría”? – le preguntó Lolo a Osvaldo mientras tomaban un café.

-Uhh…más de quince años, desde que me vine a vivir a Miramar, quince o dieciséis años más o menos…y la verdad que nunca tuve los problemas que tengo ahora… te cuento.

Lolo se prendió un faso mientras escuchaba a su amigo, el otro le hizo una seña al mozo para que trajera otros dos cafés.

-En el trencito tengo tres empleados disfrazados ¿Sabés?, uno que está de Pantera Rosa, otro de Bart Simpson y el tercero del Hombre Araña.

- ¿El Hombre Araña no es tu sobrino? - lo interrumpió Lolo.

-Si, si…el Eduardito, buen pibe…hubo un tiempo en que iba arriba del techo del trencito hasta que le dije que no se subiera más ahí, pero con él no es el problema, él es un pan de Dios. El quilombo lo tengo con los otros dos, con Daniel y Leonardo, los disfrazados de Bart y la Pantera…Daniel es Bart y es muy peronista ¿Sabés?, En cambio el otro es de Juntos por el Cambio, y de vez en cuando se agarran a las puteadas arriba del trencito, Más de una vez les tuve que decir que la cortaran, el tema es que se odian entre ellos, y hay que frenarlos.

- ¿¿¡¡¡Y por qué no los rajás a los dos!!??

-No es fácil, Lolo, no es fácil…cuando están tranqui laburan bien, a los pibes del trencito les encantan, en el fondo son buenos muchachos y hacen bien su laburo…aparte no es un trabajo que lo agarra cualquiera, y tienen experiencia. Uno de ellos laburó allá en Buenos Aires en ese parque temático bíblico, no me acuerdo como se llama.

- ¡Ah, sí! ¿El que está en la Costanera?

-Si, si…ese, estaba disfrazado de legionario romano. Y el otro, el Dani, mucho tiempo hizo de empanada en la calle repartiendo panfletos. Aparte estamos en pleno enero, Negro… y esta vez la costa está a full… ¿A quién voy a tomar? ¡No puedo quedarme sin ningún personaje!

- ¡Que se yo, hermano…te deseo suerte, la verdad que no sé de qué manera te puedo ayudar- Dijo su amigo tomando el café!

-Y no, es complicado…bueno, tengo que ponerle nafta al tren, ¿Nos vemos mañana a esta hora? - Dijo Osvaldo mientras llamaba al mozo para que les cobrara.

Al día siguiente, era un hermoso día de sol. Después de correr por la costanera, Lolo muy agitado enfiló por la peatonal para tomar un café con su amigo cómo todos los días. Era un ritual que tenían desde hace muchos años. Cuando iba llegando al bar, lo ve a su amigo con una gran cabezota de Bart en la mesa y una cara de orto terrible. Se secó un poco el sudor de la cara y se sentó.

- ¿¡Qué pasó, Osvaldito!? – le preguntó sorprendido.

- ¡Los tuve que rajar a los dos, loco…ni me hablés! - Dijo muy nervioso mientras miraba a Simpson.

- Dale, contame… ¿Por qué los rajaste? ¿Otra vez discutieron?

-Anoche fue terrible, un espanto. Empezamos la ronda con el trencito y todo era música y alegría, los nenes y sus padres estaban contentos disfrutando del paseo.

El mozo les trajo dos cortados y el hombre siguió con su relato.

-Hasta ahí la cosa venía bien, pero en un momento, cuando llegamos a la plaza para dar la vuelta, empiezo a escuchar gritos, eran estos dos boludos en otra de sus típicas peleas por política. ¡No sabés lo que fue, se puteaban mal delante de todos!

- ¡Uy loco, que momento de mierda!

- ¡Terrible, mucho peor que otras veces… incluso se fueron a las manos, se agarraron a trompadas delante de toda la gente ¿Me podés creer? ¡los pibes asustados empezaron a los gritos, algunos padres y el Hombre Araña los quisieron separar, pero no podían, seguían dándose con todo. ¡Una de las madres estaba filmando la escena, seguro que después la sube a las redes, acordate…la verdad que, si no fuera que se daban en serio, parecía una escena cómica!

- ¡Qué fea situación, che!

-Horrible…hasta que cayó un patrullero por el despelote que se había armado. La gente se iba corriendo, al final terminamos en la comisaría, incluso se seguían puteando en el destacamento. A mí me largaron antes porque conozco al comisario, los otros salieron unas horas más tarde…al final los tuve que rajar a los dos, no se puede laburar así – dijo muy preocupado.

Llamaron al mozo nuevamente. Lolo se pidió un café y Osvaldo directamente un whisky, eran las diez de la mañana, pero necesitaba algo fuerte por el mal trago que había pasado a la noche. Lolo observó que la máscara de Bart tenía algunas manchitas de sangre.

Por la peatonal justo pasó caminando Daniel agarrándose las costillas, se ve que alguno de los trompazos de la Pantera Rosa fue fuerte. Por suerte no los vio y siguió su ruta para el lado del mar.

- ¿Y ahora qué vas a hacer?

-La verdad que no sé, estamos en pleno verano y no puedo quedarme solo con el Hombre Araña. Si fuera por mí me pongo alguno de los disfraces… ¿Pero quién maneja el trencito?

Los dos se quedaron un rato en silencio mientras Osvaldo se terminaba el whisky. Le hizo una seña al mozo para que le trajera otro. Miró la máscara de Bart y le disparó a su amigo.

- Te voy a pedir un favor enorme, Osvaldito…algo delicado. ¿Te animás a ponerte este disfraz?, por algunas noches solamente, hasta que consiga a alguno…en serio.

El otro lo miró sorprendido.

- ¿Vos está loco, flaco? ¿Qué me estás pidiendo? ¡Ni en pedo!¡Aparte si quisiera tampoco podría…tengo como veinte kilos de más, estoy todos los días saliendo para bajar esta panza…ese disfraz no me entra!

- ¡No importa! ¡Tengo uno de Homero que seguro te entra!