No hace todavía un año, cuando la Selección vencía a Colombia en los penales y se clasificaba a la final de la Copa América de Brasil, cuando todavía no se había roto el maleficio de los 28 sin que la Celeste y Blanca pudiera levantar una copa; escribí en estas páginas sobre el nerviosismo que el entrenador Lionel Scaloni manifestaba y a su modo, incluso sin quererlo, transmitía al equipo. Por entonces, la Selección arrancaba muy bien los partidos, pero le costaba encontrar la calma para cerrarlos como si la desbordaran los nervios. 

De cara a esa final con Brasil -que la Selección finalmente ganó 1-0 con gol de Di María en el Maracaná-, me pregunté si era posible tanto para el entrenador como para los jugadores calibrar estas cuestiones. "Scaloni, que es tan dueño del equipo como Messi, tendrá un gran desafío personal en ese sentido: deberá dar la nota, poner a todos su dirigidos en la alegre sintonía de los que no se desesperan, aunque enfrente esté Brasil, que es como Goliat, pero que como todo gigante puede caer ante la astucia, incluso en el mítico Maracaná", escribí. Hace unos pocos días, Patricio Pastorini, un lector de esos que atesoran críticas e ideas, que recortan y guardan, me lo recordó con sutil ironía. 

Desde entonces a esta parte la Selección de Scaloni logró lo que con ningún otro técnico de los tantos que pasaron se había conseguido: que Messi y compañía, que el cuerpo técnico, que los hinchas y hasta la prensa se identificaran con el equipo nacional. Quiero compartir algo que vi escrito a finales del año pasado en tiza blanca sobre el pizarrón de una de las escuelas de Escobar en las que trabajo: "Hoy estamos todos con la Scaloneta". Sin dudas, es así. Scaloni dio la nota y puso a tocar a todos la misma canción. El mérito es suyo, porque supo leer lo que necesitaba la Selección, y lo que necesita Messi, y porque supo transmitir que el equipo está por encima de todo. Por eso estamos todos los argentinos muy ilusionados ahora con el Mundial de Qatar, por eso le pedimos perdón a Scaloni y hacemos eco: "Hoy estamos todos con la Scaloneta".