¿Por qué en pleno 2015, cuando el calor del movimiento #Niunamenos empezaba a quemar las columnas vertebrales del sistema patriarcal, en el Concejo Deliberante de Ushuaia la representación de mujeres fue nula? A partir de esa pregunta inicial surgieron otras y un camino que llevó al Movimiento de Mujeres de Ushuaia a recurrir a la justicia para por fin conseguir que al menos dos mujeres ocuparan esos puestos. La historia de esa gesta, que llevó cinco años, fue plasmada en el libro Ambiciosas. Crónica de una lucha colectiva, de reciente aparición.

El libro relata la historia de la lucha del Movimiento de Mujeres de Ushuaia, una organización que se constituyó luego de la elección de 2015, a partir de esa primera pregunta y el malestar por no ser vistas, ni oídas por quienes tenían el poder para cambiar las normas y lograr que la paridad fuera real. Fue redactado por siete integrantes paritaristas: Laura López Entable y Fabiana Ríos (La Ría), Ayelen Martínez y Sol Verón (La Hoguera), Elida Rechi (Frente de Mujeres de Nuevo Encuentro), Constanza Ojeda y Luz Scarpati (Comunicadoras con perspectiva de género) y se presentó a fines de marzo en Ushuaia con la participación de la filósofa feminista Diana Maffía, la activista feminista Monique Alstchul y esta cronista.

Paradojas. El mismo Concejo Deliberante que durante años les dio la espalda, dos días después de la presentación del libro, lo declaró de interés municipal.

¿Cómo sigue la historia? El tema se instaló en la agenda pública. El año pasado, durante en el proceso de edición del libro, el municipio convocó a la reforma de la Carta orgánica para los próximos meses. Esto incluye el artículo de paridad, sobre el que se expresaron todos los actores políticos a partir del fallo conseguido en favor de las paritaristas.

Por otro lado, más allá de lo que pasó en el Concejo, “lo que todavía está pendiente es que el año pasado la Legislatura votó la ampliación del Superior Tribunal de Justicia, tenía tres miembros, lo ampliaron a cinco, sin criterio de paridad. Sobre eso reclamamos y estamos exigiendo una ley de paridad integral que contemple la paridad dentro del Superior Tribunal y también en el Consejo de la Magistratura, que selecciona los jueces”, dijo a Página/12 Fabiana Ríos.

La historia

En 2002, se dictó la Carta Orgánica Municipal de Ushuaia, que estableció en el artículo 218 la paridad en la conformación de las listas y, en el artículo siguiente, el sistema de preferencias sin subsumirlo a la discriminación positiva establecida en el artículo anterior. El "mismo órgano constituyente votó la aplicación de un régimen electoral que es contradictorio con lo preceptuado en el artículo anterior. Cabe en este punto preguntarse: si cuando fundamentaron el artículo 218 reconocían la necesidad del dictado de medidas de acción positiva para promover la paridad en la sociedad de Ushuaia, cómo en el artículo siguiente, aplicable a la misma comunidad desconocieron lo pretendido, permitiendo el desbloqueo absoluto de las listas pares", explican los fundamentos del proyecto de ordenanza que presentó el Movimiento de Mujeres de Ushuaia en 2017. En la práctica, en la lista, al costado de cada candidado/a hay un casillero donde marcar a quiénes se prefiere. Según las preferencias obtenidas, se puede modificar el orden de las listas. A esto se lo llama "desbloqueo". Y es lo que ha bloqueado, literalmente, la llegada de mujeres al Concejo Deliberante.

Ese año, mientras los concejales ignoraban el proyecto, se sacaban fotos con una imagen de #Niunamenos en sus manos; como si al archivar proyectos de paridad no estuvieran ejerciendo violencia.

¿Cómo es que nadie se dio cuenta antes? “Las organizaciones e instituciones actúan siempre minimizando la voz y la palabra de las mujeres”, dijo Fabiana Ríos, en su momento. Y el argumento de los señores de que a las mujeres no las votan ni las mujeres se fue convirtiendo en profecía auto cumplida. Desde el 2003 y por doce años hubo una sola mujer concejal y después del 2015 y hasta 2019 ninguna. Ahí el problema se hizo muy evidente.

Para desmadejar esa madeja normativa las mujeres buscaron investigaciones que las respaldaran en lo que sabían que era una injusticia, aunque les quisieran hacer creer que estaban cuasi locas (no lo decían con esas palabras, pero no hacía falta). Y cuando encontraron ese apoyo se alegraron pero al mismo tiempo se entristecieron por confirmar que Ushuaia era siempre ejemplo de excepción en los estudios de impacto de las leyes de paridad: su Concejo Deliberante es citado por distintos estudios académicos para ejemplificar cómo las leyes de paridad por sí solas no alcanzan para lograr que las mujeres accedan a los cargos electivos.

Así y todo ellas tomaron “la palabra y la acción y las cosas empezaron a cambiar”, como cuentan en el libro.

Este relato colectivo también da cuenta de la transversalidad de la composición del Movimiento de Mujeres de Ushuaia. Y es testimonio de lo importante que es que el camino sea común, en compañía, con otras. Porque como dice Carol Hanisch (2016) en el artículo que dio nombre al lema feminista “lo personal es político”: “Solo hay acción colectiva para una solución colectiva”.

Ambiciosas retoma, además, la genealogía de la lucha narrada. Escribir la propia y plural historia es parte de la gesta de la que hablaba al comienzo. Es luchar, tropezar, levantarse, y sobrevivir para escribirlo.