Marcelo Gallardo aprovechó la cita contra el -en la previa- último de su zona para darle descanso a varios de sus titulares y, en consecuencia, ruedo a los que generalmente ocupan el banco. Por caso, González Pirez hizo su reaparición tras el error que le costó a River el Superclásico. Pero la cosa no le salió como esperaba al DT. Fue triunfo de Talleres por 1 a 0 en Córdoba para alejar a los de Núñez de la punta.

Uno de los que tuvo su oportunidad fue Pochettino. El exTalleres aportó su elegancia y creatividad cuando se encontró con la pelota, pero nada que permita mover el marcador. Por el contrario, fue uno menos dotado técnicamente, Zuculini, quien generó la jugada más peligrosa de River en todo el partido con un remate desde larga distancia que dio origen a otros dos disparos desactivados por el arquero Guido Herrera y luego el lateral Enzo Díaz.


El Talleres del portugués Pedro Caixinha (cuatro derrotas y un triunfo hasta ayer), se mostró inofensivo en la primera parte. Cara que cambió tras volver de los vestuarios. A los 53, la T recuperó en su campo y armó una linda jugada con múltiples toques que terminó con pirueta del colombiano Valoyes para vencer la poco ortodoxa respuesta de Armani, quien venía de fallar también ante Banfield.

La reacción visitante al gol vino desde afuera: Gallardo "castigó" a tres de los que tuvieron -y desaprovecharon- la oportunidad de mostrarse (Palavecino, Paradela y Pochettino) y los sacó de un saque. Como si se tratase de una partida de ajedrez, tras la movida del Muñeco, Caixinha mandó inmediatamente su propio trío de cambios para defender la ventaja.

El partido se activó tras los movimientos tácticos. Pero a pesar de un bombazo del ingresado De la Cruz que hizo volar a Herrera, todo lo que siguió fue de la T, con Girotti como protagonista. El exRiver se comió un gol increíble tras quedar mano a mano en una contra y, al rato, ante una salida difícil de explicar de Armani afuera del área, remató desde el piso pero González Pirez ofició de arquero y atajó con los pies para evitar que la derrota fuera aún mayor.

Así las cosas, prevalecieron las decisiones de Caixinha. Mientras River se redujo a los centros de Elías Gómez, Talleres terminó más cerca del segundo gol que del empate y le permitió cantar "jaque" al portugués.