La primera noche en la cárcel. Lejos de todo lo que se quiere y conoce. El apellido “De Jesús” pronunciado con dureza, los goznes de hierro oxidado. La jueza Elena Persichini Marco ordenó el traslado de Higui (Eva Analía De Jesús) al penal de Magdalena, Unidad 51 del Servicio Penitenciario Bonarense. La abogada Raquel Hermida Leyenda concurrió el jueves 1 al Juzgado de Garantías 6 de San Martín a realizar un trámite en la causa y allí mismo se la notificó, a las 12.15. Un baldazo de agua helada. Los guasaps de militantes y activistas lesbianas al verde vivo. Búsqueda de contactos, de redes de contención, de potenciales talleristas en el penal de Magdalena.

Higui llegó al penal de Magdalena ese día a las 14.30. “El primer día no se recibe abogados”, fue la respuesta del Servicio Penitenciario a la abogada, que se comunicó telefónicamente con su defendida a las 15. Magdalena es un penal para mujeres, conocido por su rigidez con las visitas. Más estricto en los trámites burocráticos. Pero cuenta con asistencia psicológica.

El criterio de la jueza Elena Persichini es que Higui debe estar detenida en una unidad penitenciaria especializada en género y con psicólogos hasta el tratamiento de su liberación, en espera del debate oral. Antes de la liberación, la jueza debe leer el informe de las asistentes sociales (de parte y de oficio) sobre la casa donde se alojaría Higui, durante la detención domiciliaria.

Por cuerda separada la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal, estudia si le concede o no la excarcelación extraordinaria.

Antes de dirigirse al Juzgado 6, la abogada se notificó de la autorización de fiscal Germán Weigel Muñoz para que Higui recibiera contención por una psicóloga y por una pastora evangélica, en el Destacamento de Mujeres de San Martín. En la fiscalía no estaban al tanto de la orden de traslado de Higui a Magdalena.

Eva Analía de Jesús cumplirá 43 años el miércoles 7. Está presa acusada de homicidio, por haberse defendido de un intento de violación correctiva para “sacarle lo lesbiana” y de un brutal ataque a golpes y patadas que podrían haber terminado con su vida si no se defendía. Higui se defendió asestándole una puñalada en el pecho al abusador. Antes de esa agresión, sufrió distintos ataques en el barrio Lomas de Mariló (Bella Vista) por parte de varones que la hostigaron durante años por ser lesbiana. El hecho ocurrió el pasado 16 de octubre. La jueza Persichini dictó la prisión preventiva  el 8 de noviembre. Agrupaciones de lesbianas y feministas reclamarán mañana la libertad de Higui, en las marchas por Ni Una Menos.