Todavía hay un cartel en la calle Scarano del Hospital Borda que señaliza los "talleres protegidos". Si se sigue por esa calle, al fondo, se ven las ruinas del taller 19, el que hace nueve años fue tirado abajo. No quedan más que las baldosas grises y opacas, cubiertas por las hojas del otoño y rodeadas de árboles. En diagonal, el portón oxidado por el que ingresaron los efectivos de la Policía Metropolitana en la madrugada del 26 de abril de 2013. Este martes usuarios, trabajadores y militantes recuerdan la represión dentro del neuropsiquiátrico de Barracas: un hecho sin precedentes. Hay dos actos. Uno es convocado por organizaciones vinculadas a ATE; el otro, por el Frente de Artistas del Borda (FAB), con participación de autoconvocados.

"Ni en una guerra se ataca a un hospital. Y en este caso no se trató sólo de un hospital, sino de uno psiquiátrico. Acá se ve de todo, porque este es un campo de concentración, pero esto fue el súmmum", dice a Página/12 Alberto Sava, director del FAB. Vio en un tren una pantalla que mostraba las primeras imágenes del episodio. "Llegué a las 9 y había un movimiento fuerte, griterío; enfermeros, usuarios, legisladores. Cuando intentaron voltear la empalizada que colocó la Policía comenzó la represión con gases lacrimógenos, balas, gas pimienta. El taller 19 era un lugar de aprendizaje y trabajo, donde los pacientes y externados venían a construir mesas, sillas, muebles de madera y de hierro", recuerda. A su alrededor, les integrantes del Frente preparan un pequeño acto en el frente de la que fuera la Unidad Penitenciaria 20. Las paredes de la exunidad están todas intervenidas con murales que se pintaron el día posterior a la represión, que dejó un saldo de 50 heridos, incluyendo a hombres alojados en el neuropsiquiátrico.

Las organizaciones vinculadas a ATE montan un escenario en la entrada de la institución. Tocan bandas y hay una olla popular. El eje del acto, al que asisten 200 personas, es el reclamo de justicia en torno a las responsabilidades políticas. La defensa de la salud pública, la reivindicación de la labor diaria de sus trabajadores y el reclamo de reconstrucción del taller 19 en el lugar donde estaba emplazado son otras consignas. La actividad fue organizada en conjunto por personal del Borda, el Moyano, Tobar García, Alvear, Talleres Protegidos y ATE. "Del lado del macrismo una sola persona sigue en proceso de juicio, (el exsubjefe de la Metropolitana, Ricardo) Pedace. Fueron absueltos (el exjefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri, (la exvicejefa, María Eugenia) Vidal y (el exministro de Seguridad, Guillermo) Montenegro, que terminó siendo intendente de Mar del Plata", dice el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano.

Por su parte, Sava explica por qué se hacen dos actos por el mismo tema: "Diferencias políticas. Si bien acordamos en la memoria de este día, siempre los gremios han tenido una actitud de defensa del manicomio. Nosotros, en cambio, siempre estuvimos a favor de la desmanicomialización y de la ley (Nacional de Salud Mental)".

Uno de los murales que cubren las paredes de la exunidad 20 está siendo restaurado. Es el más explícito en relación con el hecho que se recuerda: muestra a un grupo de policías que irrumpe en el hospital. Bajo una llovizna molesta, van pasando al frente y tomando la palabra testigos y víctimas de la represión, y así se construye un relato coral de lo vivido. Habla, por ejemplo, Cristina Díaz Alem, que entonces era delegada y enfermera del Hospital Garrahan y ya usaba bastón. Como otros trabajadores y dirigentes de distintos espacios de salud, se acercó a solidarizarse. "Me agarraron dos policías muy grandes, me arrastraron, después me agarraron entre cuatro. Me esposaron. Obviamente traté de zafarme. Escuché que decían 'llevémosla a un lugar adonde no la vean'. No sabés si te van a pegar, matar, hacerte desaparecer... estuve hasta las 18 en la comisaría, en un calabozo. Gracias a la presión de 50 trabajadores que estuvieron en la puerta nos fueron liberando. Y estuve procesada como otras cinco personas, hasta que cayó la causa, en 2018, porque prescribió", relata a este diario. Junto a ella llega al encuentro Gustavo Leder, bioquímico, delegado de ATE (Lista Roja) en el Garrahan, quien recibió el "primer garrotazo" en la cabeza aquél día.

Dos sentimientos se conjugan en el aire. Por un lado, el dolor por lo ocurrido; por el otro, el aprendizaje que dejó. "Lo que ocurrió no tenemos que olvidarlo. Tenemos que tenerlo presente, llevarlo como un escudo, como resistencia. Porque ese día se demostró que se puede vencer algo que daban por hecho", sintetiza el psicoanalista Angel Barraco, co-redactor de la ley porteña de salud mental e integrante del Movimiento en Defensa de la Ley Nacional. Es que si bien del taller 19 sólo quedan las baldosas, el gobierno porteño no logró avanzar con su propósito de construir en estas tierras un centro cívico. "Pero siempre fueron de apetencia, y lo siguen siendo. La maquinaria de la industria inmobiliaria ligada a los responsables políticos del gobierno continúa", advierte. 

Un trabajador del Cesac 10 --quien también vio las noticias y se acercó al Borda aquel 26 de abril-- trae otra advertencia: "Parte de la criminalidad de este gobierno es que destruyó un lugar que estaba hecho con chapas de asbesto. Eso genera una contaminación, que dicen que 10, 15, 20 años después puede dejar un efecto en los pulmones". "Viví todo lo que contaron. Sabíamos que esto era un gran negocio inmobiliario que iba en contra de la salud pública y que no podíamos permitirlo", expresa la enfermera del Borda Analía Perelló. "Hoy en día tenemos la lucha de enfermería por el reconocimiento en la carrera profesional. Nos tienen totalmente precarizadas", añade. Pide mirar con "cuidado" los anuncios de este lunes del presidente Alberto Fernández en torno a la salud mental.

La lectura de una poesía a cargo de Carlos Moretti --"víctima del menemismo" que estuvo internado dos años en el Borda-- y dos performances que encarnan el ingreso de los uniformados al hospital aportan la cuota artística al acto del FAB. Una de estas performances, del taller de teatro participativo, titulada Un abrazo demoledor, finaliza con un abrazo. "Que se vayan", gritan los presentes a los policías y los operarios que llegan con topadoras en las representaciones. Barraco es quien pide que griten eso: "Es lo que se cantó el día de la represión".

Silvia Maltz, de Desate, la radio del Moyano, comenta que muy pocas integrantes del grupo se acercaron a este acto. Porque el miedo por la represión, así hayan pasado nueve años, permanece en las mujeres que están alojadas en el hospital. Lo mismo puede percibirse en los testimonios de algunos hombres que habitan el Borda y que ahora están sentados frente a la exunidad 20. Pablo Morales, uno de los miembros más activos del FAB, se acuerda de haber sufrido un "pánico interior" y reconoce: "Hasta ahora estoy viviendo ese momento".