Un buen plan para la víspera del Día del Trabajador -y viene muy al caso- será el concierto que tendrá fecha, hora y lugar este sábado a las 20 en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151). Bajo el nombre de “El primer trabajador - Cancionero del peronismo”, y con las participaciones de Dolores Solá y Leonardo Pastore como cantores solistas -más coro y orquesta de cámara-, el peronismo contará su más maravillosa música, una vez más. “Siento un enorme privilegio y una gran emoción por haber sido convocada para cantar estas canciones que son parte de una historia trascendental”, empatiza Solá, de cuya voz fluirán versiones de “La canción del soldadito”, “Perón volverá, muchachos” y “La descamisada”, tríada nodal popularizada por Nelly Omar. 

“Son canciones que portan una mística vigente, que nos habla de las necesidades urgentes, todavía insatisfechas, y de enemigos del pueblo tan presentes hoy como ayer… Esos que tienen la misma codicia, la misma soberbia, y dicen las misma mentiras. Son siempre los mismos, decía el General. Y tenía razón”, se despacha a gusto Solá, que también interpretará -pero a dúo con Pastore-, la “Marcha de la Juventud Peronista”; “Estoy orgulloso de mi General” (sentidísima pieza de Leonardo Favio) y “Oda a Perón”, cuya primera versión fue grabada por Alberto Marino con conjunto de guitarras, en 1947. “Para mí, participar de este concierto es un enorme placer y un compromiso por motivos varios”, se suma Pastore. “Entre ellos, el de recordar la figura de mi viejo y su infinita vivencia peronista, y de su tiempo”.

Además de las que compartirá con Solá, el cantante gardeliano colocará su voz al servicio de la “Marcha del plan quinquenal”, hito de Rodolfo Sciammarella, grabado por Héctor Maure a 78 revoluciones por minuto, y –entre otras- “El rancho 'e la cambicha”, rasguido doble de Mario Millán Medina, que Antonio Tormo transformó en clásico de clásicos. Además de canciones, himnos y marchas ligadas al imaginario peronista, la jornada incluirá imágenes y videos de la iconografía clásica del movimiento, con foco en las grandes manifestaciones que nutrieron de épica al pueblo peronista -bajo digitalización y edición de Alejandro Soler- y una puesta escénica al mando de Fernando Rubio.