Avanza la inscripción para el bono suplementario de 18.000 pesos, los jubilados lo cobrarán pronto. La medida, evocativa del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), fue anunciada por Martín Guzmán junto al presidente Alberto Fernández. Se hizo antes de la partida del ministro de Economía hacia Estados Unidos para reunirse (entre otros interlocutores VIP) con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva. Tanto el refuerzo para “el bolsillo de la gente” como el proyecto de impuesto a las rentas inesperadas estaban a medio hacer, faltaban redondear aspectos importantes… algo más que la letra chica y un buen golpe de horno.

El anuncio se anticipó, notoriamente, para fortificar-empoderar a Guzmán presentando una importante (aunque episódica) transferencia de ingresos con alta inversión social. Y un tributo redistributivo para que “paguen los que más tienen”. El aval se pierde en un pasado que parece remoto aunque sucedió contados días atrás. Casi no “hace agenda”.

Es que las críticas del ala kirchnerista del oficialismo a Guzmán recrudecen y copan la escena. El diario La Nación se entretiene titulando un editorial “Vuelan cuervos sobre el Palacio de Hacienda”. Alude, claro, a uno de los más severos cuestionadores de Guzmán: el ministro bonaerense de Desarrollo de la comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque. Los medios hegemónicos, en este caso, no inventan el conflicto, lo propagan con entusiasmo,

A esta altura no quedan dudas de que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quiere la renuncia de Guzmán. Los interrogantes se amplían y bifurcan. ¿Lo dirá Cristina alguna vez, pronto, de un modo u otro? ¿Tal vez en su visita a Chaco en la semana entrante? ¿Qué hará el presidente Alberto Fernández? Si cediera ¿cesará el reclamo o se le exigirá que los ministros Matías Kulfas y Claudio Moroni acompañen a Guzmán

La troika concita la bronca del cristinismo, de La Cámpora, de un conjunto de dirigentes sindicales. “El anuncio del acuerdo con el Fondo es visto, en coincidencia con Cristina, como un gol en contra. Pierde uno a cero. Si renuncia Guzmán, empataría”, futboliza un albertista sensato. Pero añade “No sé si se conforma con empatar…”.

Esta columna, espoileamos por respeto a lectores, no conoce el futuro. Tampoco sabe si la movida incluiría la propuesta de un programa alternativo o de reemplazo del de Guzmán.

En los quinchos, en Palacio, en las tertulias de café circulan nombres. Los más conspicuos, Augusto Costa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de Buenos Aires y Emmanuel Alvarez Agis. El primero sigue revistando con el gobernador Axel Kicillof. El segundo integró su equipo como viceministro durante la presidencia de Cristina; ahora se dedica a la actividad privada. Ideológicamente, ambos concuerdan con los lineamientos que propugnan los críticos a la tibieza de la política económica del Presidente. 

Más asombrosa es la alusión al ex banquero central Martín Redrado. Lo impulsa Clarín con entusiasmo, lo aúpa su supuesto jefe partidario el Presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa. Hasta ahí, dirá usted, minga de sorpresas. No se apure: la hay porque fuentes peronistas insisten en que “Martín habla con Cristina”, la visita en el Instituto Patria, estaría entonces en esa terna que proveen versiones y chismes.

El Presidente insiste ante los suyos: banca a Guzmán. Entregarlo, ratifica Fernández a quien pueda oírlo, equivaldría a debilitarse.

Guzmán declara que no se ocupa de esas controversias y que se concentra en su labor. Con tantos intercambios en el aire, su réplica no es leída como abstención sino como su manera de polemizar.

El ministro, poco afecto a defender su desempeño ante un público masivo, se enfoca en encuentros con sectores del establishment. La presencia más conspicua: en el pseudo Davos celebrado en el Hotel Llao- Llao. Un cónclave cinco estrellas, una concentración de grandes empresarios en el bello marco de Bariloche nevada.

La táctica de Guzmán es clara… cuesta compartir o hasta comprender su lógica. Como puede pasar en peleas familiares o amicales, el hombre enfatiza o sobreactúa el perfil que le enrostran sus adversarios.

En Olivos y la Casa Rosada propugnan no hablar más de la interna. La consigna, ardua de cumplir, es desacatada desde adentro con comentarios que salen del propio elenco gubernamental. Recriminaciones, quejas formuladas en voz audible ante periodistas de surtidas pertenencias

“Gestión, gestión y gestión” propugnan los mejores aliados de Alberto. Ciertos funcionarios le hacen honor. Le patean en contra otros que no funcionan, desde hace tiempo.

Para colmo, el Jefe de Gabinete Juan Manzur perdió predicamento, volumen y activismo al poco tiempo de su eufórico ingreso. “Alberto le pidió que se pusiera las pilas, que recobrara visibilidad, que convocara a reuniones de Gabinete” explican allegados fieles al Presidente. Las plegarias, aseguran, serán atendidas pronto.

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Wado, en primer plano: La visita a Israel del ministro del Interior Eduardo de Pedro lo colocó en primer plano suscitando interpretaciones parecidas en las distintas facciones del oficialismo y en la opo. De Pedro viajó acompañado por una comitiva robusta: los ministros Julián Domínguez y Daniel Filmus, el vicejefe de Gabinete de Nación Jorge Neme por la Nación. Siete gobernadores, dos de fuerzas opositoras al gobierno nacional. 

Wado de Pedro fue recibido por las máximas autoridades israelíes: el canciller y el primer ministro alterno Yair Lapid, la ministra de Interior Ayelet Shaked y el viceprimer ministro y titular de la cartera de Justicia Gideon Saar, y en otra reunión por el presidente Isaac Herzog. La embajadora israelí en Argentina, Galit Ronen, se trasladó a su país para acompañar la gira, conducta infrecuente para una visita ministerial. Remitimos a la excelente cobertura de Victoria Ginzberg en Página/12 para repasar los detalles de la gira. A los fines de esta columna, sinteticemos diciendo que celebraron acuerdos, se intercambiaron saberes, se abrieron espacios para cooperación.

La visita al Museo del Holocausto fue una vivencia emocionante y de alto simbolismo.

“Wado laburó bien”, homologan en la Rosada y zonas de influencia. La gira aportó gestión y resultados.

Las interpretaciones concordantes en el Agora y en Palacio agregan que de Pedro se pre inscribió para las Primarias Abiertas (PASO) presidenciales de 2023. Falta muuucho, desde luego. Pero la acción valió como vidriera, el resto se irá develando.

Sirve recordar que Eduardo de Pedro inició la veloz serie de ofrecimientos de renuncia de funcionarios kirchneristas tras la debacle electoral en las PASO de medio término en 2021. Se aceptaron varias, no la suya. La movida abrió las heridas internas que jamás coagularon del todo. En esa ocasión se sumaron al Gabinete entre otros los ya aludidos ministros Manzur, Domínguez y Filmus.

Durante tres o cuatro meses, Wado quedó en un “no lugar”: dentro del elenco de Alberto F pero distanciado. El trabajo conjunto fue limando asperezas, hasta donde se sabe. Ahora se luce en un viaje que estaba programado desde antes de la pandemia, comentan los baqueanos. Pero que se consumó y resignificó ahora. El encuentro previo con el papa Francisco, solo conocido tras su realización, forma parte del paquete de presentación internacional del ministro.

Como explicaban los peronólogos Lacan y Foucault, a veces el silencio es tan elocuente como las palabras. De Pedro dejó circular las versiones respecto de su eventual futuro pero no hizo declaraciones al respecto. Tampoco se sumó a las críticas a Guzmán del espacio kirchnerista o de su agrupación La Cámpora.

Hablar de las PASO es prematuro y sorprende a más de uno, lo que amerita un parrafito aparte.

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Parrafito con sueco incluido: El politólogo sueco que hace su tesis de postgrado sobre la Argentina consulta a este cronista. Conoce nuestra Patria como pocos pero luce perplejo.

“Explicáme como es eso de unas Primarias Abiertas dentro del oficialismo, en las que el Presidente competiría como uno más ¿No es medio raro?”.

El cronista comparte el desconcierto, lo explayará líneas abajo. Lo asume. Le pregunta al tesista sobre su compañera, la pelirroja K que ahora brega por la unidad sin resignar banderas. La respuesta desasosiega: “nos queremos mucho pero hemos decidido separarnos por un tiempito, chateamos a la noche”. La virtualidad hace estragos incluso en las vidas privadas piensa este escriba y no inquiere más, de momento.

De regreso al núcleo de esta nota, cuesta internalizar cómo se naturaliza una hipotética interna abierta dentro del oficialismo, con el Presidente participando como un competidor más. Desafía la lógica de la política, lo que marcan los manuales. Someter al mandatario a una competencia mientras termina su mandato, exponerlo a señalamientos desde la fuerza propia (la de los rivales integra el inventario) y al albur de un mal resultado suena a demasiado riesgoso.

El mismísimo Presidente colocó el tema en cartelera quizás para encauzar y sosegar la interna. Expresó su voluntad para presentarse. El relevante dato no despeja las incógnitas. Menos garantiza que el tránsito hacia las lejanas Primarias sea pacífico y sistémico. Pero nada puede descartarse de plano en el país inventor del colectivo, del dulce de leche y del peronismo.

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Fake news exótica: Las rarezas proliferan: en estos días Clarín inventó fake news contra el gobernador radical jujeño Gerardo Morales. Lo acusó de tramar un acuerdo irrealizable con el Gobierno, para enderezar el entuerto del Consejo de la Magistratura. Morales es taimado pero no tiene los votos necesarios en el Senado ni en Diputados para consumar la supuesta jugarreta. Los radicales se enfurecieron, los de PRO acompañaron sin privarse de tomarles el pelo.

El oficialismo no consiguió sacar partido del entredicho entre integrantes de la coalición de derecha. La agenda pública, queda dicho, se le escapa de las manos.

La economía sostiene la conjunción entre alto crecimiento y sostenida desigualdad. La inflación sigue siendo elevada.

En el Gobierno persiste la voluntad de dialogar vanamente con las corporaciones patronales que cierran toda posibilidad de aceptar nuevos impuestos o de pagar los existentes o de repatriar las fortunas que fugaron.

Así están las cosas en este primero de mayo celebrado por el oficialismo de modo fragmentario. Ni es la primera vez ni desentona con el escenario general.

El bono adicional traerá alivio transitorio a millones de argentinos, en buena hora.  Sigue en pie la necesidad de discutir medidas estables, institucionales, audaces. Proporcionales a la magnitud de las crisis sucesivas que viene atravesando la Argentina.

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