Desde el año 1998 que, impulsado por la Iniciativa Global para el Asma, cada 3 de abril se conmemora el Día Mundial del Asma, en busca de concientizar y difundir información sobre esta enfermedad. 

Por qué se conmemora el Día del Asma

La conmemoración de este día fue impulsada en 1998 por la Iniciativa Global para el Asma, con auspicio de la Organización Mundial de la Salud, para difundir el conocimiento sobre esta enfermedad, el manejo de situaciones de crisis y los cuidados que requieren las personas de todas las edades que la tienen.

El asma mal controlada podría aumentar la susceptibilidad de una infección respiratoria vírica, incluyendo la producida por coronavirus, y también podría incidir en una peor evolución de la enfermedad.

Por ello, se recomienda a los pacientes asmáticos cumplir diariamente con el tratamiento médico indicado, sin alterarlo, para mantener controlada la patología.

Esa es una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias. Es una de las afecciones más frecuentes en niños y una de las causas de hospitalización y ausentismo escolar.

Por ello, es de gran importancia el diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, para evitar limitaciones en las actividades diarias.

Qué es el asma

Se trata de una patología inflamatoria de los bronquios, que forman parte del sistema respiratorio. Se caracteriza por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y silbidos en el pecho.

Estos síntomas pueden variar en severidad y frecuencia y darse varias veces en el día o en la semana. En algunos casos, las personas experimentan los síntomas por la noche o mientras hacen actividad física.

El asma bronquial ocurre cuando las vías respiratorias se inflaman, estrechan y producen mayor cantidad de mucosa que lo normal, lo que dificulta la respiración. Esto puede darse por factores ambientales, exposición a alérgenos, aire frío, contaminación o infecciones respiratorias, entre otras causales.

Aunque no hay cura, en la actualidad, con un tratamiento adecuado, se logra el control de la enfermedad y las personas pueden llevar una vida normal, sin presentar síntomas o con muy pocos.

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