Luego de hallar en 2021 una tumba magníficamente conservada y con el cuerpo parcialmente momificado de Marcus Venerius Secundio, un esclavo público y guardián del templo de Venus, quien una vez liberado había alcanzado cierto estatus social y económico, investigadores de la Universidad de Valencia descubrieron otra tumba del panteón familiar con un recipiente relleno de un líquido rojizo dentro de una urna de cristal, que podría ser el vino más antiguo del mundo. 

Llorenç Alapont, investigador del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua del centro de investigación, adelantó que en las próximas semanas se podrá verificarse el contenido. De confirmarse las hipótesis, se trataría del vino en estado líquido más antiguo del mundo, ya que dataría de hace más de 2000 años.

El recipiente se encontró en otra tumba del panteón familiar que albergaba las cenizas de Novia Amabilis, la esposa de Marcus Venerius Secundio, junto con las de tres niños de 6, 8 y 10 años. Bajo tierra y cubierta por dos tejas de doble vertiente, los arqueólogos hallaron la caja de metal y dentro, una excepcional urna de vidrio que, según los investigadores, denota un elevado lujo.

Las primeras pruebas de laboratorio, bajo la dirección de Gianni Gallello, revelan que el líquido de Pompeya contiene taninos. Los expertos están comparando ahora la muestra con bebidas actuales para ver en cuánto se asemeja y en cuánto difiere con un vino contemporáneo. 

Alapont detalló que "la presencia del vino en los rituales fúnebres romanos era muy conocida", al precisar que "tras depositar los huesos se llenaba la urna de este líquido, como una parte de la ceremonia del entierro".

Hasta la fecha se cree, aunque no se ha confirmado, que el vino más antiguo del mundo se encuentra en una botella de vidrio localizada en la tumba de un noble romano del año 325 d.C. cerca de la ciudad alemana de Speyer.

El descubrimiento de Marcus Venerius Secundio

En agosto de 2021, los investigadores de la Universidad de Valencia se sorprendieron al descubrir el cuerpo parcialmente modificado de Marcus Venerius Secundio ya que, según la tradición, los cuerpos de los adultos siempre se incineraban en Pompeya, la ciudad destruida por la erupción del Vesubio en el 79 a. C.

"Se trata de un hallazgo importantísimo y único. Es la única tumba en Pompeya con cámara para la inhumación y además con una inscripción que cuenta no sólo la vida del difunto sino también su afición al teatro y a las obras artísticas sobre todo en griego, por lo que es la primera vez que se comprueba que en la ciudad se realizaban espectáculos en este idioma", explicó en su momento Alapont en una entrevista a la agencia EFE.

El personaje de Marcus Venerius Secundio aparece en el archivo de tablillas de cera pertenecientes al banquero pompeyano Cecilius Jucundus, propietario de la domus del mismo nombre en la Vía Vesubio. Se trataba de un esclavo público y guardián del templo de Venus que, una vez liberado, había alcanzado un cierto estatus social y económico, como muestra su tumba, y se había convertido en Augustal, es decir, miembro del colegio de sacerdotes dedicado al culto imperial.