Un grupo de científicos y científicas de Estados Unidos descubrieron un nuevo método capaz de determinar la temperatura de la sangre de los dinosaurios y llegaron a la conclusión que la mayoría tenía sangre caliente. 

El procedimiento, publicado en la Revista Nature, utiliza "pistas" en los huesos de los dinosaurios que indican cuánto respiraron los animales en su última hora de vida. 

Según este método, descubrieron que los dinosaurios con caderas de pájaro como el T. rex y el Brachiosaurus eran de sangre caliente, mientras que los que disponían caderas de lagarto, como el Triceratops y el Stegosaurus, eran de sangre fría.

Sangre fría o sangre caliente

Durante décadas, los paleontólogos debatieron si los dinosaurios eran de sangre caliente, como los mamíferos y las aves modernas, o de sangre fría, como los reptiles modernos. 

"La cuestión de si los dinosaurios eran de sangre caliente o fría es una de las más antiguas en la paleontología", ya que saber esto permite tener pistas sobre su grado de actividad y cómo era su vida cotidiana, explicó dijo Jasmina Wiemann, autora principal del artículo e investigadora postdoctoral en el Instituto de Tecnología de California.

Sin embargo, hasta el momento, los métodos para determinar su sangre caliente o fría no eran concluyentes. Ahora, gracias al nuevo procedimiento, "creemos que tenemos un consenso: que la mayoría de los dinosaurios eran de sangre caliente", destacó Wiemann.

Características según la temperatura de la sangre

El nuevo método desarrollado por Jasmina Wiemann, explicó Matteo Fabbri, investigador del Museo Field de Chicago y otro de los autores del estudio, permite "inferir el metabolismo de los organismos extintos".

Mientras que los animales de sangre caliente, como las aves y los mamíferos, toman mucho oxígeno y tienen que quemar muchas calorías para mantener su temperatura corporal y permanecer activos, los animales de sangre fría, como los reptiles, respiran menos y comen menos.

El estilo de vida de los animales con sangre fría es menos costoso energéticamente que el de los animales de sangre caliente, pero esto tiene un precio: los animales de sangre fría dependen del mundo exterior para mantener su cuerpo a la temperatura adecuada y tienden a ser menos activos que las criaturas de sangre caliente.

Nuevo método

El nuevo método no se fija en los minerales presentes en los huesos, sino en una de las características del metabolismo: el uso del oxígeno

Cuando los animales respiran, se forman productos secundarios que reaccionan con las proteínas, los azúcares y los lípidos, dejando atrás "residuos" moleculares. Estos residuos son extremadamente estables e insolubles en agua, por lo que se conservan durante el proceso de fosilización y dejan constancia de la cantidad de oxígeno que respiraba un dinosaurio y, por tanto, de su ritmo metabólico.

Los investigadores buscaron estos restos moleculares en los fósiles de fémures de color oscuro, porque esos colores oscuros indican que se conserva mucha materia orgánica. 

Durante el transcurso de la investigación, el equipo analizó los fémures de 55 grupos de animales, comparó la cantidad de subproductos moleculares relacionados con la respiración con las tasas metabólicas de los animales vivos y utilizó estos datos para inferir las tasas metabólicas de los extintos. Así, descubrió que las tasas metabólicas de los dinosaurios eran generalmente altas.

Cadera de lagarto vs. cadera de ave

Los investigadores clasificaron a los dinosaurios en dos grandes grupos: los saurisquios y los ornitisquios o los de cadera de lagarto y los de cadera de ave.

Los dinosaurios con caderas de lagarto, como el Triceratops y el Estegosaurio, tenían tasas metabólicas bajas comparables a las de los animales modernos de sangre fría.

Los dinosaurios con caderas de ave, incluidos los terópodos y los saurópodos --los dinosaurios depredadores de dos patas, más parecidos a las aves, como el Velociraptor y el T. rex, y los herbívoros gigantes de cuello largo, como el Brachiosaurus-- eran de sangre caliente.

Recurso útil para pensar acciones futuras

Además de permitir entender cómo eran los dinosaurios, este estudio ayuda a comprender mejor el mundo y pensar cómo actuar en él, sostienen los investigadores. 

Los dinosaurios, a excepción de las aves, desaparecieron en una extinción masiva hace 65 millones de años, cuando un asteroide impactó contra la Tierra. "Generalmente se sugiere que tener una alta tasa metabólica es una de las ventajas clave a la hora de sobrevivir a las extinciones masivas y de irradiar con éxito después" pero este estudio demostró que esto no es cierto, dijo Wiemann, ya que muchos dinosaurios con capacidades metabólicas excepcionales similares a las de las aves se extinguieron.

"Estamos viviendo la sexta extinción masiva, y es importante entender cómo respondieron fisiológicamente los animales modernos y extintos al cambio climático y a las perturbaciones ambientales anteriores para pensar acciones futuras", concluyó la investigadora.