A pesar de que el presidente Mauricio Macri había pronosticado una “revolución del trabajo” con la flexibilización del convenio de los petroleros, en la provincia de Chubut la crisis no para de profundizarse. Unos 1000 empleados serán despedidos en las próximas horas y se sumarán a los casi 5 mil cesanteados en el sector desde la llegada de Cambiemos al Gobierno.

La situación generó un cimbronazo político en la provincia, en especial en la zona del Golfo San Jorge, donde se concentra la mayor actividad petrolera. La semana pasada, la Legislatura provincial sancionó la emergencia petrolera con el objetivo de que el gobierno de Das Neves tenga el instrumento para negociar un cese de los despidos por 180 días.

La sangría, a pesar de la ley, no se detuvo. La empresa San Antonio Internacional, subsidiaria de YPF, confirmó la cesantía de 330 empleados, que se suman a los ya anunciados por otras petroleras como SP Argentina, tanto en Chubut como en Santa Cruz. El sindicato de Petróleo y Gas Privado analiza por estas horas una medida de fuerza.

Llamativamente, el mismo gremio había aceptado a principios de mayo una flexibilización laboral impulsada por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, cuyo basamento es similar al anunciado por Macri para los trabajadores de Vaca Muerta. En concreto, se trata de una reducción drástica de los beneficios laborales en pos, según el comunicado de Energía emitido entonces, de “contar con una industria hidrocarburífera eficiente y competitiva de forma de viabilizar las inversiones necesarias”.

Los resultados de la política de Cambiemos están a la vista: a pesar de la flexibilización del convenio colectivo, continúan los despidos y las inversiones comienzan a evaporarse de Chubut. El propio gobernador Das Neves salió a criticar duramente la política del Gobierno Nacional en el manejo de la petrolera YPF. Das Neves no sólo advirtió por la falta de inversiones en Chubut, sino que señaló que la empresa recuperada en 2012 por el Gobierno anterior “está igual o peor que cuando estaba privatizada".

Das Neves advirtió que la petrolera reestatizada "está bajando equipos de la cuenca del Golfo San Jorge para favorecer a Vaca Muerta, en Neuquén, porque YPF es una empresa que está manejada por unos vivos encabezados por el ministro (de Energía y Minería) Juan José Aranguren y así, como empresa, no nos sirve".

Mientras tanto, la situación de YPF empeora. Según el último balance disponible, entre enero y marzo de este año "las inversiones de la compañía totalizaron 11.950 millones de pesos (U$S 747 millones)", lo que representa una baja del 18,9 por ciento respecto al primer trimestre del año pasado.